Es un hecho que el desarrollo tecnológico seguirá impactando de manera considerable el progreso de nuestras vidas y también es un hecho que estaremos cambiando y adaptándonos a nuevas formas de existir.
En este sentido, quiero mencionar dos de los paradigmas que se están convirtiendo ya en un modus vivendi para una importante parte de la población.
Todos sabemos ya las actividades que podemos realizar desde nuestros teléfonos celulares, como la gestión de nuestros calendarios y actividades; el uso de sistemas de geolocalización para transitar por las ciudades; el uso de comandos de voz para pedirle a nuestra asistente virtual la búsqueda de algo en particular; el envío de mensajes de texto o poder realizar llamadas telefónicas; y, una de las nuevas actividades que ya podemos realizar es el pago de servicios desde nuestro teléfono celular.
La mayoría de estas actividades las podemos realizar mediante el uso de aplicaciones móviles, muchas de ellas gratuitas, aquí sólo quiero hacer énfasis en dos de ellas:
La primera es la aplicación de la cafetería de “la sirena verde”. Esta gran cafetería permite gestionar el sistema de pagos desde nuestro celular, podemos llegar, ordenar nuestras bebidas o comida y pagar con nuestro teléfono al acercarlo a un lector infrarrojo. Esta aplicación permite a personas como yo (que pierden su cartera y por tanto la tarjeta de esta cafetería) seguir comprando y mantener el crédito disponible.
Esta aplicación cambió el paradigma de compras en los Estados Unidos, imaginemos la siguiente cifra: 90 por ciento del dinero gastado mediante el uso de teléfonos inteligentes se destina a la compra de bebidas y alimentos en esta cafetería. Estamos hablando de que 12 millones de usuarios pagan su cuenta con el celular, lo que representa ventas por más de mil 400 millones de euros para esta gran cadena del café. El 17 por ciento de todas las transacciones o compras en la empresa se realizan mediante esta aplicación.
En el caso de México estamos siendo arrastrados por una aplicación móvil que ha sido ya un éxito en diversos países, el nombre de la aplicación es “Uber”. Mediante esta aplicación es posible solicitar y pagar un taxi desde cualquier parte en la que estemos ubicados. El usuario abre la aplicación, presiona un botón para solicitar el taxi, indica la dirección destino y la aplicación le notifica el nombre del conductor, tipo de automóvil y placas del taxi que pasará a recogerlo. No es necesario pagar, ya que la aplicación cuenta dentro del perfil del usuario con sus datos de la tarjeta de crédito, el cobro se realiza al finalizar la ruta.
Esta aplicación está disponible sólo en las grandes ciudades del país, pero es tal la penetración que las asociaciones de taxistas están rechazando y pidiendo la desaparición de estos “taxis virtuales”. (No quiero entrar en detalle en esta controversia, sólo pretendo ejemplificar el impacto de esta tecnología).
Es necesario señalar que los costos son muy accesibles y te permiten solicitar un taxi a cualquier hora y en cualquier lugar.
El segundo punto que debo incluir en esta columna es el referente a las micro computadoras, en este caso a la conocida como Raspberry Pi. Esta pequeña computadora tiene un costo de aproximadamente 550 pesos, lo que ha permitido una gran penetración en el mercado. Es tal el impacto que hablamos de que se han vendido ya más de 5 millones de unidades en el mundo. Esta pequeña computadora puede correr una buena diversidad de los sistemas operativos disponibles, asimismo vemos cómo su aplicación está llegando al sistema educativo, industrial, de investigación y de comunidades que fomentan el “software libre”. Actualmente se está trabajando en la versión 2, que puede ser considerada ya como una PC de escritorio.
Estas tendencias marcan y presentan un nuevo mercado, ojalá nuestras empresas entiendan pronto que la tecnología y el mercado avanzan más rápido de lo que creemos, si tardamos en adaptarnos es muy probable que sólo nos quede una última actividad: cerrar la cortina y observar desde afuera como avanza este gran mundo.
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*Presidente del Premio Nacional de Tecnología
