Debemos huir del norte, el territorio estadounidense espanta por sus peligros, sus amenazas mundiales, su expansión guerrera territorial, la locura de las armas nucleares y el tráfico masivo de drogas y de armaduras, ante todo, siempre el respeto de haber sido un pueblo como nunca antes la historia de la humanidad hubiera conocido, un imperio que trastoca todas las puertas del mundo, que evoca guerras y dominios, intereses y controversias, fuente de toda energía ilimitada, esencia de un mundo que fue diseñado para estallar y ser cómplices de la maravilla, el embrujo del dinero, la ciencia y la tecnología en su más alto nivel incendiario.
Es muy probable que nuestro país se vea afectado por añejas venganzas, la fuga de territorio norteamericano por la expulsión masiva de millones de migrantes, el posible ataque nuclear que en cuestión de horas puede masacrar hasta 80 millones de sus habitantes, la hegemonía incendiaria del dólar en las monedas del mundo, comercio, transa de armas y drogas, lavado de dinero y golpes de estado, la emancipación anglosajona en pos de su supervivencia, mas aun con al presencia inaudita de Elon Musk como vórtice de intereses mas allá de toda frontera, incluyendo la espacial intergaláctica, la inteligencia artificial, los multiorgasmos colectivos.
Si miramos al sur, -porque el sur nos llama- encontraremos siempre las famosas extensiones deshabitadas, almas que se prueban así mismas comprobando que el trabajo, la paz, la abundancia, está en trabajar en cualquier parte del mundo y en donde solo se necesita saber que hay un lecho, una mano extendida, un pan que se comparte y un rezo que se habilita según sea la circunstancia.
Argentina significa la salvación del mundo. Milei será pasajero para haber fortalecido esa trampa que el mismo peronismo se puso para quitar el descalabro y la insidia mundial del capital que solo busca ganancia rapaz aun a cuestas del sufrimiento de millones de seres, Milei vino -como la derecha mexicana entrampada en sólo refutar sin proponer nada a cambio- a que el pueblo argentino se reorganice y emprenda una nueva etapa en donde la población recupere lo que tantos decenios le costó a fuerza de sacrificios, crímenes sin nombre, mártires y huelgas, victorias y derrotas muy bien alambradas y cosificadas por el hampa mediática de los medios periodísticos miserables.
Desde 2008 recapacitamos en la gran marcha hacia las tierras sureñas, un millón de mujeres, un millón de jóvenes, un millón de niños y ancianas, cruzando fronteras, selvas y plantíos, carreteras y lagos, bosques y montañas y es obvio que suena a fantasía, pero cientos de miles de mujeres mexicanas en ese lapso fueron asesinadas por el machismo mas negro y la miseria mas extravagante, diabetes, cáncer, lupus, la demencia y el alzhéimer, fulminantes decesos enlistando cifras negras donde el dolor fue más de lo común en los hogares que un país ideó a como diera lugar y con los medios de un capitalismo salvaje y de poca monta, para ser inscrito en los diarios de la gloria y la vanguardia industrial o científica.
Allá otra cosa sería el destino de todos ellos y ellas, pues es un país que adora lo mexicano, lo venera y lo recibe, lo espera y lo bendice.
Las ciudades norteamericanas de 1800 a 1920 edificaron las mas encumbradas historias en la arquitectura y el esfuerzo sobrehumano, verdaderos monumentos que expandieron la iniciativa, el poderío y la perfección en sus más altos niveles, Milwaukee, Ohio, Cleveland, Illinois, Kansas, Sacramento, son triunfos, arquetipos hacia la realización obrera, la clase media triunfante, la primera burguesía multimillonaria en los tiempos del mundo y su humanidad santificada en salir del esclavismo, la barbarie, la épica del subdesarrollo.
Mientras tanto, Tango, Mate, el Clarín, el pan argentino, la carne asada, la murga y las influencias de todo un mundo que confluye y hace familia, calle, edificios locos, villas paraguayas, refugios bolivianos, templos judíos o solares musulmanes, todo ello como antesala de la influencia turca, italiana y española en los desembarcaderos que les dieron pleitesía a los pueblos aborígenes de la antigua Patagonia y sus 10 mil años de existencia.
Imagino igual a Egipto o más alucinante.
Mientras tanto, tuve la oportunidad, por medio de mi maestra santiagueña Clementina Cejas- conocer a un ex confeso de la embajada egipcia en Buenos Aires y que, en su calidad de espía diplomático, decidió entonces abrazar la suerte del pueblo argentino junto a sus amigos los mexicanos que somos muy diestros para andar de orates en Uber, colectivo, trenes, taxis o simplemente a pata llena de ampollas y calcetines rotos.
