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miércoles, 16 abril, 2025
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¿Qué vas a hacer el lunes?, poesía para pensarlo

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Por: Ernesto Castro* •

La Gualdra 657 / Poesía / Libros

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A pesar de que es poco probable conocer verdaderamente a esos personajes llamados “famosos” porque sus vidas o sus representaciones son proyectadas hacia lo público a través de los medios de comunicación, hay lapsos o frases que de alguna forma los significan. La reflexión viene porque, aunque realmente no conozcamos el carácter de Louis Armstrong, gran metal del jazz mundial, su imagen mediática es la de un hombre desenfadado, sonriente y derrochador de talento a través de sus pulmones y mejillas rebosantes. Hablo de él porque necesito citar una de sus frases despreocupadas: “El domingo es ese día de la semana que nada importa demasiado”. 

Typotaller nos replantea oportunamente esa ecuación gramatical con la publicación del poemario Para sobrevivir al domingo (2025) de Mercedes Alvarado (Ciudad de México, 1984), resultado creativo que fija el séptimo día de la semana (o primero) como ese momento en el cual las ideas se propagan libres, y las emociones igual brotan apartadas de las agendas de la semana. En ocasiones dan ganas de que fuera más amplio, otras veces efímero, aunque le preceda otro día no libre de estereotipos.

Mercedes Alvarado
Mercedes Alvarado

Para sobrevivir al domingo captura la esencia de esos días que pueden ser tanto de descanso como de introspección profunda. Es una lectura recomendada para quienes disfrutan de la poesía que toca y provoca reflexión. Nos sumerge en un universo donde el paso del tiempo es un personaje más, moldeando vidas, amores y ciudades. A través de una prosa poética y evocadora, la autora teje una trama que nos invita a reflexionar sobre la fragilidad de la existencia, la complejidad de las relaciones humanas y la inexorable marcha del tiempo.

La poesía de Alvarado es cuidadosa en la elección de imágenes y metáforas, creando una atmósfera que invita a quien lee a sumergirse en sus propias experiencias y sentimientos. El libro es nervio expuesto y explora la complejidad de las emociones humanas a través de una serie de poemas que abordan temas como el amor, la soledad, el paso del tiempo y la cotidianidad. 

En su estructura, el libro se compone de varias secciones, cada una con un enfoque particular. En la primera, “Domingo queriendo querer”, los poemas reflejan la introspección y la búsqueda de significado en las relaciones amorosas. La figura del cuervo, como símbolo de la pérdida, resalta la fragilidad de las relaciones humanas. La poeta explora cómo el pasado condiciona nuestro presente y cómo las experiencias vividas, tanto individuales como colectivas, dejan una huella imborrable en nuestra identidad. Sus ojos ven el pasado, y no son los mismos que ven el futuro, ni siquiera los que ven el presente.

“Domingo, Distrito Federal” ofrece una mirada íntima a la vida en la ciudad, con descripciones vívidas de lugares y momentos compartidos. La ciudad se convierte en un personaje más de la poética de Alvarado, un testigo silencioso de los amores, los desamores y las transformaciones de sus habitantes. Las descripciones detalladas de los espacios urbanos nos permiten sumergirnos en la atmósfera lírica y sentirnos parte de ella. La ciudad se viste con los días de la semana; y el traje de domingo es informal.

“El azote dominical” y “La insoportable levedad del domingo” profundizan en la melancolía y la reflexión personal, Las construcciones del lenguaje parecen pasadas por la “pátina del tiempo”, ejercicio particularmente acertado, ya que sugiere que el paso del tiempo no sólo envejece, sino que también otorga profundidad y riqueza a las cosas.

Por último, en “Domingo a destiempo” y “Domingo, nomás domingo” explora la conexión entre el cuerpo y las emociones. El amor —que fue gastándose hasta hacerse domingo— es otro tema central en la obra. La poeta explora sus diferentes facetas: el amor apasionado, el amor cotidiano, el amor perdido y el amor que se transforma con el paso del tiempo.

El tiempo es un personaje omnipresente en toda la obra. Alvarado lo presenta como un flujo constante que transforma todo a su paso, juega con la noción del tiempo lineal y circular, explorando la idea de que el pasado siempre está presente en el presente. La comida, la bebida y el humo del cigarrillo flotan en el texto; comida y bebida de domingo. El recuerdo del amor fallido también, desde la soledad del domingo.

¿Hay protagonistas en las poéticas? Ocultos casi siempre, pero sí. Hay una historia en una gran ciudad, y somos protagonistas de nuestras ciudades. Los personajes de Para sobrevivir… se encuentran en una búsqueda constante de sentido, a menudo marcada por la soledad y la alienación. La ciudad, a pesar de ser un espacio lleno de gente, puede convertirse en un lugar solitario y deshumanizado.

Para sobrevivir al domingo es una obra que nos invita a reflexionar sobre la condición humana y nuestro lugar en el mundo. A través de una voz poética, desenfadada y evocadora, la autora nos transporta a un universo donde el tiempo, la memoria y la identidad se entrelazan ade manera compleja. Un libro que nos invita a cavilar y valorar cada momento de nuestros días, y a encontrar la belleza en la imperfección de la vida, proyectada en el ritmo dominical, o cualquier otro. Y pasado el domingo, ¿qué vas a hacer el lunes?


*Ernesto Castro es escritor y corrector de textos. Escribe para Cuarto de Guerra y ha colaborado con Partidero, en Guadalajara.

 

 

 

 

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