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miércoles, 26 junio, 2024
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El tiempo histórico en ‘La Carretera’ de Cormac McCarthy

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Por: REBECA MEJÍA •

La Gualdra 579 / Literatura

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El historiador François Hartog distingue las maneras de contabilizar el tiempo en el sentido de que varias son las formas en que los grupos humanos han hecho distintas concepciones del tiempo y sus múltiples maneras de estructurarlo, de controlarlo, de enrolarlo.[i] Para Hartog se trata de que tenemos una “historia del tiempo” y su liberación o entenderlo de esta forma coincide con lo que llamamos tiempos modernos en donde se podría decir que se concientizó que el tiempo es histórico.

Según este historiador existen ciertos regímenes en los que podríamos decir que predominó una manera de entender y estructurar el tiempo: el régimen de historicidad antiguo, moderno y presentista. En este último me enfocaré para comentar la obra de Cormac McCarthy The Road o La carretera (2006), puesto que ella sirve para ejemplificar algunos fenómenos del régimen presentista como pensar en un presente postapocalíptico.

Hay muchas formas de abordar el presentismo y Hartog lo hace desde la literatura con las novelas Falling Man de Don DeLillo publicada en 2007 y que aborda los hechos del 11/09 desde el punto de vista de un sobreviviente y con La carretera de Cormac McCarthy. La obra de McCarthy se trata de un mundo postapocalíptico en el que un padre y su hijo sobreviven día a día frente a un futuro (o fin del mundo) que, en realidad no llega. Un presente en donde las carreteras están prácticamente destruidas por lo que sólo queda caminarlas con la ayuda de un carrito de supermercado para guardar las escasas provisiones que se encuentran.

El autor ganador del Premio Pulitzer, Cormac McCarthy, murió el 13 de junio por causas naturales en su casa en Santa Fe, Nuevo México. Tenía ochenta y nueve años.

Se trata de un eterno presente, ya no existe el pasado. Ideas como el dinero, la propiedad o el calendario no existen más, pero tampoco se vislumbra nada al final de la carretera. En ambas hay una narración postapocalíptica, un tiempo suspendido. Ahora bien, la experiencia de la pandemia me hace ver el análisis de Hartog con otros ojos en el sentido de que se vivió un presente apocalíptico con la experiencia del COVID-19 en el que en un momento de crisis se trató de vivir lo más parecido a la normalidad y en el que de manera paranoica y después irónica muchos asimilaron como el “fin del mundo” en el que todavía se tenía que hacer la tarea de la escuela. Era una cuestión de sobrevivir lo inédito y mantener la estructura social de una manera práctica y tecnológica se trató de “la nueva normalidad” que impactó según cada clase social.

En The Road por supuesto las condiciones ya son extremas en términos de supervivencia puesto que se vive un tiempo postapocalíptico. Las carreteras no terminan y representan justo ese final que no llega, ese eterno presente que se vive, en el que incluso el futuro pierde sentido. La novela explora varias etapas de la supervivencia desde la preparación para enfrentarla con flashbacks de cuando todavía la vida era “normal” hasta el momento en que no queda más que seguir caminando o conducirnos a nuestro propio final.

Existe una excelente adaptación de la novela de parte del director John Hillcoat The Road (2009). Protagonizada por Viggo Mortensen y Kodi Smit-McPhee, retratando al padre y a su hijo en un desierto postapocalíptico respectivamente. El origen del cataclismo es prácticamente irrelevante y explicado de manera muy breve solo en la novela. Como parte del contexto se asoman el cambio climático y el canibalismo ante la falta de recursos. Y es en medio de todo esto que el padre lucha por tener lucidez frente a su hijo y darle valores cuando éstos ya no se requieren ante la inexistencia de una sociedad. La inspiración provino de la relación del propio McCarthy con su hijo de entonces once años.

En tiempos presentistas parece olvidarse que es la mirada histórica la que permite trazar la diferencia entre pasado, presente y futuro. Pareciera que nos aferramos a un presente apocalíptico en el que las crisis no cesan, pero donde hemos aprendido a vivir con ellas ante el fin del mundo que de no ser colectivo siempre es individual, así como el miedo mismo de vivirlo.

 

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_579

 

 

[i] François Hartog, “La temporalisation du temps: une longue marche” en Jacques André, Sylvie Dreyfus-Asséo y François Hartog, Les récits du temps, Presses Universitaires de France, 2010, pp. 9-29.

 

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