La Gualdra 665 / Poesía / Libros
Por Hedda Hernández Romo Álvarez
El presente texto ha sido redactado con algunas palabras sustraídas de la obra Tres movimientos: Inspiraciones sobre el esplendor, el ocaso y otras iluminaciones, de su autor, Luis Miranda Rudecino. Habrá palabras que, al adquirir esta obra, ustedes identificarán en su lectura. Algunas de ellas han sido sustraídas no necesariamente de su propio título, sino más bien, de alguna imagen que, como representación simbólica del poema, me haya tocado. He querido hacerlo de esta manera para no perder el hilo conductor ontológico de la palabra poética de la obra.
En el prólogo, Luis nos introduce mágica y atinadamente a lo que es su obra, indicándonos cuál es el camino para comprender un poema, antes de iniciar sus lecturas. Abro cita: “Comprender un poema puede ser cordial o difícil, o muy largo o muy corto”, cierro cita, en el que el mismo autor se cuestiona, abro cita: “¿por qué largo por qué corto? Porque cada una y cada uno desde nuestra individualidad, desde la subjetividad, llegaremos a un acercamiento del poema o no llegaremos, lo podremos sentir o no, viviremos el poema lo padeceremos o incluso lo ignoraremos”, cierro cita.
Sin querer, con esta cita, relacioné una de Octavio Paz, de su obra El Arco y la lira, en la que nos dice, y abro cita, “cada lector busca algo en el poema y no es insólito que lo encuentre ya lo lleva dentro”, cierro cita. Con la cita de Octavio Paz, identifico lo que Luis menciona en su prólogo, ya que, con ese “llevarlo dentro”, llegamos a un acercamiento del poema desde la subjetividad, y desde la individualidad. Es decir, cada lector lleva dentro de sí esa subjetividad, esa individualidad a la que aduce Luis. Y me pregunto ¿por qué el lector al leer un poema puede tener acercamiento o no? ¿Por qué el lector que lee un poema puede sentirlo o no? ¿Qué hace que el lector que lee un poema lo padezca o incluso lo pueda ignorar? A mi parecer, como poetómana, adicta a la poesía, la explicación está en que, cuando el lector lee un poema y tiene acercamiento o no, puede sentirlo o no, lo padezca o incluso ignore el poema, es porque al lector le toca fibras emocionales.
Es decir, el lector al leer un poema que le significa, que tiene un acercamiento, que puede sentirlo o que lo padezca es porque ese poema que leyó le ha tocado fibras emocionales. Esas fibras emocionales, que cada uno tenemos son las vivencias, son los referentes, son las experiencias vividas desde nuestra individualidad, por lo tanto, interpretados desde nuestra subjetividad. No llegamos al acercamiento, no lo vivimos o incluso lo ignoramos cuando no encontramos en nuestra subjetividad una fibra emocional que sea tocada con ese poema. Lo más seguro es que lo dicho no sea una máxima, y está lejos de serlo, aun así, el lector que lee un poema y le significa no le es ajeno.
Hagamos, pues, que el universo se abra, saboreando metafóricamente la cereza en tres movimientos: el amor, la muerte y la creación. Disfrutemos de la vida por un momento, o por momentos. Tres movimientos, me evoca a la música. La estructura de las grandes obras de música clásica se divide en tres o cuatro movimientos. Nos enfocaremos en las obras de tres movimientos, y se dividen en Allegro, Andante y Allegro o Rondó. Esto quiere decir, ritmo rápido, ritmo lento y ritmo rápido. Como la obra Tres movimientos:Inspiraciones sobre el esplendor, el ocaso y otras iluminaciones nos dicta; retomaremos como Allegro-El amor-ritmo rápido, Andante-la muerte-ritmo lento, y Allegro o Rondó-la creación-ritmo rápido. Dada la explicación, iniciamos.
Primer movimiento: el cuerpo que me abandona
28 poemas que aducen al amor. Ese amor que muchos de nosotros seguimos creyendo, y otros no. Ese amor que muchos consideran clichés, cursis o inclusive, romantizar el amor. Todos pueden tener su propia definición, lo que, en lo personal puedo decir es que, haber leído este Primer movimiento, el movimiento Allegro-el amor-el ritmo rápido, me hizo continuar en mi propia idea, y reconfirmar que el amor sí existe. Sigue existiendo en los corazones transparentes, abiertos, sin miedo ni temor a la vulnerabilidad. En la pareja que se mira, que se siente, que se vibra, que se respira, que se vive y se muere día con día.
El amor existe en El cuerpo que me vacía…, A la vista encuentro tu mirada que taladra el límite del éxodo, como sensibilidad que provee de la vid. La vid, ésa que provoca la embriaguez de la vida. La embriaguez que hace el canto del poeta. El amor existe en el Respiro ¡Viva la mujer que nos parió! …hasta que la imposibilidad de la eternidad sea palabra, tu nombre. Vámonos a la fiesta de las cosas pequeñas… Vámonos a la fiesta del cuerpo…al templo… O a La historia de su vida… Silencio, Silencio. Porque hay Un poema antes de dormir, Corazón carmesí, El margen de las palabras no termina, Nazco con amor, Tu tiempo eterno, Soy bóveda celeste, …los brazos de la luz de la luna…, porque Te moa espo.
El amor existe en Nuestra vida juntos, hasta mi muerte o la tuya, El tiempo nos arroba por completo. Te beso y Lentamente volvemos a morir. Hacerte el amor sempiterno… Lucidez insólita. La noche eterna Tan solo un instante. Confío mis manos, en tu voz. Dulce noche. ¿Por qué nos abandonamos a la intimidad? La realidad es absorta.
Continúa, In Crescendo. Segundo movimiento ¡Respira! Y Elegías: tres poemas y un cruel invierno
4 poemas que aducen a la muerte. Es la muerte a la que unos temen, otros esperan, otros ni se acuerdan, y a la que todos llegaremos. Muchos ignoran, otros idealizan, otros creen adelantarla, y ahí estaremos. Asumimos nuestra propia idea de morir. Haber leído el segundo, de los tres movimientos, me ha permitido ver de otra manera la muerte ¿saben cómo? La muerte acompañada de amor. La muerte que acompaña amor. La muerte que es indisociable del amor. El movimiento Andante-la muerte-el ritmo lento.
¡Respira! En Uno, Cuerpo mordaz, en Dos, la lluvia de tu sonrisa, en Tres, Tu rostro lo siente y en Cuatro, ¡Respira azul! Porque en la Ciudad azul El aire es mío, Ciudad y máscara roja. Azul imperial.
Y después la desesperanza, la pérdida, el dolor: Elegías, en Tres poemas y un cruel invierno. Porque en Uno llega El derrumbe. Somos vida y muerte. En Dos lo que no se marchita ni pierde frescura: te abrazamos en la eternidad Iouri. En Tres sabernos queridos de ese gran corazón de mi tío Octavio. Y el Cruel invierno, Aléjate. No toques más nuestro corazón, corazón marchito. Recuerdo los sonetos…
Finalmente, decrescendo o diminuendo. Tercer movimiento: Inspiraciones numéricas
22 poemas que aducen a la creación, en Inspiraciones numéricas, en El poema del no y en Morir a tiempo.
Haber leído el tercer movimiento, el movimiento Allegro o Rondó-la creación-y vuelve, al cierre, el ritmo rápido, me ha llevado a reconciliarme nuevamente con el amor de pareja. Agradezco que esta obra haya llegado a mis manos. Gracias. Porque las inspiraciones también pueden ser números, o los números también nos inspiran al amor, al amar, al estar, al saber estar. A hacer saber que se está, que se cuida, porque las palabras no se las lleva el viento, porque las palabras quedan en el alma, sin importar si es la estaca que mata a Drácula o si es la flecha de Eros, se quedan, se tatúan. Imborrables.
La presencia en el universo de Ale, ni siquiera la bella forma Fibonacci, logra comprender el infinito amor que le hace sentir. Porque en 1, 1, dos, 3, no me fue ajeno evocar la poesía visual en caligramas de José Juan Tablada, aunque sin letras y sí con números. Porque son Una-Uno, Uno-Una, porque no es necesario hacer notar quién tiene más ritmo en estos movimientos, es unísono, se escucha la melodía, se escucha la musicalidad detrás de las palabras. 7 años amorosos 7. Un humano, muy humano con inspiración numérica, viviendo la vida. Aprender a leer con código de barras, y vivirlo, y que cada quien los forme con sus propios números de vida; segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, años, bienios, lustros, décadas, quindenios, decalustros ¿el siglo? ¡Vívelo! Simplemente ¡Vívelo!
Dos formas imaginarias. Ser. Sólo el Ser. Pensar, reflexionar, imaginar, crear, inventar. Sin dictar más verbos en infinitivo, proyectas a algo más profundo. Porque todos tenemos espacios en blanco. Porque en algún momento evitamos espacios en blanco, porque a veces nos forzamos a los espacios en blanco, porque a veces la vida nos exige, nos empuja y nos lleva al límite, aunque no queramos llegar, a los espacios en blanco.
El poema del no. TODO. El Poema no ontológico. ¡Por los filósofos! ¿Performance o poema? Por la estupidez. Ser poeta. Con ventajas y requisitos. ¿Dónde está el cuerpo liberado del espejo de sí mismo? Porque ayer, hoy, mañana, morir a tiempo, ése es el momento. Hoy, mañana ¿alguien de nosotros lo sabe? ¡NO! Lo importante es no salir. Morir a tiempo no antes ni después, porque se es árbol, aire, vida y sueño. Porque muere una ilusión, muere un corazón, muere una razón, muere ayer, mueren otros y seguimos vivos hasta morir a tiempo. Y todo cambia; ayer no es hoy y hoy no será mañana, hoy es hoy y es hoy la vida, no ayer, no mañana. Sólo nos vamos acercando a la llama que nos hace vivir.
Porque necesitamos saber que, si la música lo dice todo, este poemario en Tres Movimientos es la música que nos dice una parte minúscula y grandiosa de lo que acompaña, lo que ama, lo que musicaliza en tres movimientos a Luis. La cereza es personal y se encuentra en la soledad que nos acompaña. Rodeados de nuestros amores, nuestras Ales, nuestros louris, nuestros tíos Octavio, nuestras muertes, nuestros fibonaccis, nuestro cuerpo, nuestra vid, nuestros respiros, nuestras inspiraciones una-uno uno-una. Porque todo es perfección en el crepúsculo. La posibilidad del universo. Los secretos ocultos. Porque lo único que prevalece, que se queda, que trasciende es el ser palabra, es el ser del corazón. Porque soy todos los mundos posibles en el único que puedo. ¡Vívelo! Y porque, así como un te amo es verdadero, también lo es un vete a la mierda. ¡Respira!
Gracias, nuevamente, Luis. Leerte es sentir, amar y padecer la poesía. Si pudiera poner en mis palabras las de Jorge Luis Borges (que declara Berkeley) en relación con tus poemas, diría: “El sabor de la poesía está en el contacto con el poema y las fibras emocionales, no con la poesía misma”. El poemario me hizo sentir un instante, que la vida sabe al ansiado fruto. Gracias por recordarme la música de mi vida, reencontrarme con el sabor de la cereza.
* El libro Tres movimientos:Inspiraciones sobre el esplendor, el ocaso y otras iluminaciones, de Luis Miranda Rudecino, se presentó en el Festival Cultural Zacatecas 2025, el 20 de abril, en la Petroteca.