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viernes, 29 marzo, 2024
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El ISSSTEZAC y la mortificación del cuerpo

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Por: ALBERTO VÉLEZ RODRÍGUEZ • ROLANDO ALVARADO FLORES • Admin •

No se pagó el salario correspondiente a la primera quincena del mes de septiembre de 2021 de los docentes de la Secretaría de Educación y Cultura del Estado de Zacatecas. Tampoco cubrió el gobierno estatal la mensualidad de los jubilados y pensionados del Instituto de seguridad y servicios sociales de los trabajadores del Estado de Zacatecas (Issstezac). ¿Por qué ocurrió esto? Según explicación del gobernador, David Monreal Ávila, se debió a la retención del presupuesto federal del Estado debido a deudas con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Ya antes se había incurrido en falta de pago del aguinaldo (e.g. “En quiebra técnica el Pensionissste-Zacatecas” La Jornada 02/06/2021) y las declaraciones del entonces director del Issstezac, Marco Vinicio Flores, señalaban la ausencia de capacidad de pago por falta de liquidez: “se arrastra un déficit de 44 mil millones de pesos”. ¿Cuál es la razón de esa deuda? Según parece todo se remonta a errores de diseño. En palabras del ex director Flores: “Cuando se creó la ley del 89 los trabajadores aportaban 6 por ciento de su sueldo durante 30 años y después de otros tantos ya se llevaban más de 100 por ciento de eso, entonces uno no ocupa ser actuario para darse cuenta que desde su diseño está mal”. Sin embargo, la ex diputada Alma Dávila Luévano considera prudente disentir del ex director. Para ella las causas del desfinanciamiento son otras: “la corrupción y el saqueo de los directivos y de la cúpula dorada del organismo en la última década, como ha quedado demostrado en el informe final de la auditoría integral que impulsé en la legislatura con el aval de la Auditoría Superior del Estado” Y ofrece un dato: entre 2015 y 2019 el Issstezac recaudó 3518000000 (tres mil quinientos dieciocho millones de pesos). ¿Es mucho?, con un simple ejercicio es posible darse una idea de si esta suma alcanza o no para cubrir las necesidades de los jubilados y pensionados. De acuerdo a los datos de gobierno del Estado para el cuarto trimestre de 2019 el Issstezac debía pagar pensiones y jubilaciones a 4257 afiliados. Los montos van desde los 51 mil pesos mensuales a 4 mil. Pero para facilitar el cálculo supongamos un reparto equitativo de los 3518 millones. Alcanza para darle a cada uno, en esos cuatro años, un monto de 826403 pesos durante los cuatro años, es decir: 206600 por año o 17216 por mes. Parece que sí alcanza, incluso con estos cálculos groseros. Ahora bien, si se reduce el total en 30 % para aportarlo a un fideicomiso se le restan 1055400000, lo que produce un total de 2462600000 (dos mil cuatrocientos sesenta y dos millones seiscientos mil pesos). Si esta es la cantidad que se debe aplicar al pago de jubilaciones y pensiones alcanza para una cantidad equitativa de 12,051 pesos al mes. Debido a la diferente asignación de dineros a los afiliados, que como ya se mencionó oscila entre los 51 mil y los 4 mil pesos, resulta que quizá no alcance. Aunque el monto de deuda sería, tal vez, no muy grande. Ahora bien, el ejercicio anterior es muy tosco, se supone una cantidad de dinero fija, no en flujo, y un número definido de beneficiarios, no un flujo de estos. ¿Qué significa la palabra “flujo”? ¿qué quita o pone a la situación? Se utiliza esa palabra porque, literal, las aportaciones y cuotas configuran un flujo de efectivo que mes con mes se acumula a lo largo del año. De la misma manera los jubilados y pensionados son una población creciente, no estática, en un doble sentido: se añaden nuevos beneficiarios y por causa de defunción se retiran otros. Ahora bien, las aportaciones no las hacen los jubilados sino los trabajadores en activo y los gobiernos estatal y federal si es el caso. Resulta claro, pues, que en cualquier instante de tiempo quien cotiza, un trabajador en activo, carece de fondos para su jubilación si el sistema de aportaciones es “solidario”: serán los trabajadores nuevos los que aporten a ese sistema. Si ese flujo de trabajadores nuevos se reduce entonces se reducen las aportaciones y el sistema solidario se desfonda. Por eso, debido a los cambios en la densidad de nuevas contrataciones como producto de las sucesivas reducciones del tamaño del gobierno (ahora se le llama “austeridad”), se cambia de régimen de financiamiento. Cada trabajador deberá aportar a un fondo propio, y podrá jubilarse o pensionarse con lo que haya ahorrado. De esta manera el sistema de fondos para el retiro ya no depende del número de contrataciones, sino de los años de aportación. Los dineros de las pensiones, como parece claro, se reducen: no se podrá jubilar un trabajador con el 100 % de salario y prestaciones porque los ahorros individuales, aún con la magra ayuda de un gobierno “austero”, son insuficientes para eso. Las soluciones “neoliberales” al problema de las jubilaciones son, literalmente, “austeras” en el sentido de mortificadoras del cuerpo: exigen más años de trabajo, hasta los 65 o 70, menos tiempo de júbilo, 5 años o menos. Para tener las jubilaciones que ofrecen los sistemas hoy en crisis se necesita crecimiento económico, no austeridad.

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