Después de varias semanas de campaña sin que el electorado diera señales de vida, la actividad reflejada en las redes sociales y medios de comunicación durante los últimos 10 días puede indicar que, finalmente, algunos candidatos encontraron el camino para entrar en contacto y establecer la comunicación política con sectores significativos de la sociedad. Está la mesa puesta para la expresión de la voluntad política por medio del voto libre y secreto el próximo domingo 6 de junio, en urnas para diputados federales, para gobernador, para diputados locales y para autoridades municipales.
En lo que corresponde a la disputa por las diputaciones federales, que al principio se veía muy complicada para Morena por la gran cantidad de problemas generados por el método de designación de las candidaturas, al final parece que funcionaron los llamados a cerrar filas con el presidente; todos los reportes publicados por empresas encuestadoras serias sobre la posible composición de la Cámara respectiva indican que la coalición encabezada por Morena dispondrá de una mayoría relativa (más de 50%) holgada, pero lo que está en duda es la mayoría calificada (más de 66%) necesaria para reformar la Constitución o para aprobar diversos nombramientos. Si asumimos que las reformas a la carta magna indispensables para el avance de la 4ª T ya se realizaron en la presente Legislatura, y que algunas se podrán lograr consiguiendo unos pocos votos de las fracciones opositoras, se puede concluir que el gobierno de AMLO no tendrá obstáculos mayores para impulsar sus programas más trascendentes.
Parece probable que la reforma integral al sistema electoral, incluyendo al sistema de partidos, deba dejarse para mejores tiempos, pero sería muy bueno que la sociedad se disponga a presionar para que todos los partidos inicien de inmediato el debate sobre los propósitos de la reforma que se requiere; adelanto dos que parecen evidentes: el empoderamiento de los militantes de los partidos a costa de sus cúpulas, y la disminución de los costos económicos de nuestra democracia. Otro gran asunto que podría abordarse es el papel del sistema de medios de comunicación en el debate nacional, no solo durante las campañas electorales. Ya es evidente que la polarización entre las coaliciones Va por México y Juntos haremos historia transcurre en torno de la oposición o el apoyo a la 4ª T, donde prácticamente todo el sistema de medios masivos de comunicación ha cerrado filas en contra, mientras que las conferencias de prensa mañaneras del presidente se han convertido en el instrumento para impulsar las posiciones a favor; esos agrupamientos en blanco y negro han cerrado los caminos a la diversidad de grises presentes en la sociedad, pero inexistentes en el dialogo social real. Hay que encontrar las vías para pluralizar el sistema de medios y, consecuentemente, las reformas que correspondan al formato de las mañaneras. La diversidad social y la pluralidad política de la sociedad mexicana no caben en el actual esquema en blanco y negro.
Por su parte, los procesos electorales estatales y municipales han sido el escenario para desnudar ante la opinión pública la disfuncionalidad del sistema de partidos en su conjunto. Las protestas ante las designaciones de los candidatos y la avalancha de declinaciones y llamados al voto útil ocurridos en los días recientes, ha convertido la lucha de partidos en una simple rebatinga de bandas por el botín, en donde poco, demasiado poco, importa el debate y las propuestas programáticas o, en el mejor de los casos, en una confrontación de liderazgos personales o familiares con presencia local significativa. Será muy interesante estudiar a fondo, en lo cualitativo y lo cuantitativo, el voto diferenciado que sin duda aparecerá en los escrutinios y cómputos en casillas y órganos electorales, y su efecto en la gobernabilidad democrática municipal y estatal. Ojalá que los académicos zacatecanos aprovechen la oportunidad y hagan un gran servicio al pueblo zacatecano investigando las causas de fondo que expliquen la votación estatal y de los principales municipios, y permitan a las nuevas autoridades conocer las prioridades de las poblaciones estatales y municipales.
Desde mi punto de vista, quienquiera que logre el triunfo en la lucha por la gubernatura de Zacatecas, estará obligado a conducir un profundo proceso de consulta ciudadana para elaborar el plan estatal de desarrollo estatal que regirá la acción gubernamental 2021-2027, procurando su convergencia con el plan nacional, con el propósito de que sea apoyado en lo esencial por el Gobierno Federal. Es muy importante asegurar que la elaboración de ese documento en Zacatecas sea mediante un procedimiento muy participativo, de manera que garantice la unidad de voluntades de pueblo y gobierno, y facilite el diálogo y la corresponsabilidad entre las distintas esferas gubernamentales. Es fundamental contar con ese instrumento para la acción política constructiva y colaborativa, además de que sea un instrumento sólido para convencer al presidente AMLO de que su voluntad justiciera tiene que expresarse en una mayor atención a las demandas prioritarias de los zacatecanos. ν
