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jueves, 18 abril, 2024
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México Lindo y Podrido… y Zacatecas otro tanto La soledad, “la otra pandemia”

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Por: JOSE DE JESUS REYES RUIZ •

En el inicio de la presente semana comenzamos a escuchar un concepto que no habíamos percibido antes, el de LA SOLEDAD, así con mayúsculas, y la frase de “NO HABRÁ VACUNA EN CONTRA DE LA SOLEDAD”, esto como resultado del AISLAMIENTO y el confinamiento que se ha dado más en otros lados del mundo que en el nuestro.

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SUSANA DISTANCIA es el personaje de estos tiempos, pocos habían previsto lo que este personaje provocaría en una sociedad que de por sí, se estaba aislando de sus seres queridos, de sus amistades, y hasta de sus parejas sentimentales al ocupar en el centro de sus existencias un aparato que vino a sustituir la necesidad de comunicarse directamente con nuestros seres cercanos, me refiero al TELÉFONO CELULAR.

En algunos de mis escritos describía no hace mucho la imagen que me dejó pensando; en algún lugar público vi a un conjunto de jóvenes sentados en una mesa común con un café o algo similar frente a ellos, algunos eran pareja y estaban tomados de las manos, pero nadie se dirigía la mirada, ésta, la mirada de todos ellos, estaba fija en sus TELÉFONOS CELULARES.

LA COMUNICACIÓN ENTRE LOS SERES HUMANOS YA HABÍA CAMBIADO ANTES DE LA PANDEMIA.

Y sin embargo con esta pandemia que ha afectado tanto a la humanidad, el problema al que antes nos referimos se ha incrementado exponencialmente, porque el QUÉDATE EN CASA, y el MANTENGAN SUSANA DISTANCIA, el EVITA CONTACTO FÍSICO CON LOS DEMÁS, etc., ha cambiado radicalmente las cosas incrementando – tenemos que decirlo – NUESTRA SOLEDAD.

Tendremos que optar – de otra forma pudiéramos sufrir la desgracia – por saludar de lejos a quien tenemos frente a nosotros, una inclinación al estilo oriental – japonés – o alguna otra forma de iniciar una comunicación DISTANTE con el otro, NADA DE CONTACTO FÍSICO, tras de nosotros quedó el tan importante APRETÓN DE MANOS, eso ya es asunto de la historia, ni se diga EL ABRAZO FRATERNO y mucho menos un beso en la mejilla al estilo occidental, o dos al estilo europeo o hasta tres en algunas otras sociedades.

TODO ESTO HA QUEDADO EN EL PASADO.
Pero las cosas son peores de lo que se plantea en estos párrafos iniciales, y lo que ha puesto la puntilla en esto de la comunicación con el otro ha sido sin lugar a dudas EL USO DEL CUBREBOCAS, la llamada mascarilla complementada con lentes – de preferencia obscuros – porque el virus puede introducirse en nuestra persona a través de la conjuntiva de los ojos, y muchas veces el miedo a ser infectados nos lleva a complementar lo anterior con una MICA que no sólo oculta nuestro rostro sino que también oculta NUESTRA EXPRESIÓN FACIAL.

Con estas medidas – llamémosla cautelares – que sin lugar a dudas son indispensables, y que se seguirán utilizando al menos el presente año del 2021 si no es que también el 2022 – dependiendo de la evolución de la pandemia, se ha incrementado EL AISLAMIENTO Y CON ÉL, NUESTRA SOLEDAD.

Advertimos porque nos lo dicen una y otra vez los medios de comunicación, el INCREMENTO EXPONENCIAL en los problemas de ANSIEDAD y DEPRESIÓN, nos hablan de un SÍNDROME POST COVID en donde yo no me la creo; que una persona que adquirió la enfermedad por el coronavirus, quede con secuelas directamente provocadas por el paso de este microorganismo por nuestro cuerpo; yo más bien siento que las secuelas tienen poco que ver con la afectación biológica provocada por el virus, sino por todos LOS MIEDOS que rodean a este problema, el MIEDO A SER INFECTADO, EL MIEDO A NO SOBREVIVIR, EL MIEDO A INFECTAR A NUESTROS CERCANOS PERO SOBRE TODO EL MIEDO A DEJAR DE EXISTIR, EL INCREMENTO DE NUESTRA PERCEPCIÓN DE NUESTRA LABILIDAD Y LA MORTALIDAD DE NUESTROS CERCANOS que la mayoría ya hemos experimentado en carne propia.

Pongo solamente – para afianzar mi punto – a dos problemas de salud que fueron importantes en su momento, uno el VÉRTIGO DE MENIERE y dos LA FIBROMIALGIA, traigo a colación estos dos problemas porque el tiempo han mostrado que no son patologías independientes sino secundarias a problemas de ANSIEDAD Y DE DEPRESIÓN; el primero debido a la hipersensibilidad de los cilios en los canales semicirculares que se encargan de llevar al cerebro la posición de la cabeza y con ello reforzar el tono corporal, y el segundo la presencia de DOLORES INTENSOS que conocemos como de pared, es decir, de fascias y músculos en la superficie donde la DEPRESIÓN juega un factor fundamental incrementando exponencialmente los malestares provocados por ejemplo por CONTRACTURAS MUSCULARES casi siempre de origen TENSIONAL.

Es decir, la hipótesis nos dice que los síntomas POST COVID de agotamiento, mareos, cansancio, dolores a distintos niveles, entre otros, no tiene mucho que ver con el virus per se sino con el ENORME TRASTORNO EMOCIONAL que nos causó y que aún nos causa provocándonos problemas a largo plazo que se suman a nuestra SOLEDAD y a nuestro AISLAMIENTO para destrozar o al menos afectar importantemente nuestra existencia.

No por nada se han prendido los focos rojos y las alarmas en todo el mundo por lo que ahora se conoce como la PANDEMIA DE LA SOLEDAD para la cual no hay vacuna – ni la habrá en algún tiempo – solamente en el JAPÓN han detectado un incremento exponencial en el número de suicidios que han llegado a casi 20 mil durante el año que recién terminó.

En Europa es claro y evidente el que con tres olas de incremento en el número de contagios, los días de confinamiento en el último año han sido con mucho más de los días de una LIBERTAD RESTRINGIDA y con enormes limitantes, la gente está HARTA, pero quiere vivir, y no le queda otra de encerrarse, algunos los más ingenuos, o los más desesperados junto con tantos anarquistas como los que existen en el mundo, salen a protestar, quieren ser libres, quieren estar en las calles o en los bares como en otros felices tiempos – tomando cerveza en lugares congestionados compartiendo con los demás – pero eso en estos tiempos que vivimos resulta peligroso en extremo.

Por ello EUROPA, el centro de la cultura occidental, lugar de libertades, ha sufrido como ningún otro sitio los efectos de la pandemia, NO SOLO DEL VIRUS SINO TAMBIÉN DE LA PANDEMIA DE LA SOLEDAD. ■

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