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viernes, 19 abril, 2024
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Alfarería Roque, tradición que continúa con la elaboración de artesanías de barro en miniatura

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Por: ALMA RÍOS •

■ En Zacatecas sólo 10 talleres se dedican a esta actividad y a la microalfarería: Sezac

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■ Llevarán a cabo el tercer Concurso Nacional del Juguete Popular Mexicano

El 23 de agosto de 2013 es la fecha límite para registrar piezas en el tercer Concurso Nacional del Juguete Popular Mexicano elaborados en sus variantes de alfarería y cerámica, muñecas, fibras vegetales, metalistería, maque y laca, talla en madera, instrumentos musicales, papel y cartonería y otros elementos como el hueso, la concha y el vidrio.

En Zacatecas, según informó Milagros Hernández Muñoz, cabeza de la Subsecretaría de Desarrollo Artesanal dependiente de la Secretaría de Desarrollo Económico, sólo 10  talleres se dedican a este tipo de actividades, entre ellos el encabezado por Eloisa Roque Valdivia, quien da continuidad a la elaboración de objetos de barro en miniatura tradicionalmente usados en los juego de recrear el ambiente de la cocina por niñas de otras generaciones: jarros, platos, cazuelas, metates, ollas y comales, entre otros.

De esta artesanía ha derivado otra denominada microalfarería en la que se reproducen este tipo de objetos en tamaños asombrosamente pequeños, destinados ya no al juego sino al coleccionismo y entre los que se encuentran juegos de cacerolas, vasos y vajillas, los tradicionales “nacimientos” y  recientemente la reproducción de callejoneadas,  personas que en ánimo de festejo siguen a un conjunto musical, tamborazo por calles y callejones de la ciudad de Zacatecas bebiendo mezcal  que transporta en cántaros un burro.

La familia Roque, integrada por alfareros, en este momento en su cuarta generación, tiene ya un nombre ganado mediante este oficio, no solamente en su original Jalpa, donde inició esta historia en el Barrio del Carmen, probablemente entre finales del siglo 19 y principios del 20, sino en entidades como Jalisco, en donde según comentarios citados por Eloisa, se reconoce a su padre, Rodrigo Roque Perales como el artesano que inició la fabricación de los trastes de cocina en formato pequeño.

Es a su abuela, Elodia Perales Valenzuela a quien esta artesana ubica como su antecesora en el arte de la alfarería. Esta mujer habría aprendido de los hermanos de su esposo para luego enseñar a sus hijos el oficio, de ellos Rodrigo, resolviendo un problema práctico: el que las piezas utilitarias fabricadas para el hogar no se secaban en época de lluvia, tuvo la ocurrencia de realizarlas más pequeñas, con lo que estableció el formato y estilo a los que hoy se les da continuidad.

Rodrigo enseñó a su vez a su esposa, María Valdivia. De esta pareja de artesanos, aunque sus 11 hijos aprendieron, persisten dentro de esta actividad  tres de ellos, uno radicado en Jalpa, otra en Estados Unidos ya ubicada como ceramista y Eloisa, quien se trasladó a Zacatecas apenas en 2006, mismo año en que ganó el Premio Especial Rodrigo Roque, una distinción que con el nombre de su padre se otorgaba dentro del Concurso Estatal de Cerámica, hoy ya desaparecida.

Eloisa se recuerda a sí misma jugando “a la comidita” con estos juguetes y a sus 11 hermanos participando de la elaboración de los mismos, enseñados por su madre, que hoy con 81 años todavía realiza piezas en este barro jalpense moldeable, al que María Valdivia agradece el haber podido trabajar en casa sin descuidar a sus hijos pues, en este oficio dice su heredera, “uno se toma sus horarios y sus vacaciones”, aunque también señala que no hay en él horarios de ocho horas, sino jornadas más extenuantes y dificultades para su comercialización.

Actualmente con 51 años de edad,  Roque Valdivia reitera que no aprendió el oficio, “lo vivió” desde pequeña “y todavía seguimos”, dice sonriente. En conjunto con sus hijas, una de las cuales de manera más marcada se proyecta como la heredera y continuadora de la Alfarería Roque acaba de abrir una tienda de artesanías en el Centro Histórico de Zacatecas en la que pueden encontrarse piezas con precios que oscilan entre los tres y los mil pesos.

El que la gente visite este lugar, ubicado en el número 105 del Callejón del Lazo con el fin de ver su trabajo ya representa una satisfacción, la otra, la primigenia, es poder transformar el polvo, la tierra que trae de su natal Jalpa, “en rellenitos”,  como se le llama a la fabricación de cazuelas, cazos, cacerolas, platos, vasos, jarras y cántaros, entre otros objetos, que representan un reencuentro con la niñez de muchos de sus clientes, mismos que con tristeza lamentan que sus nietas o hijas ya no los demandan, pues se divierten en sus ratos de ocio con juegos electrónicos.

El tercer Concurso Nacional del Juguete Popular Mexicano obsequia un premio principal de 12 mil pesos y es convocado por la Secretaría de Desarrollo Social a través del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart) y el Museo del Juguete Popular Mexicano La esquina, éste último, lugar a donde deben registrarse las piezas que deben tener “no más de un año de elaboración” y no haber participado antes en otro certamen. Los juguetes deben ser funcionales y elaborados con técnicas, materiales y diseños tradicionales, así como nuevas propuestas de diseño.

En Zacatecas puede accederse a mayores informes en la Subsecretaría de Desarrollo Artesanal ubicada en Plazuela Miguel Auza 312, Centro Histórico, y a sus teléfonos: 92 437 23 y 92 544 78.

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