Si hay un tema que debería estar en la palestra pública, analizando y debatiendo caminos para superar la crisis provocado por el confinamiento mundial, es justamente la economía nacional. Si bien son apenas 5 días de campaña, observamos muy poco debate en torno a este tema con los candidatos y tampoco existe algo por parte de las autoridades municipales, estatales o federales.
La recuperación del fatídico 2020 ha sido muy lenta aunque las expectativas son positivas porque se suman al crecimiento de Estados Unidos donde al final de este año habrán recuperado la situación pre-pandemia. Eso es así porque EEUU ha generado estímulos monetarios y fiscales muy importantes, y eso ha revitalizado su economía; que además, ha mejorado la nuestra. Por ejemplo, México recupera ingresos por la vía de las exportaciones a su principal socio comercial, mientras que el mercado y consumo interno avanza muy lento respecto al externo. El saldo final del derrumbe en 2020 fue de menos 8 por ciento del PIB, y si creceremos a 3.5 anual con índices de inflación rondando los 4 por ciento, el escenario indica, por un lado, lentitud, y por otro, recuperación desigual, justo reportábamos el descomunal crecimiento de la fortuna de los 10 mexicanos más acaudalados, mientras que millones de mexicanos pasaron a las filas de la pobreza.
A grandes rasgos se perdieron 227 mil empleos por mes, y ahora se recuperan 78 mil. Y en el último mes la recuperación cayó a 48 mil. Para enero había 9 millones de desocupados involuntarios, pero trabajadores críticos, inactivos y precarios sumaron 24 millones. Esto es, tenemos una recuperación de empleos, pero en situación de precariedad. Poca ayuda. En general, el Estado, con la política de no contratar deuda, ha seguido ausente en la intervención progresiva de la economía. Usaba reservas o los llamados ‘amortiguadores’ de las crisis, como el Fondo de Estabilización Presupuestal, del cual queda muy poco. Y no se ven medidas esperanzadoras en puerta salvo la apertura de actividades que puedan llegar con el semáforo verde. Para buena fortuna de las arcas nacionales el mercado mundial del crudo recuperó precio, pero el escenario, como todo en la actualidad, sigue siendo incierto. Si bien las medidas recaudatorias y de combate a la evasión fiscal son positivas, estas ven rápidamente sus límites por la falta de dinamismo económico.
Las medidas de los distintos órdenes de gobierno para estimular la economía han sido flacas e insuficientes. Al mismo tiempo que elimina el Programa de Apoyo al Empleo (PAE) de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. Y tampoco se genera un programa de apoyos al desempleo. El mercado solo no recuperará vitalidad sin intervención del Estado. El nivel del consumo que significan los programas de transferencias monetarias a jóvenes y adultos mayores no alcanzan para reactivar el mercado interno. Sin duda ayudan un poco, pero no son soluciones. Esperamos que después del 2021, con el nuevo Legislativo federal, el gobierno se decida a superar realmente el neoliberalismo de su política económica. Y ascendamos a una superación real, no sólo verbal de ese mal llamado ‘ortodoxia económica’. En el ámbito estatal, no se han visto las propuestas para activar la economía estatal (con excepción de algunas declaraciones genéricas), y a este tema le estaremos dando seguimiento y reportando en este medio, para que se convierta en uno de los criterios de voto de los ciudadanos zacatecanos.
