En la Reunión de Líderes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que se celebró en San Francisco, California, del 11 al 17 de noviembre de 2023, se repitieron los discursos comunes presentes en dichas reuniones. Por ejemplo, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos (EUA) dijo que “los miembros de APEC han reafirmado un interés común en aplicar políticas que amplíen la capacidad productiva de nuestras economías, al tiempo que se logran resultados como la reducción de la desigualdad y la protección del medio ambiente”. Añadió dicha funcionaria que “los países de la APEC están aplicando políticas similares a la reciente legislación del gobierno del presidente Joe Biden para promover la inversión en infraestructuras, semiconductores y tecnologías de energía limpia e investigación científica”. El problema es que la mayoría de esos países, con excepción de China, no tienen la capacidad de manejo de su política económica como EUA para tener política industrial para incrementar la inversión productiva, ni mucho menos para proteger el medio ambiente, lo cual requiere de créditos baratos, política de subsidios, expansión del gasto público, por lo cual no hay condiciones de reducir la desigualdad entre países y al interior de ellos, ni para proteger el medio ambiente.
Por su parte, el secretario de Hacienda de México en dicha reunión reconoce que “a nivel global se mantienen riesgos para la actividad económica y la inflación, particularmente para los países emergentes ―como lo es México―, que son más vulnerables a los choques externos”. Efectivamente, ello es un hecho debido a que las políticas predominantes que se han establecido contra la inflación, tal como la alta tasa de interés, la austeridad fiscal y la apreciación de la moneda, como es en el caso de México, actúan contra el sector productivo, por lo que persiste la escasez de productos que presiona sobre precios y nos hace estar sujetos a los choques externos. Ello debería llevar al secretario de Hacienda a modificar la política fiscal para apoyar al sector agrícola y manufacturero para encarar los rezagos productivos, reducir las importaciones y avanzar en la autosuficiencia, para disminuir nuestra vulnerabilidad externa.
En su intervención el secretario de Hacienda señaló que “el volumen de comercio global continúa decreciendo a la par de la producción industrial y la inversión”. Si el Secretario reconoce tal situación, es para que la política fiscal impulse el crecimiento del mercado interno, dado que no se avizoran expectativas de crecimiento hacia el mercado externo. Debe dejar de lado la austeridad fiscal que ha venido predominando, aunque para el 2024 plantea un déficit primario (el que excluye el pago del servicio de la deuda pública) de 1.2% del PIB, aunque es insuficiente para dinamizar la demanda interna para contrarrestar el déficit de comercio exterior y la débil inversión y consumo privado.
El secretario de Hacienda en dicha intervención comentó que “el dinamismo del mercado laboral mexicano, sumando a los programas sociales para mitigar el impacto negativo en la capacidad de compra de los trabajadores, ha contribuido a un crecimiento económico superior al esperado, el cual alcanzó 3.5 por ciento al tercer trimestre del año”. Pero lo que no señaló es que, en los 5 años del presente gobierno, el PIB trae un crecimiento promedio anual de 0.6%, a pesar de esos programas sociales. El crecimiento sostenido requiere de bajas tasas de interés, incremento del gasto público, tipo de cambio que se ajuste al diferencial de precios y de productividad entre México y EUA que es su principal socio comercial, así como política de empleo bien remunerado, lo cual no existe en la economía nacional.
