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jueves, 28 marzo, 2024
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Reestructuración del Museo de Sitio de La Quemada: una experiencia de gestión

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Por: CARLOS AUGUSTO TORRES PÉREZ •

La Gualdra 485 / 25 Años del Museo de La Quemada

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Pocas personas imaginan el enorme trabajo intelectual, técnico y creativo que hay detrás de una exposición temporal o permanente y más aún, detrás de la creación o reestructuración de un museo, así como la complejidad de la gestión para su materialización; participar en este tipo de proyectos, además de resultar apasionante, permite adquirir amplios conocimientos y se convierte en una experiencia de vida digna de compartir.

Los orígenes del Museo de la Quemada se remontan al año de 1996, en que el Gobierno del Estado de Zacatecas y el INAH construyen este recinto con el objetivo de albergar un museo de carácter regional cuyo propósito sería dar a conocer las culturas prehispánicas que habitaron y se asentaron en los territorios que actualmente ocupa el actual estado de Zacatecas; lo anterior a partir de la exhibición de sus colecciones arqueológicas, convirtiéndose así en uno de los primeros museos en México destinados a promover el conocimiento de las culturas del Septentrión Mesoamericano.

El edificio representó en su momento un ejemplo vanguardista por su concepción arquitectónica ya que, en su diseño, retoma en una magnífica interpretación contemporánea las características formales y los sistemas constructivos del asentamiento prehispánico, logrando una notable y respetuosa integración al paisaje cultural y natural en el que se encuentra inmerso.

Este esfuerzo, detonó en las siguientes décadas en la generación de infraestructura para promover la visita a otros sitios arqueológicos en el estado. Así, en 2007 abría sus puertas el Museo de Sitio de Alta Vista, en Chalchihuites; se iniciaban los proyectos arqueológicos en el “Cerro del Teul”, en el Teúl de González Ortega; y el “Cerro de las Ventanas”, en Juchipila; los cuales abrirían a la visita pública 10 años más tarde en 2018 y 2019 respectivamente.

Lo anterior marcó el fin de un primer ciclo en la vida del Museo Arqueológico de La Quemada, ya que diversas piezas de su acervo pertenecientes a los sitios arqueológicos que ya podían ser visitados fueron retiradas para regresar a su lugar de origen; asimismo, el inmueble presentaba algunos problemas de mantenimiento y obsolescencia en muchas de sus instalaciones, por lo que fue cerrado para iniciar una etapa de rehabilitación y reestructuración museográfica con el objetivo de cambiar su vocación inicial y convertirse en un museo de sitio.

El proyecto se gestó en mayo de 2019 y nuevamente a partir de una suma esfuerzos y capacidades entre el INAH y el Gobierno del Estado (como ocurrió 25 años atrás). Las bases de coordinación y colaboración institucional se formalizaron en un convenio para la operación y funcionamiento de la unidad de servicios y Museo de Sitio de La Quemada y a partir del cual el INAH, con el apoyo del Gobierno del Estado, asumió la dirección y operación del museo de sitio incorporándolo a su red nacional. Dicho convenio se formalizó en agosto de ese mismo año, precisamente en el marco de la apertura de la zona arqueológica “Cerro de Las Ventanas”.

A partir de esa fecha y durante los siguientes 7 meses se llevó a cabo un arduo e intenso trabajo por parte de diversas coordinaciones nacionales del INAH y el Centro INAH Zacatecas en conjunto con las dependencias estatales y el municipio de Villanueva, mediante la instalación de un Comité Técnico que desde septiembre de 2019 y hasta febrero de 2020 sesionó mensual e ininterrumpidamente para cumplir en tiempo y forma con la meta trazada.

Así, investigadores, arquitectos, restauradores, museógrafos, diseñadores y un gran número de técnicos de diversas disciplinas trabajaron en la rehabilitación integral del inmueble, la renovación de la red de instalaciones, la adaptación para facilitar la accesibilidad universal, la incorporación de un espacio para una sala de exposiciones temporales, la dignificación del auditorio, la incorporación de un nuevo sistema de seguridad y, desde luego, en la elaboración de guiones científicos y museológicos, en la curaduría y restauración de piezas a exhibir, en el diseño de mobiliario museográfico y gráfica, en la redacción contenidos, producción de videos y recursos multimedia, etc.

Lo anterior permitió que el programa de trabajo establecido se cumpliera a cabalidad, proponiéndose el sábado 21 de marzo de 2020 para su reapertura, lógicamente aún no nos imaginábamos la dimensión de lo que en el mundo ya ocurría y lo que el futuro inmediato nos tenía deparado.

La incertidumbre llegó junto con el mes de marzo y finalmente los trabajos fueron suspendidos a raíz de la contingencia sanitaria por la Covid-19 a una semana de la fecha programada para su reapertura; así, el museo quedó prácticamente terminado, el objetivo se había cumplido, pero la reapertura tendría que esperar indefinidamente.

Hoy, a poco más de un año, aún bajo circunstancias especiales, pero con un horizonte esperanzador, bajo estrictos protocolos de seguridad y adaptándonos a las circunstancias que nos demanda esta nueva normalidad, el museo se encuentra nuevamente abierto para conocimiento y disfrute de propios y visitantes y con ello seguir cumpliendo el objetivo para el que fue creado hace 25 años: promover los valores arqueológicos de Zacatecas, ahora como el museo de sitio de uno de los lugares más imponentes y enigmáticos del centro–norte de México: la Zona Arqueológica de La Quemada.

 

* Arquitecto. Director del Centro INAH Zacatecas.

 

 

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