En el marco del Día Mundial del Agua, el Consejo Zacatecano de Ciencia, Tecnología e Innovación (Cozcyt) inició este viernes las actividades del simposio “Hacia el manejo sostenible del agua en Zacatecas”, en el que participan académicos y sectores gubernamentales involucrados en la gestión del vital líquido. El objetivo es reunir propuestas encaminadas a combatir el estrés hídrico que se avecina en el estado, con 21 acuíferos sobreexplotados y un déficit de 380 millones de metros cúbicos al año.
Durante la mesa “El ciclo socionatural del agua en Zacatecas”, se abordaron propuestas como el reúso de agua residual tratada, la tecnificación del campo, la rehabilitación de redes de agua potable, la instalación de micromedidores y el cambio de normas oficiales que actualmente impiden el aprovechamiento de agua tratada en redes públicas. También se planteó la construcción de la presa Milpillas, con la que se buscaría captar agua superficial y reducir la presión sobre los acuíferos del centro del estado, insistiendo en que cualquier decisión debe considerar dimensiones técnicas, sociales, económicas y medioambientales.
Cruz González García, funcionario de la Comisión Nacional de Agua (Conagua) en el estado, explicó que un ahorro del 12 por ciento en la agricultura ayudaría a abastecer al 100 por ciento de la población en su consumo doméstico.
Subrayó que lo ideal es “extraer cada año lo que se recarga para equilibrar los acuíferos”, pero señaló que para lograr esto se tendría que dejar de extraer 64 millones de metros cúbicos en Calera, 82 millones en Aguanaval y 100 millones en Chupaderos.
Por ello, al igual que otros ponentes, resaltó la necesidad de utilizar aguas residuales para el riego agrícola, y lamentó que en México estas prácticas aún sean “satanizadas”, mientras que en países como Israel son ejemplo de aprovechamiento eficiente del recurso.
Con la meta de incrementar eficiencia global (de conducción y aplicación) del agua, los panelistas coincidieron en que es necesaria la tecnificación del campo, pues este sector usa el 82 por ciento del recurso hídrico.
José Eleazar Ramírez, representante de Cotas Aguanaval, enfatizó que con 30 o 40 litros se está regando en el campo pues el alto costo de la energía no permite desperdiciar el agua. Hizo énfasis en la eficiencia lograda en cultivos como el chile seco, que en algunos casos ha aumentado de 2 a hasta 42 toneladas por hectárea. También alertó sobre el desperdicio alimentario, que conlleva un enorme desperdicio de agua: “cuando tiramos un huevo, estamos tirando mil 600 litros de agua”.
Respecto al uso industrial del agua que fue señalado por un estudiante como “un saqueo al acuífero de Calera”, el representante de Conagua explicó que, de una concesión de 167 millones metros cúbicos, la cervecera usa siete millones al año. A diferencia del sector agrícola, la industria sí paga por el agua (30 pesos por metro cúbico) y por ello está obligada a implementar tecnologías de eficiencia. “Los que hacen un mejor uso del agua, con más tecnología, son las industrias”, dijo.
El universitario Hugo Enrique Pérez advirtió que toda solución tiene consecuencias: excavar más pozos baja los niveles del acuífero; construir presas puede alterar ecosistemas e inundar parcelas; y operar plantas de tratamiento implica altos costos. Por ello, subrayó que las decisiones deben equilibrar los aspectos técnico, social, económico y ambiental. Además señaló que en Aguascalientes, una empresa genera 75 mil empleos con 1 millón de metros cúbicos, mientras en Zacatecas se usan 12 millones para solo 7 mil empleos.
Al cierre, Julián González Trinidad (UAZ), llamó a articular mejor la relación entre población, gobierno y academia, pues muchas propuestas científicas “se quedan en el papel”. Señaló que es fundamental que la ciudadanía participe y comprenda con datos la dimensión del problema, en lugar de asumir discursos alarmistas (“no hay acuífero en el mundo que se haya secado”).
Criticó que las normas actuales sobre aguas residuales no contemplan parámetros como la dureza o la conductividad eléctrica, afirmando que ya no son aplicables. Propuso que a las industrias que no traten sus aguas residuales se les descuente ese volumen de su concesión y celebró la utilidad de los modelos de simulación para analizar el comportamiento de los acuíferos en condiciones dinámicas.