El controvertido y centenario político, académico y diplomático Henri Kissinger, ha publicado recientemente un nuevo libro titulado Liderazgo. Seis estudios sobre estrategia mundial. Dada su amplia experiencia en el escenario internacional, desde tiempos de Kennedy hasta la actualidad, el político angloamericano expone interesantes lecciones sobre lo que él concibe como el liderazgo en la historia reciente del mundo a partir de seis casos: Konrad Adenauer, de la Alemania posguerra; Charles de Gaulle, de la Francia invadida por los nazis y su posterior recuperación; Richard Nixon, si icónico jefe y presidente caído en los Estados Unidos de finales de los sesentas e inicios de los setentas; Anwar Sadat, del Egipto en época de la guerra fría; Lee Kuan Yew, de Singapur en su nacimiento y florecimiento; y finalmente, de la Primer Ministra británica, Margaret Thatcher, la única mujer, por cierto, en su estudio.
Se pueden tener muchas diferencias con el rol histórico de Kissinger. Baste decir que la lectura de este texto ha coincidido con la conmemoración del quincuagésimo aniversario del golpe de Estado en Chile, en el que la intervención de los Estados Unidos, y particularmente del entonces Secretario de Estado Kissinger, es tan reprochable, que por sí misma es suficiente para reprobar el personaje histórico del autor. Sin embargo, nunca deja de ser interesante, más allá del mensajero, la narración e interpretación de la historia, encarnada en personajes que se convirtieron en estadistas memorables, por un testigo de primera línea, en este caso Kissinger.
El repaso por la vida y el desempeño histórico de estos cinco hombres (pues reconozco que aún no termino el libro, quedándome pendiente el capítulo referente a Margaret Thatcher), está colmado de interesantes lecciones, frases, anécdotas y reflexiones. Desde la sabiduría paciente del canciller Adenauer, en un contexto en el que su nación se enfrentó a la desaparición misma luego de su derrota en la segunda guerra mundial, pasando por la tenacidad, persistencia y seguridad imbatible del gran presidente De Gaulle; hasta la descripción de esa mente política disruptiva, obsesiva e inclusive patológica que convirtió en un personaje extraordinariamente audaz e inteligente a Richard Nixon, tan extraordinario fue, que ha sido, hasta el momento, el único presidente en la historia de la democracia estadounidense en renunciar. Extraordinario hasta en la caída.
No solo hay lecciones sobre la personalidad de los estadistas enlistados. También de naciones y la forma en que se transformaron y dieron un giro en su historia. De eso tratan con mayor profundidad los perfiles dedicados a Al Sadat, en el caso de un Egipto en búsqueda de la paz, aún a costa de la soledad regional, que su convicción le ocasionó entre los países árabes de medio oriente; hasta el nacimiento y supervivencia de una nación que nacía a la historia: Singapur, bajo el liderazgo de Kuan Yew, que convirtió, por cierto, a su país, en un referente de desarrollo, crecimiento económico y bienestar, fuera de los esquemas tradicionales preexistentes.
La formación de liderazgos que no ignoren la historia creyéndose inventores del hilo negro, sino receptores de siglos de experiencias, con capacidad de análisis, adaptación e impulso del cambio, conservando lo que mucho ha costado, se presenta como una tarea indispensable sí se pretende rescatar a la política como actividad que mantenga cohesionada a la sociedad y la impulse con audacia al cambio necesario.
@CarlosETorres_
