En un acto inicialmente programado para celebrarse en Palacio Nacional, y verificado en el monumento que hizo Porfirio Díaz erigir en honor de don Benito Juárez, encabezó el licenciado Peña Nieto la ceremonia conmemorativa del natalicio del segundo; no obedeciendo, el desplazamiento de los altares patrios a lo largo de la calle Francisco I. Madero, a meras ocurrencias o caprichos del único vivo de los próceres aludidos, sino a la imperiosa necesidad de que así ocurriera; habida cuenta en esos precisos instantes el primero de los monumentos referidos, edificado con piedras del Templo Mayor y del Palacio de Moctezuma, y sitio además de residencia y deceso del homenajeado, era habilitado como set para la filmación de una película más del agente 007, y precisamente una secuencia en que el mítico James Bond, en uso de su legendaria “licencia para matar”, se deshace de un grasiento presidente populista, que intenta despojar a ilustres súbditos británicos de sus concesiones petroleras; y así las cosas, consecuente con su lema (no copiado de Vicente Guerrero, ya que el lic. Peña Nieto no sabe quién es Vicente Guerrero): “La patria es primero”, decidió el primer arrendatario ir con sus festejos a otra parte.
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Viéndolo bien, el ilustre Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, más conocido como el Príncipe de la Basura, no tenía de qué preocuparse: con la chismosa de la Aristegui afortunadamente fuera de la radio, y la ejecución de una maniobra que en el manual de militantes del muy H. Partido Revolucionario Etcétera figura en el nivel elemental, consistente en la continua remoción de la presidenta de la Comisión Nacional de Justicia Partidaria hasta colocar un personaje a modo, y mediante el manoseado mas eficaz recurso del madruguete denegar “por unanimidad” la solicitud de expulsión de tan salubre personaje, acusado de acoso sexual endémico perpetrado contra cualquier fémina tuviera el infortunio de cruzarse en su camino, durante los casi veinte años que fungió como máximo jerarca del partido de la revolución institucionalizada en el Distrito Federal.
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“La investigación –relativa a ciertos inmuebles provistos en razonables condiciones por algún contratista gubernamental- inicia y a partir de que ha iniciado (sic), empezamos con una labor de pesquisas en torno a nombres, contratos y así nos seguiremos, hasta que llegue el momento de dar a conocer la resolución respectiva” declaró don Virgilio Andrade Martínez, Secretario de la Función Pública, comisionado por el lic. Peña para investigarlo a él mismo y a su esposa, así como a su secretario de hacienda.
En ejercicio de sus facultades extrasensoriales vaticina esta columna que la antedicha “resolución respectiva”, será del todo favorable a los presuntos implicados. ■
