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jueves, 15 mayo, 2025
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Puños arriba… para que los políticos escuchen

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Por: Ernesto González Romo •

El sismo que sacudió a la ciudad de México obligó a cientos de miles de personas a participar como voluntarios. Las imágenes son conmovedoras, ríos de gente están moviendo toneladas de escombro, es tanta la solidaridad que fue necesario implementar códigos de comunicación y organización, por eso, cuando los rescatistas necesitan silencio, levantan los puños y una multitud se paraliza y guarda silencio para que los rescatistas puedan escuchar cualquier señal de vida entre los escombros.

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Poco a poco, los puños levantados se han convertido en un símbolo de la solidaridad, la organización y la necesidad de parar por un momento, escuchar y volver a comenzar, estamos hablando de una lección de vida.

Los únicos que no entendieron esta lección fueron los integrantes de la clase política, ellos no se detienen, siguen con su tren de excesos, no escuchan, no entienden razones y parece que hablan un idioma distinto al resto de los mexicanos. Tendremos que levantar los puños para que los políticos puedan escuchar con claridad las señales de vida de una sociedad que está más viva que nunca.

Necesitamos levantar los brazos para que los políticos entiendan que no queremos acabar con el financiamiento público a los partidos políticos, lo que buscamos es que los partidos políticos dejen de ser un lastre para el país y empiecen a responder a la confianza que les hemos dado; durante décadas hemos gastado miles de millones de pesos para financiar a los partidos y a cambio no hemos recibido nada, los partidos son secuestrados por pequeños grupos que se adueñan de los recursos, las candidaturas y las plurinominales pero se olvidan de la formación política y de la capacitación de sus militantes, por eso tenemos a miles de Alcaldes y cientos de  Diputados que ni siquiera saben cuáles son sus funciones y por eso tenemos Gobernadores y hasta un Presidente de la Republica que no comprende la importancia histórica de sus decisiones.

No queremos acabar con el financiamiento público a los partidos políticos, pero tampoco estamos dispuestos a ver como miles de millones de pesos se tiran a la basura. Se supone que el financiamiento a los partidos sirve para evitar que el dinero ilegal y los programas sociales se usen en las campañas, pero está claro que no ha servido de nada, a pesar del gran esfuerzo que hacemos para darles ese dinero, los partidos lo derrochan y nos traicionan usando recursos de procedencia ilícita y programas sociales con fines electorales.

En este momento los ciudadanos tenemos los puños levantados, para que la clase política escuche que no estamos dispuestos a seguir igual, queremos un nuevo sistema de partidos donde la democracia sea una prioridad para todos.

Lo mismo ocurre con los políticos de foto, los ciudadanos no estamos dispuestos a seguir comprando publicidad disfrazada de políticas públicas, mucho menos en situaciones de emergencia, por eso tenemos los puños levantados para que la clase política escuche con claridad que no queremos a funcionarios que se vistan de misericordia para la foto, necesitamos a políticos de verdad que se pongan el overol para hacer su trabajo y cumplir con su obligación, no para posar frente a la prensa.

Por eso los ciudadanos sacaron a gritos al Secretario de Gobernación de una zona de desastre donde quería atraer los reflectores de la prensa nacional y terminó atrayendo cientos de proyectiles lanzados por ciudadanos llenos de impotencia porque el funcionario estorbaba mientras ellos luchaban para rescatar a personas de los escombros.

Lo mismo le pasó a Miguel Alonso, Manuel Velasco, a su esposa Anahí, al presidente Peña Nieto, a su primera dama y a todos los políticos que salieron a la zona de desastre para entregar despensas, abrazos y sonrisas falsas, que fueron recibidas con alegría por los damnificados, pero que fueron duramente criticadas por el resto de los ciudadanos que observaron la frivolidad de quienes lucran con la miseria del prójimo.

Los ciudadanos tenemos los puños arriba para que los políticos puedan escuchar con claridad, por su propio bien deberían detenerse un momento y escuchar las primeras señales de vida de esta nueva sociedad.

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