Desde la vieja guardia del movimiento punk londinense, aparecieron por doquier los discos de los Sex Pistols, extendiéndose en 1976 hacia Estados Unidos, que al año siguiente, patrocinaba fuertemente la propuesta mundial desde los gritos y la música estridente de Los Ramones, para conjugar una pareja de agrupaciones que de extremo a extremo clamaban por la anarquía y los pelos parados. México no fue la excepción y, de manera repentina, surgieron de las colonias más glamorosas dos bandas que subieron el volumen de sus amplificadores para hacer competencia a los punketos gringos que estaban causando sensación con su música de tres tonos. Dangerous Rhythm y Size ascendieron a los escenarios a principios de los pasados años 80 con una propuesta por demás original, y con letras en inglés y en español, cantaban a las cuestiones urbanas.
En Zacatecas se dejó venir el movimiento en ese lapso, por medio de las visitas que lograron hacer las agrupaciones que, de otros lugares de la República, se dieron la oportunidad: Energía, del Distrito Federal; los grupos de San Luis Potosí y Aguascalientes y, la más memorable de todas, en donde hoy en día es el Instituto de Cultura Física y Deporte del Estado de Zacatecas (Incufidez), una banda de mexicanos radicada en Los Angeles, California, EU, de nombre Why Nut (¿Por qué loco?)
Infinidad de grupos ha existido en el circuito subterráneo, quizás el subgénero más ‘under’ de la escena estatal; unos más radicales que otros, unos dulces, otro melódicos, algunos otros ‘posers’ o seguidores de una moda que adoptaron por el puro deseo de aparecer en escena; sin embargo, los más netos son los que han trascendido para llegar a conformar una larga lista que continuamente realizan ‘toquines’ en forma independiente: La Orquídea Polternwinter, Caguama, Lagañas, Kinder Play, Juanones, Eleaonor, Summers Day´s, Pangena, Kruda Moral, Kachybachez, Anexados, Axezo Denegado, Bolillos Duros, Indecentes, Indina Boa, Terrorismo Tropical, Sucia Moral, At All Freedom, Always Here, Roots 13, Terror Amor, Reclutando Mentes, Radikal, Buena Mierda, Pic Nik.
La Orquídea Polternwinter
Con el carácter ‘radicaloso’ del “Racla”, La Orquídea fue creciendo en el circuito para gritar a la humanidad que siempre ha estado inconforme con las actitudes frívolas y gandallas de una sociedad que no ha dado muestra de querer corregir el rumbo. He aquí las declaraciones del Polternwinter Supremo en un conocido bar, por supuesto. A principios del año dos mil, los músicos de esta agrupación grabaron un acoplado, titulado ‘Carentes de linaje’, con varias bandas zacatecanas, donde aparecieron tres canciones de ellos. Siempre ha afectado la cuestión monetaria; la ventaja ahora es que ya pueden grabar más seguido; van a estar con ‘Pablito’ de Juanones en su estudio. También tienen como 14 casetes grabados en forma casera, los cuales poseen muy buena calidad, por lo que en un futuro los darán a conocer también en disco compacto. La Orquídea tiene las producciones ‘Yo quiero un eleven’ en puerta, consistente en un álbum de dos discos; el Volumen I se llama ‘Punkñetas’ y el Volumen II, ‘El sinsentido de la vida’, pero ya en conjunto, la producción lleva el título de ‘Yo quiero un eleven’, por aquello de que ya cumplió 11 años en escena. Once rolas por volumen, o sea 22, de las que tuvieron que quitar otras 22 que no van a ver la luz pronto sino hasta otra producción, y a veces es hastiante no poder darles la vuelta a todas porque quieren que salgan bien; a veces las cuestiones del dinero, o el tiempo, no permiten todo el proceso.
La Orquídea se convierte en leyenda con su presencia, con sus canciones neuróticas, antisociales, piezas que se encaminan sólo a las viejas; han pasado tantos encuentros amorosos que, por la edad, te inclinas a otra cosa. “El Racla” sigue haciendo canciones de amor, pero están muy amargosas; Los Juanones se identifican más con las rolas que la banda quiere. En materia de composición, “El Racla” llega con la música y, en seguida, la da a conocer al resto de sus compañeros, aporta la idea principal, y con los arreglos de todos, pulen las canciones; ‘Insano’ viene desde esos tiempos, de hecho es la primera canción que sacaron a la luz como Orquídea, tiene más de 15 años esa rola, otras las han retomado, Las Rosas, que es una canción de esas de kiosco, de esas domingueras; un domingo que estaba en el jardín de Guadalupe, con una chava, fueron a ver el desfile de os cerdos, ahí llegó la idea de adaptarla.
Los integrantes de esta agrupación son zacatecanos de nacimiento: “El Racla”, vocalista y guitarrista, y ‘Panchito’, el bajista; Israel, el baterista, es del DF, pero zacatecano por adopción. ‘Panchito’ se conocía con “El Racla” y un día se encontraron en la calle, se dio la pauta para que ‘Panchito’ se integrara a La Orquídea. La Orquídea Polternwinter comenzó a tocar un año después de que ‘Panchito’ lo hiciera con su grupo Crucifijo, y cuando se organizaban tocadas, La Orquídea invitaba a Crucifijo y a otras bandas metaleras; entonces, no había tanta bronca entre los géneros, trataban de que se integrara todo mundo aunque existía rivalidad entre los “fresonas” y los grupos que se consideraban más “Bandota”. Así, en un aniversario de La Orquídea donde “El Racla” tocó encuerado en El Castillito, se conocieron ‘Panchito’ y “El Racla”, en un encuentro que se dio en la calle. “El Racla” le dijo a ‘Panchito’ que si hacían algún proyecto alterno; no sucedió de esa forma, sino por los constantes cuelgues de su anterior bajista. ‘Panchito’ se integró, en definitiva, desde enero de 2004; Burlesque era el proyecto alterno, era otro rollo, como que más ‘rebuscadón’; también invitaron a Cristóbal Murillo, quien era el baterista de Crucifijo, nada más que es muy huevón, aparte de mandilón, y ahí quedó todo. ‘Panchito’ se acopló a toda madre y desde entonces se integró a la banda, aunque a veces extraña sus raíces ‘metalosas’, pero se chinga. De hecho, ‘Panchito’ sigue componiendo su propio material, el que maneja a nivel casero, particular, porque su prioridad es la música de la Orquídea, porque le llena, le motiva y le gusta tocarla, porque es una música que identificas desde las primeras notas. El metal es una cuestión en la que hay que estar metido en esto para distinguir a cada agrupación, su estilo, su color, su propuesta. La Orquídea tocaría con Garigoles en Fresnillo, con motivo del aniversario de un cuate y aprovechando el 2 de octubre ¡No se olvida!; otro compromiso será con los Explotados de Argentina y lo que viene saliendo. “No es tan importante tocar con ellos porque son muy ‘mamones’; aunque la gente se imagine que cuando alternas con bandas de reconocimiento internacional vas a cotorrear con ellos, no es así, te mandan a la chingada, les vale madres, se meten en su papel de divas y solamente les sirve como currículum. Cuando tocaron con Los Rabanes y Los Aterciopelados no pasó nada, solamente otra tocada más; te discriminan ‘un chorro’ los organizadores”. Por ejemplo, en esa tocada, a una hora del concierto, “salieron con que no les podían prestar la batería y fuimos a traer la propia, con muchas prisas y con muchas broncas”, recordó ‘Panchito’; pero eso no lo tomaron tan a pecho, otra tocada más, como en el caso de la realizada en la feria de un municipio cercano a la capital; a la gente le falta mucha cultura musical, está acostumbrada a lo guapachoso, a lo ranchero, a lo tropical; otra forma de expresión no la acepta tan fácilmente, aunque cuando comenzamos a tocar, la gente se acercó. ‘Panchito’ se siente muy orgulloso de la banda que sigue de cerca los conciertos y, dice, es muy satisfactorio tocar para la gente que va a escucharlos. La Orquídea toca independientemente de que se les pague o no, pero hoy en día se ha devaluado mucho la cuestión financiera, ya que, mínimamente, se debería de cubrir los gastos de transporte, equipo, alimentación, y no aprovecharse de su condición de organizadores para joderte.