Cada 26 de abril se conmemora el Día de la Visibilidad Lésbica, una fecha que invita a reconocer la existencia, dignidad y derechos de las mujeres lesbianas en sociedades donde persisten formas estructurales de discriminación y exclusión.
Hoy, aunque los marcos normativos internacionales y nacionales reconocen los derechos sexuales y reproductivos sin distinción por orientación sexual, la discriminación persiste.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Discriminación (Enadis 2022), alrededor de un tercio de la población mexicana no estaría dispuesta a rentar una habitación de su vivienda a personas lesbianas o gays (29.8%) y una de cada tres personas (34.6%) no vería con agrado que una persona gay o lesbiana fuera electa para la presidencia de la República (Conapred, 2023).
A nivel mundial, más de 60 países siguen penalizando las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, lo que en muchos casos expone a mujeres lesbianas a amenazas, violencia y persecución judicial simplemente por ser quienes son.
De acuerdo a Amnistía Internacional, las mujeres lesbianas también enfrentan barreras como la falta de reconocimiento legal de sus uniones y de la filiación de menores en parejas de mujeres, la ausencia de protección contra la discriminación en ámbitos laborales y sociales, y la falta de representación en los medios, la cultura, la política o el deporte.
Desde el marco del feminismo crítico, visibilizar las vidas lésbicas implica desmontar los mitos y prejuicios que han negado su existencia o la han reducido a patologías, desviaciones o simples «amistades», reproduciendo el modelo de la heterosexualidad obligatoria como única forma legítima de organización social.
Monique Wittig y Adrienne Rich señalan que esta negación no es inocente ni accidental: cumple la función política de preservar un sistema de dominación donde las mujeres deben estar vinculadas a los hombres para mantener su subordinación económica, sexual y social.
En el marco del Día de la Visibilidad Lésbica, este 2025 Amnistía Internacional recuerda a cinco mujeres lesbianas cuyas vidas fueron silenciadas o borradas de la historia oficial.
Destaca a Anne Lister, terrateniente británica del siglo XIX, cuya unión con Ann Walker es considerada uno de los primeros matrimonios entre mujeres. Gertrude Stein, cuyo lesbianismo fue invisibilizado en biografías pese a que fue un “eje central en su forma de entender el mundo”.
También rememora a Eve Kotchever, autora de “Lesbian Love” y creadora de un club de acogida para lesbianas, intelectuales y artistas en Greenwich Village; quien fue perseguida, deportada y asesinada en Auschwitz.
Se recuerda además a la fotógrafa surrealista Claude Cahun y su pareja Marcel Moore, quienes sabotearon la propaganda nazi en la isla de Jersey, y a Mercedes de Acosta, poeta y dramaturga de origen cubano-español: “una lesbiana sin etiquetas que convirtió el amor entre mujeres en arte, y el arte en resistencia”.
Por último, Storme DeLarverie, es recordada como cantante de jazz, drag king y activista afroamericana, quien protegió durante años a la comunidad lésbica en bares y espacios públicos de Nueva York, interviniendo en peleas o cuidando de quienes eran acosadas. “Dedicó su vida a la seguridad de otras mujeres lesbianas, aunque murió sola en una residencia, tras años de olvido”.