La derecha ha emprendido diversas campañas mediáticas contra diversos actores políticos de la izquierda, incluso contra actores que no participan en la vida pública del país pero que si guardan relación de parentesco con algunos de ellos, como lo es el caso de los hijos del Presidente López Obrador, quienes han sido señalados por todo y atacados con todo el peso mediático de comunicadores, periodistas, analistas, etc.
Es el caso de los cuatro hijos del Presidente López Obrador, mismos que han sido objeto de campañas negras en su contra, el caso de los chocolates Rocío de uno de sus hijos, fue criticado y señalado por supuestamente haberse beneficiado de diversos contratos gubernamentales para logar la inversión de dicho negocio, el resultado fue un posicionamiento impresionante de la marca al grado de logar filas completas para poder consumirlo; otro caso particular es el de la supuesta casa gris en la que vivía otro de sus hijos junto con su esposa, quien aparentemente ha tenido éxito en su vida profesional, señalada por la derecha por supuestamente trabajar en una empresa extranjera que sostiene diversos contratos con gobierno federal, así como señalados por comer en restaurantes, entre otras críticas absurdas de la derecha; y no menos señalado, el menor de los hijos del Presidente que ha sido atacado por su físico y su forma de vestir, algo absurdo.
En dicho sentido, la derecha ha atacado por todo a los hijos del Presidente, quienes no mantienen ninguna relación con el gobierno federal, mucho menos con gobiernos estatales, no viajan en avión presidencial financiando sus viajes con recurso público, como era conocido que viajaban los familiares de otros ex presidentes incluso con tarjetas de crédito con recurso ilimitado que era pagado por la Presidencia, sin embargo y a pesar de no sostener relación alguna con la administración, ni mantenerse activamente en el plano político ni siquiera de morena, los 4 hijos del Presidente han sido víctimas de campañas inmorales y criminales financiadas por los oponentes del Presidente.
En el mismo sentido han empleado campañas contra todo aquel actor político que sobresalga en el escenario, Hugo López Gatell fue señalado y culpado incluso por la pandemia derivada del COVID, por la falta de medicamentos; la Ministra Jazmín Esquivel por el hecho de que otra persona plagiara su tesis, la campaña fue impresionante con tal de bajarla de la posibilidad de presidir la Suprema Corte.
En ese tenor, la derecha y su candidata, Xóchitl Gálvez, ahora llevan meses empleando defensas absurdas contra los señalamientos y acusaciones que se han hecho en contra de la misma, contratos por 1400 millones de pesos en favor de sus empresas contraídos con gobiernos panistas e incluso con la entonces delegación Miguel Hidalgo, así como la compra venta y donaciones de casas en manera turbia e ilegal y recientemente para defender el plagio de diversos párrafos en su trabajo de titulación como Ingeniera, la próxima candidata de la derecha ha dedicado semanas a defenderse de forma absurda de la corrupción de la que ha sido parte.
Los medios de comunicación han buscado minimizar los señalamientos, han buscado hacer creer que vendiendo gelatinas puede llegar a convertirse en una empresaria que factura en un par de años 1400 millones de pesos, como si millones de mexicanos no trabajaran arduamente diario para poder llevar siquiera pan para que su familia pueda comer al día, como si no emplearan más de 8 horas en trabajos forzados para cambiar su realidad sin poder logarlo.
La indignación selectiva de los medios de comunicación tradicionales y de la derecha, es lo que terminará por enterrarlos políticamente, más allá de conectar con el electorado mexicano, generan mayor rechazo y convierten a su todavía posible candidata, en un personaje que hace el ridículo cada vez que realiza declaraciones para buscar justificar la corrupción de la que ha sido parte, para decir que plagió pero sólo un poco, para decir que ha sido una empresaria exitosa gracias a la corrupción.
Quien buscaba ser vendida electoralmente al mexicano como un perfil “populachón”, terminó siendo evidenciada como un miembro más de la mafia del poder, de esa que Andrés Manuel López Obrador señaló desde hace décadas, que se enriquece a costa del pueblo y que corrompe todo espacio que alcanzan, la indignación selectiva de la derecha no es más que una burda campaña para minimizar lo que sus candidatos representan.
