polarización, se perfilan dos bloques de firmantes. Uno casi calca la lista de simpatizantes de Xóchitl Gálvez en tiempos no lejanos, y representa la nómina básica de esa derecha. En el otro son identificables académicos, intelectuales, artistas y figuras públicas de origen judío, varios de ellos egresados de la universidad boicoteada por su impotencia y complicidad.
Lo triste del asunto no es que se opongan al boicot, lo cual podría discutirse ecuménicamente si se quiere, sino que lo hagan sin mencionar los hechos aterradores que vienen sucediendo hace más de un año. Mientras el jefe de Estado y toda la representación política de Israel están empeñados en una limpieza étnica explícita y un genocidio en forma con nuevos niveles de inhumanidad postnazi denunciado por las Naciones Unidas, la Corte Penal Internacional y casi todos los organismos humanitarios del planeta, estos firmantes hacen gárgaras con la palabra paz
.
No es una guerra justa
. A los Estados canallas se les aísla. Bastante lo protegen los poderes capitalistas de Occidente, sin excepción cómplices de la barbarie israelí.