“Mi vida se terminó el día que perdí a mi primer hijo. Yo estoy muerta en vida. Todos los días, me levanto con mucho dolor y muchas veces quisiera no levantarme y quedarme a esperar que Dios me entregue a mis hijos, pero me doy cuenta de que, si no salgo yo a buscarlos, nadie más lo va a hacer”.
Así describió su vida Cecilia Flores Armenta, líder de las Madres Buscadoras de Sonora, durante la presentación de su libro “Madre buscadora: crónica de la desesperación”, en el marco de la Feria Nacional del Libro Zacatecas 2024.
Según relató, en el 2015 desapareció uno de sus hijos y en el 2019 desapareció otro, pero el 10 de mayo de ese mismo año le llamaron a media noche para decirle que le iban a entregar un regalo por el Día de las Madres,
“Acudí a ese lugar, era un monte muy lejano, un lugar a que nadie se le habría ocurrido ir, pero el amor de madre y el dolor que estaba sintiendo por no tener a mis hijos me hizo caminar y ahí recuperé a uno de mis hijos con vida”.
En esa travesía para localizar a sus hijos, expuso que ha podido localizar a más de 3mil personas con vida y más de 3 mil sin vida, y aún realizan búsquedas gracias a llamadas anónimas.
Incluso Flores Armenta mencionó que ha encontrado a las personas responsables de la desaparición de sus hijos, pero “a ellos tampoco les puedes negar la oportunidad de volver a casa por más delincuentes que sean”.
“Por toda la lucha que he hecho, lo mínimo que merezco es que mis hijos vuelvan completos, aunque sea en huesos, pero yo no quiero escuchar hijos calcinados o no encontrarlos nunca”, expresó.
Admitió que tiene miedo y terror de que en cualquier momento le quiten la vida, por lo que señaló la necesidad de que se sensibilícenlas familias para buscar a sus desaparecidos, perder el miedo, “porque ellos lo que quieren es que tengamos miedo y que no les estorbemos”.
“Buscar es lo único que nos va a hacer llegar a nuestros hijos, es lo único que nos va a hacer volver a verlos, aunque sea en un ataúd. Debemos seguir buscando aun con mucho miedo”, agregó.
En su intervención para comentar el libro, Jairo López Pacheco, investigador de la Unidad Académica de Ciencia Política de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ), indicó que se trata de una obra que nunca debió ser escrita y que no debería ser real.
No obstante, “afortunadamente Ceci Flores se atrevió a escribir este libro porque no es normal que las personas sean desaparecidas, porque esa forma de violencia atroz, cuando es generalizada y sistemática, es una afrenta contra la sociedad mexicana y contra toda la humanidad”.
Refirió que desde hace casi 20 años hay una guerra que nadie eligió vivir y que, ante un delito tan grave, las autoridades tienen la responsabilidad de localizar a las personas con vidas o en su caso localizare identificar los cuerpos, pero no lo hacen e incluso son un obstáculo para llegar a la verdad.
Afirmó que el sistema de violencia e impunidad es lo que propicia que las desapariciones se reproduzcan a diario y que sea resistido y visibilizado por el valor de las madres buscadoras en todo el país.
Según informó López Pacheco, en México hay más de 115 mil personas desaparecidas o no localizadas y la mayoría son jóvenes entre los 18 y 25 años, mientras que en el caso de las mujeres la mayoría son adolescentes y niñas entre los 12 y 24 años
En Zacatecas, expuso que hay más de 3 mil 900 personas desaparecidas y de ellas el 60 por ciento de los casos se han presentado entre el 2020 y el 2024, a la vez de que las autoridades son ineficientes, pues de cada 10 personas reportadas como desaparecidas, 6 o 7 nunca son localizadas.
Por tanto, reiteró que el libro de Cecilia Flores no debió ser escrito porque ninguna madre debe pasar por ese dolor y desesperación, pero, a la vez, es fundamental porque en su testimonio se dimensiona la derrota que la sociedad ha sufrido.
Me gustó la forma de escribir este delicado tema, es una buena nota periodistica aunque el tema no; se lee la profesionalidad.