A nivel económico, la producción de pirotecnia es una fuente importante de ingresos en el país, especialmente en estados como el Estado de México, Puebla, Hidalgo y Tlaxcala, donde la fabricación y comercialización de estos productos es una tradición que involucra a miles de personas.
Sin embargo, la fabricación, almacenamiento, comercialización y su uso están vinculados a un alto índice de accidentes, que resultan en numerosas víctimas fatales y personas lesionadas cada año.
Según el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), la mayor parte de los accidentes ocurren en talleres clandestinos. En estos espacios, que operan sin la debida supervisión, se registran aproximadamente el 38 por ciento de los accidentes relacionados con pirotecnia. Por el contrario, en los talleres registrados ante la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), solo el 10.7 por ciento de los incidentes ocurren.
Un alto porcentaje de los accidentes también se presentan en casas particulares donde se almacena pirotecnia, vehículos que transportan estos materiales y durante las festividades en las que se queman fuegos artificiales.
Estos accidentes, que incluyen quemaduras, mutilaciones e incluso muertes, han aumentado en los últimos años, lo que ha generado una creciente preocupación en las autoridades sobre la necesidad de una regulación más estricta.
Se han registrado 915 accidentes en lo que va del 2003 al 2023 a nivel nacional, de los cuales 12 han ocurrido en Zacatecas, dejando un saldo de 31 personas lesionadas y siete fallecidas.
A nivel federal, la venta de pirotecnia está regulada por la Sedena, que es responsable de otorgar permisos para la fabricación, almacenamiento y comercialización de artificios pirotécnicos según lo establece la propia Ley Federal de Pirotecnia. Además, realiza inspecciones para verificar el cumplimiento de las medidas de seguridad en los talleres registrados.
Ante este panorama, y conforme al Programa Especial para la Reducción del Riesgo por el Manejo de Artificios Pirotécnicos publicado en el DOF, con el principal objetivo de disminuir los accidentes, las víctimas y las pérdidas materiales, se establecen diversas acciones coordinadas entre los tres niveles de gobierno.
En primer lugar, se plantea la coordinación de mesas de trabajo entre las dependencias y entidades responsables, con el objetivo de que, según sus atribuciones, puedan intervenir de manera conjunta en la regulación y supervisión de esta actividad.
Asimismo, se propone la implementación de una campaña de sensibilización a través de material informativo dirigido tanto a la población general como a las autoridades competentes. Esta acción tiene como fin promover la prevención de accidentes derivados del uso de artificios pirotécnicos.
Otro aspecto crucial es la promoción, a nivel estatal y municipal, de la elaboración y actualización de programas de protección civil especializados en pirotecnia. Estos programas son fundamentales para establecer protocolos de seguridad ante posibles emergencias.
También se busca fomentar la capacitación en áreas clave como la prevención de accidentes, la aplicación de medidas de seguridad y la gestión de emergencias relacionadas con la manipulación de material pirotécnico.
Es importante, además, agrupar a los productores de pirotecnia para facilitar el intercambio de información y la estandarización de técnicas sobre el uso adecuado de los artificios pirotécnicos, así como para la identificación y manejo de productos prohibidos.
La vinculación de programas sociales a nivel federal, estatal y municipal es otra de las estrategias que se considera esencial, con el objetivo de reducir los riesgos asociados al manejo de estos productos, involucrando a diversas instancias gubernamentales en la solución del problema.
Además, se busca fortalecer la normatividad vigente, con el propósito de mejorar la regulación del sector y garantizar un marco legal más robusto que responda a las necesidades actuales.
Por último, se propone la elaboración de Normas Oficiales Mexicanas (NOM) que regulen de manera específica la producción, almacenamiento, transporte y comercialización de artificios pirotécnicos. Estas normas también deberán abordar la seguridad en la quema de pirotecnia durante eventos y celebraciones, en estrecha coordinación con las dependencias que tienen atribuciones en la materia.