Los audios presentados durante los últimos meses por Layda Sensores sobre conversaciones de Alito Moreno, donde como presidente nacional del PRI, y como diputado Federal, exponen cómo los que gobernaron el país durante décadas, perciben el quehacer público y político, cómo se disfrazaron detrás de un discurso en el que juraban estar mejorando las condiciones del país, por otro lado, han utilizado los encargos de representación popular para chantajear, extorsionar y presionar a empresarios para que brinden recursos millonarios para financiar campañas a cambio de reformas que les beneficien y entreguen las riquezas del país.
Mucho se dice sobre la ilegalidad de dichos audios, quizás la Gobernadora de Campeche entiende que estos carecerían de valor jurídico o probatorio frente a un juez por haber sido grabados sin el consentimiento del priista y ex gobernador de Campeche; al carecer de valor probatorio la gobernadora decidió exponerlos mediáticamente quizás para frenar la campaña de victimización del líder priista ante la opinión pública; filtrados los audios hay quienes aseguran se trata de una estrategia de espionaje por la misma gobernadora, sin embargo, nadie puede defender lo indefendible, nadie puede decirle al pueblo de México que el líder priista es una blanca palomita y mucho menos pueden decirnos que dicha agrupación política pretende cambiar al país.
Por otro lado, las últimas conversaciones expuestas por la gobernadora de Campeche exponen una preocupante inmoral y criminal complicidad entre el dirigente nacional y legislador priista, Alito Moreno, con el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova, dichas conversaciones exponen lo que ya era evidente pero ahora se comprueba y pasa a ser de un supuesto a una realidad, la complicidad entre grupos de oposición y algunos consejeros del INE con la finalidad de boicotear al Presidente y al proyecto de la cuarta transformación.
En las conversaciones podemos observar cómo Alito Moreno solicita a Lorenzo Córdova le dicte línea y le brinde algunos elementos para “defender” al INE y, evidentemente, desvirtuar la propuesta de reforma electoral hecha por el Presidente López Obrador al Congreso de la República. Más allá de negar dichas conversaciones, el Presidente Consejero del INE reconoció las mismas intentando justificarlas al decir que sostiene relación y comunicación con todos los dirigentes partidistas, hecho que no puede ser criticado puesto que su encargo le permite mantener relación y contacto con los mismos por las facultades que las leyes electorales le confieren, sin embargo, lo que sí debe criticarse y señalarse es el hecho de que se le solicita línea para defender al INE y que exista una campaña permanente en medios de comunicación masivos para intentar sembrar en la conciencia colectiva, la idea de que la reforma electoral busca desaparecer al INE, es así que se expone una verdadera complicidad existente entre grupos políticos y de interés para que desde una de las instituciones encargadas de velar por nuestro sistema democrático en el país, se ataque y frene el proyecto político de López Obrador y de la 4T.
Lorenzo Córdova y los defensores del viejo régimen aseguran que se trata de una relación democrática y moral, imposible hacernos creer a los mexicanos que quien fue electo por representantes populares emanados del viejo régimen, busque proteger la democracia en el país, por el contrario busca utilizar su encargo y a la misma institución para frenar la democratización de nuestro sistema político, evitar que los consejeros puedan ser electos por otro método que no sea el reparto de cuotas entre legisladores y grupos políticos, evitar que los mexicanos tengamos acceso a la democracia participativa y a un sistema de partidos en el que no sean unos cuantos los que se reparten el pastel.
La relación de complicidad entre Lorenzo Córdova y priistas y quizás panistas u otros grupos de poder económico, busca mantener un sistema democrático que sólo servía a unos cuantos, a esos que utilizan los encargos para beneficio propio, alejando la representación popular y la administración popular de su esencia, la de dar una mejor vida a los mexicanos, buscar construir una mejor sociedad y un mejor lugar para vivir, esas relaciones deben acabar, la única vía es la de impulsar desde el ejercicio ciudadano la reforma electoral para democratizar nuestro país, arrebatar de las manos de unos cuantos el poder y distribuirlo entre todos los mexicanos.
