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lunes, 21 abril, 2025
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El SPAUAZ en su laberinto: la corta memoria

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Por: ALBERTO VÉLEZ RODRÍGUEZ • ROLANDO ALVARADO FLORES •

La corta memoria de los agremiados al Sindicato del Personal Académico de la Universidad Autónoma de Zacatecas (SPAUAZ) no consigna ningún otro rector que haya concluido el año con todas las prestaciones pagadas. Y sin haber solicitado préstamo a la Fundación para mejorar la vida de los docentes de UAZ. Por supuesto, ese logro suele banalizarse mediante alusiones a la creciente deuda con el ISSSTE, a la no aportación de las cuotas a Hacienda o, en fin, a la constante violación de los tiempos de entrega de las cargas de trabajo. Cada uno de los puntos anteriores es muy grave y relevante, sin embargo, se sabe bien que el problema financiero puede mitigarse, mas no resolverse sin un incremento al presupuesto. Los aguerridos dirigentes sindicales pueden variar el énfasis de sus diatribas al respecto, como tantos otros gestos inútiles que les son constitutivos, y así cautivar a su público, pero con ello no resuelven ningún problema. Por ejemplo, la Dra. Jenny González Arenas, secretaria general del SPAUAZ, señala en entrevista a los medios (e.g. “Rector está abierto al diálogo, pero no a resolver la problemática” IMAGEN, 05/01/2024) que “tenemos la voluntad de que se lleve el acompañamiento por parte del sindicato hacia las gestiones que lleve a cabo la rectoría, pero ese acompañamiento depende de la transparencia en cuanto al manejo de los recursos de la universidad. Desafortunadamente el rector no quiere transparentar”. ¿No quiere transparentar? Que recurra a la ley de transparencia y solicite lo necesario para defender a los agremiados. Lo hizo para obtener datos relativos al adeudo de la UAZ con el ISSSTE. ¿Cuál es el impedimento para hacer eso? No es transparencia lo que exige, construye un discurso enfático para convencer a los convencidos de la cerrazón de la rectoría. Casi lo mismo se puede decir del problema de las cargas de trabajo. Debido a que se carece de un análisis detallado del proceso real de su integración, se discute acerca de una idealidad y se exige su cumplimiento. ¿Y si resulta imposible cumplirlo en los términos acordados? He aquí un ejemplo. Para definir el número de grupos se requiere conocer el total de alumnos que pasaron de un semestre al siguiente. Y este dato se obtiene hasta que concluye el proceso de entrega de calificaciones con el examen a título de suficiencia. Sin embargo, el contrato estipula que la carga se debe entregar antes de siquiera saber cuántos reprobados hay. ¿Significa esto que para los sindicalistas el número de reprobados no afecta el número de grupos? Lo más seguro es que varios líderes sindicales, junto a sus asesores, ni siquiera reflexionan al respecto y tergiversan la situación para, de nuevo, construir un discurso. En un oficio que la Dra. Jenny González Arenas, secretaria general del SPAUAZ, remitió al rector de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Dr. Rubén Ibarra Reyes, de fecha 12 de enero de 2023, lo invita a iniciar las conversaciones acerca del pliego petitorio. Fija una fecha, pero indica que bien puede ser una reunión para acordar otras fechas de discusión de los temas en el orden que bilateralmente se defina (“en una primera reunión de esta mesa de negociación precisar el temario, el horario y el lugar en que se desarrollaran las pláticas”. No se deben escapar dos cosas. Primero, la fecha es un error, pues el 12 de enero de 2023 la secretaría general del SPAUAZ la ocupaba el Ing. José Juan Martínez Pardo. ¿No es seria la invitación? Segundo, en sus declaraciones a la prensa la Dra. González subraya que, aunque dice querer dialogar, el rector no precisa las fechas y lugares de ese diálogo y hace caso omiso de la propuesta que le hizo el sindicato al respecto. ¿Cansada de porfiar la Dra. descubrió que las propuestas del SPAUAZ eran unilaterales y decidió sentarse a definir, bilateralmente, los términos de la discusión? Un error puede ser sólo eso, pero a veces indica un propósito inconfesable. Al parecer, quienes no quieren dialogar, porque ya tienen trazada una ruta, son la dra. González y sus asesores. Esto se manifiesta en el discurso incoherente, a veces vago, pero siempre emotivo y enfático respecto a ciertos asuntos. Se tiene por objetivo proferir que la rectoría es abominable, cerrada, necia para después distender la situación y tensarla de nuevo con más afirmaciones dudosas pero llamativas. Este vaivén, creen sus diseñadores, permitirá desilusionar a los ilusionados y encandilar a los ciegos. Para ellos el problema es cómo convencer a los agremiados de dejarse utilizar y aprobar una huelga, cuyos únicos beneficiarios serán los aspirantes a diputados y rectores. ¿Por qué?, ¿no es la huelga el medio por excelencia para sentar al patrón a negociar y obtener beneficios? Cuando se plantea una huelga con objetivos claros y argumentables, quizá. De otra manera, cuando se lanza un paro general sin más fundamento que suposiciones dudosas o especulaciones delirantes, la derrota del gremio está garantizada. ¿Cómo entonces resolver los problemas de los agremiados, no los de la universidad? No existen recetas, pero sí apotegmas, y el más sencillo es: no creer en quienes, tras hundir a la universidad, dicen ser los únicos capaces de salvarla.

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1 COMENTARIO

  1. Excelente, se ganó otra base Rolando para sus secuaces, protección indefinida y bonos (transparentes en la nómina oculta)… que siga dando sus clases aunque no haya pasado la evaluación, porque esta: «evaluado, más no aprobado»

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