En la coyuntura actual en la que toma impulso el neofascismo, la educación debe erradicar la visión de preparar alumnos para el mercado laboral y, contrario a ello, sus contenidos deben vincularse con la realidad cotidiana y los problemas sociales, afirmó Enrique Díaz Gutiérrez, investigador de la Universidad de León, España.
Este viernes, el académico impartió la conferencia “Pedagogía antifascista: investigar y educar para la justicia social y el bien común en una era del resurgimiento y el auge del neofascismo y la xenofobia” en el marco del Congreso Internacional de Divulgación de la Investigación Educativa y la Intervención Pedagógica organizado por la Unidad Académica de Docencia Superior de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ).
En ese escenario, propuso una “pedagogía de la inclusión” que vaya más allá de la integración, lo que exige reformar las escuelas de modo que puedan responder positivamente a toda la diversidad del alumnado y una “pedagogía de lo esencial” que priorice un currículum de saberes fundamentales y vinculados con la vida, ya que la escuela no debe ser solo un espacio en el que se transmitan contenidos académicos en función de la preparación para el futuro mercado laboral.
También sugirió convertir las asignaturas en problemas esenciales y desafiantes actuales para, entorno a ellos, articular los aprendizajes instrumentales. Por ejemplo, en lugar de Español, Matemáticas, Música, Educación Física, Ciencias Naturales, etcétera, se podría transformar en materias como “Convivencia”, “Igualdad”, “Justicia”, “Interculturalidad”, entre otros que ya proponían algunos movimientos de renovación pedagógica en la década de los 90.
Desde su perspectiva, esas nuevas asignaturas podrían trabajarse mediante una metodología de proyectos, de trabajo cooperativo, ello desde un planteamiento globalizador e intradisciplinar de tal manera de que conecte las escuelas con la realidad cotidiana y los problemas sociales.
Díaz Gutiérrez afirmó que, a partir de esas asignaturas podrán desarrollarse los aprendizajes instrumentales de la Lengua, la Música, las Matemáticas, etcétera, y así servirían no para aprobar un examen, sino para saber enfrentarse al mundo, comprenderlo y actuar en él construyendo ciudadanía.
También propuso una “Pedagogía de la Evaluación Democrática” que trabaje desde la pedagogía del error, donde el error se convierta en una oportunidad de aprendizaje y no en un elemento de evaluación para ser sancionado o calificado negativamente,
“Frente a la evaluación reducida a exámenes como forma del control del aprendizaje a través de la presión y el disciplinamiento, hemos de recuperar su sentido original como una herramienta de mejora. La evaluación es un proceso integral cuya finalidad es brindar información a todos los participantes del sistema educativo que ayude a mejorar el proceso de enseñanza y de aprendizaje”, dijo.
De igual forma, manifestó la necesidad de una “pedagogía digital crítica” que recupere la soberanía digital ya que actualmente está en manos de los grandes corporativos como Google, Amazon, Facebook Apple y Microsoft que han colonizado, controlado y monetizando los canales de comunicación horizontales que utilizan los ciudadanos.
De acuerdo con Díaz Gutiérrez, “hemos dejado en manos de estos nuevos terratenientes tecno feudales nuestra soberanía digital. Han convertido a los centros en fuentes de extracción y recopilación de información sobre tendencias y deseos, registrando la actividad de cada alumno para educar a la futura generación de consumidores”