Era un mar de gente. Tanta o más que los que se manifestaron el lunes anterior. En el doceavo día del paro iniciado por la Secc. 34 del SNTE, y cuando las protestas y repudio a la nueva reforma del ISSSTE comienzan a tomar vuelo en otros estados; el día de la bandera los maestros de educación básica y telebachilleratos comunitarios hicieron una fiesta como escribió Hemingway pensando en París. Una fiesta de lucha y de protesta. El primer cuadro y centro histórico de la ciudad de Zacatecas presenció los gritos y consignas de profesores y maestras reclamando las respuestas a sus demandas de pagos que el gobierno les adeuda.
En la playera de una maestra se podía leer con empatía la leyenda: “uno somos todos, todos somos uno”. El lema acuñado desde que la 58 y telesecundarias, “O todos o ninguno” se sumaron al paro y anunciaron constitución de un frente de lucha nos llevó a imaginar románticamente la causa de los tres mosqueteros. Los inconformes no imaginaban, ignoraban que mientras llegaban los contingentes y atiborraban la plaza y la Av. Hidalgo, representantes de las delegaciones y centros de trabajo de la 34 se reunieron para tomar una resolución. Fue en el sentido de levantar el paro en función de que las demandas de sus agremiados ya habían tenido una respuesta favorable, restando nada más la firma de la minuta. Dicho acuerdo y la postura tomada por los dirigentes la daría a conocer en el Centro de la Plaza Armas, Filiberto Frausto Orozco. Según video dijo el aludido: “…hay beneficios tangibles…hay otros que son de carácter nacional o que tienen que ver con la federación y no podemos resolverlos en este momento. Nuestro esfuerzo ha ido siempre en ese sentido, [aquí, se escuchan gritos: “todos o ninguno” y otros con los que increpan al orador] ´…a ver compañeras y compañeros déjenme termino la explicación y ustedes son quienes deciden…Nuestra única responsabilidad ha sido esa, defender los derechos del magisterio. No hemos hecho otra cosa y no hemos merecido desde mi punto de vista, esos descalificativos (sic) que se escuchan… y ahí va el planteamiento, …si ustedes deciden que el paro continúe, yo no tengo manera de …continuar haciendo la defensa de los trabajadores, porque se nos fue muy claro. Si el gobierno del estado está ofreciendo esos compromisos, esos resultados, esas mesas para resolver todo lo que hasta ahora se ha conseguido y todo lo que se puede conseguir, sinceramente yo ya no les puedo servir. A mí me van a cerrar las puertas, ya no habrá comunicación y no puedo servirles. Por eso, no puedo servirles. No tiene razón que sigamos al frente. Por esa razón les planteo: si no quieren regresar a retomar las clases, les planteo que mañana se reúnan en sus escuelas, en sus delegaciones y con un acta decidan.
´Hace rato que escuchaba que las bases me decían, que alguien me decía… las bases ponen y las bases quitan. Con toda claridad yo asumo, yo respeto esa decisión. Llévenselo de tarea. …si deciden que nos vayamos, que yo me vaya, no tengan preocupación por un servidor. Yo me voy con la conciencia tranquila de haber hecho todo lo posible por defender los derechos de los trabajadores de la educación. A si es que, llévense esa tarea, por favor. Esa es mi última palabra. Muchas gracias”.
Defección, claudicación, traición eso y otras calificaciones es lo que de momento pudo pasar con la velocidad de rayo por la mente de las que lo escuchaban al terminar de hablar Filiberto, quien implícitamente decretaba el fin del paro. La lectura de las palabras de Filiberto fue que la 34, dividía y dejaba a su suerte a los otros sindicatos.
En un movimiento en el que las formas y métodos de varios sindicatos que se unieron, no siempre coinciden dado que la demandas no son las mismas; los logros con el que levantaron el paro los de la Secc. 34 se resumen en los compromisos de pagar los montos de las becas del 2024, bonos para algunos sectores y la revisión de los protocolos de seguridad en el empleo.
La táctica mosquetera de “Todos somos uno y uno somos todos y o todos o ninguno” quedo en una utópica aspiración. La 58, telesecundarias y telebachilleratos cuya única conquista fue la promesa de establecer mesas de trabajo seguían con las manos vacías. Esa fue la razón por la que esos sectores decidieron por voz de sus dirigentes, continuar con el paro. Y en esas estamos.
La coyuntura de las jornadas de lucha del magisterio zacatecano de febrero del 2025 reporta ganancias. Además de económicas que resultan cuasi simbólicas, ni en lo inmediato ni para todos. Al concluir esta experiencia de lucha y movilización el balance que hacemos es el que por primera vez más de un sindicato, de hecho, todos los del nivel básico buscaron caminar unidos. Se elevó el nivel de la participación y de la conciencia gremial cuantitativa y cualitativamente. Las condiciones objetivas y subjetivas como decían los clásicos estuvieron dadas, propiciadas por un mal gobierno incapaz de cumplirle a los maestros. Esta lucha contó con el apoyo de los sectores agraviados que participaron, la vieron y apoyaron con empatía como es el caso de los que nos oponemos al viaducto elevado, padres de familia, universitarios, los frijoleros y organizaciones de búsqueda de los desaparecidos y damnificados por la inseguridad y la violencia, entre otros.