Por: ALMA RÍOS •
■ Fue un tiempo de redadas que tenían como objetivo a los homosexuales
■ El fallecido Salvador Pérez ‘Shavita’, se constituyó en otro icono histórico; abrió como opción un espectáculo de trasvestismo interpretando a cantantes de moda
■ La incipiente organización lesbiana-feminista inició en reuniones de estudio e intercambio de información en domicilios a inicios de los 90, a iniciativa de Elena Ortega
La lucha histórica por los derechos humanos de la población no heterosexual en Zacatecas suma aristas y personajes, unos más visibles que otros, y retos hacia el exterior, y organizativos al interior del que se ha llamado Movimiento LGBTTI ya desde finales del siglo 20, y que se ha expresado siempre en la pugna entre las fuerzas progresistas y el conservadurismo.
La cultura de aceptación y orgullo se ha construido desde que alguien decidió mostrarse públicamente sin tapujos en franco reto al orden hegemónico establecido, la creación de espacios para la reunión e intercambio de experiencias de vida, la ostentación libre de la identidad de género organizada a modo de festejo masivo, y en organizaciones cada vez más complejas y precisas en sus demandas.
El recuento exhibe grandes esfuerzos por conseguir derechos fundamentales tales el libre tránsito, de asociación o reunión, a la identidad, a la no discriminación por preferencia sexual.
La lucha social contra la discriminación por orientación sexual
Martín Uvario, uno de los activistas icónicos de este proceso ha referido los inicios, ya planteada como una lucha social en Zacatecas, durante el gobierno de José Guadalupe Cervantes Corona (1980-1986); un tiempo de redadas que tenían como objetivo a los homosexuales no solamente en las calles sino dentro de las casas bajo la acusación de cometer “faltas a la moral”; en los centros nocturnos se les prohibía el acceso si hacían ostentación de su orientación sexual.
Estas realidades significaron para Uvario hacerse consciente de las limitaciones del derecho al libre tránsito y asociación de los homosexuales.
El militante en Gente Diferente A.C. ha señalado como antecedente de la cultura de “aceptación” de las sexualidades distintas a la heterosexual en Zacatecas, al ya fallecido Salvador Pérez Pérez (2 de febrero de 2018), quien convertido en Shavita se constituyó en otro icono histórico del movimiento cuando en aquellos años se hizo pionero de los espectáculos de travestismo.
Poco antes de su muerte tenía el interés de consolidar el Comité Estatal de Diversidad Sexual (Cedise), brazo de una organización surgida en Colima cuyos propósitos son ofrecer ayuda psicológica, asesoría legal y apoyos económicos para la creación de negocios dentro del entorno de la comunidad gay.
La historia de los centros nocturnos que luego fueron famosos por ser lugares de reunión de la gente “del ambiente” como se llamaba a la población LGBTTI, empezó en una discoteca comercialmente en declive que a principios de los años 90 les ofreció la posibilidad de reunirse públicamente, primero cada 15, y luego cada ocho días.
Otra parte de la historia ha sido relatada por Sara Ortiz García, otra activista histórica, quien ha expuesto la violencia que se ejercía sobre las lesbianas primero, en el seno de sus familias donde eran golpeadas por sus padres y hermanos y a veces lanzadas a la calle.
La intolerancia hacia el lesbianismo a que se refiere, se sintetiza en esta doble expresión de desprecio en una sociedad machista y patriarcal, “que las preferían putas antes que ser lesbianas”, y tenía efectos también en lo laboral pues el solo enterarse de su orientación sexual ocasionaba despidos.
La incipiente organización lesbiano-feminista inició en reuniones de estudio e intercambio de información en domicilios a inicios de los 90, también a instancias de quien llegó después ser diputada local, María Elena Ortega Cortés, misma que al paso de los años presentaría la primera iniciativa para integrar la figura de matrimonio igualitario en el Código Familiar del Estado de Zacatecas en la 62 Legislatura.
Se abordaban temáticas como la violencia contra la mujer, su salud sexual y reproductiva, y se daba seguimiento al desarrollo del movimiento lésbico en ciudades más grandes.
De este germen surgieron las organizaciones El clóset de Sor Juana, Amora, Hij@s de la Luna, Milenio Feminista y la Coordinadora Feminista Olimpia de Gouges, las dos últimas que abordan no solamente la militancia por los derechos humanos de la comunidad LGBTTI sino de las mujeres en general.
Eslabones posteriores de esta cadena organizativa fueron en 2002, y a iniciativa de Uvario, la primer Marcha del Orgullo Gay, que derivaría en la Marcha de la Diversidad Sexual. Y en 2005, el Festival Cultural de la Diversidad Sexual que tuvo entre sus promotores iniciales a Sara Ortiz y Eric Augusto de la Rosa, ambos, docentes en la Unidad Académica de Artes de la UAZ.
Otra vena de visibilización desde la militancia lésbico-feminista contra la discriminación y la violencia ha sido la actividad de la artista visual Sonia Félix Cherit, en principio con su obra, y de manera más amplia, no solo circunscrita a este sector, a través de Casa de Engracia, proyecto fundado en 2010.
La lucha legal
En Zacatecas el tema del acceso al matrimonio igualitario ha acaparado la atención de la consecución de sus derechos humanos; es significativo que no ha podido avanzar ni siquiera a través de figuras legales eufemísticas como “las sociedades de convivencia”, tal como fue propuesta la primera iniciativa de este tipo ante la Legislatura del estado en 2011 promovida por Jorge Álvarez Máynez (MC).
Apenas esta semana se puso sobre la mesa otro membrete que busca darle vuelta a llamarle “matrimonio” a la unión de dos personas de mismo sexo, ahora propuesto como “enlace nupcial” y promovida por Javier Calzada Vázquez (PES).
La revisión de la lucha en este tema acusa la omisión intencionada, y aún la franca rebeldía de los poderes Ejecutivo, Legislativo y organismos como la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Zacatecas, a lo ya dispuesto por el Judicial, en un Estado que todavía y a pesar de las intromisiones y permisividades a las iglesias en su quehacer, está declarado constitucionalmente como laico.
El jurista Uriel Márquez Valerio ha expuesto la problemática que obstaculiza el acceso a este derecho para la población LGBTTIQ en Zacatecas señalando que “nos falta cultura jurídica y nos sobran prejuicios” y refiriéndola a “sus raíces en la cultura novohispana que adoptó para México un catolicismo caracterizado por el fanatismo que regía en España”.
El investigador y abogado litigante sostuvo en 2016, a menos de un año de haberse emitido la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, 43/2015, que declaró inconstitucional la negativa del matrimonio a personas del mismo sexo, la posibilidad de la aplicación directa de la Constitución.
Las oficinas de Registro Civil podrían admitir sin recurrirse a un amparo como tuvieron que hacerlo Rodolfo Eduardo Flores Nava y Francisco Domínguez Galindo, primer matrimonio igualitario en Zacatecas (11 de julio de 2016), sin la armonización del Código Familiar de estado con la disposición del máximo tribunal de la nación.
La Dirección General del Registro Civil dependiente de la Coordinación General Jurídica de Gobierno del estado ni bajos los mandatos de Miguel Alonso Reyes ni de Alejandro Tello Cristerna, ha dispuesto lo necesario para que esto sea posible en las 58 demarcaciones.
Sin embargo, el alcalde de la capital Ulises Mejía Haro (Morena) tomó la iniciativa anunciando el 14 de febrero de este año la disposición para que la Oficina del Registro Civil de Zacatecas permitiera a personas del mismo sexo casarse sin mediar un amparo, misma que el sábado 23 del mismo mes se concretó mediante la unión de dos mujeres.
Hasta el momento la decisión gubernamental de la capital del estado ha operado en favor de cinco parejas. Y en mayo fue secundada por el alcalde de Villanueva, Miguel Torres Rosales (PRD).
La pugna por la adecuación al marco constitucional del Código Familiar del Estado de Zacatecas persiste, sumando incidentes cada vez más álgidos como los ocurridos apenas el jueves pasado. Pero no agota la problemática a la que legalmente se enfrenta la comunidad LGBTTIQ+.
Pendiente aún, está el tema de la adopción homoparental, que aunque se ha sostenido por autoridades de la entonces Procuraduría de Menor la Mujer y la Familia, ahora Procuraduría de Protección a Niñas Niños y Adolescentes, no implica limitaciones legales, ha generado ya pronunciamientos públicos en contra o con reservas por parte de actores políticos.
Más allá del matrimonio igualitario
De la misma forma en que históricamente se han hecho visibles en Zacatecas liderazgos, primero desde la homosexualidad y luego del lesbianismo, se han manifestado recientemente voces a favor de la transexualidad y sus derechos, una destacada, la de Fernanda Delgado, representante de Trans-Formando Vidas.
Desde su trinchera ha expuesto otro obstáculo desde las legislaturas de los estados, también en el de Zacatecas, al tema de la legislación sobre identidad de género.
Las problemáticas a las que se enfrenta la población trans ofrecen peculiaridades, entre otras, el de ser más vulnerables al suicidio y a ser víctimas de crímenes de odio.
La columna Claveles verdes de Heraclio Castillo publicada el 16 de julio de 2017 en este medio, recupera con datos de la OMS que mientras para la población mexicana en general el índice de suicidio refiere entre el 6 a 8 por ciento, para el caso de las personas trans es del 47%.
Respecto de los crímenes de odio el dato del Informe Violencia Impunidad y Prejuicios. Asesinatos de Personas LGBTTI en México (2013-2017) apunta que el 55% por ciento de un total de 381 registrados en este periodo se perpetraron contra ellas.
Los crímenes de odio son otro tema aun invisibilizado en la entidad. De él se ha ocupado María de la Paz Barrón, integrante de Eclipse Lésbico, quien en reciente intervención en el Primer Congreso Internacional y Segundo Nacional de Colegios de Trabajo Social expuso un recuento de ocho homicidios dolosos de este tipo ocurridos de 2005 a la fecha en Zacatecas.
Sin embargo, cabe mencionar que una de las problemáticas es identificarlos, para ello, Paz Barrón ha hecho una revisión hemerográfica donde a veces se hacen pasar por “asesinatos pasionales” o vinculados al crimen organizado; mismo problema al que se han enfrentado los feminicidios para su tipificación.
Los crímenes de odio no están debidamente perfilados para el caso de las personas LGBTTIQ+ en el Código Penal del estado.
Por la vía política y organizativa se han ido involucrando o han buscado hacerlo cada vez más, y de manera más abierta, integrantes de la población LGBTTIQ+ para el impulso de la agenda de derechos de este sector.
Se han constituido a la par, otras que apoyan y orientan a los padres de familia como “Padres y madres por la diversidad de nuestros hijos” (1997) y FaCon (Familiares Contigo), última nacida en Aguascalientes (2014) pero que suma integrantes en ambos estados.