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viernes, 29 marzo, 2024
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Con Biden ya se vio un cambio en la narrativa en el tema migratorio: Miguel Ángel Aguilar

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Por: ALEJANDRO ORTEGA NERI •

■ La agenda bilateral no debe dejar de lado temas como la presencia de la DEA en México

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■ “Se da un cambio interesante, un discurso de regularización. Estamos hablando de casi 11 millones de migrantes irregulares que están en Estados Unidos”

■ “No es una agenda sencilla, son un montón de cosas que se tienen que atender”

 

Con la llegada de Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos, la cual asumió ayer y que tiene como primeras órdenes ejecutivas, entre otras, frenar la construcción del muro con México y preservar el DACA, se vislumbra que el cambio en el tema migratorio está operando en la narrativa, pues se pasó de un discurso en el que se vio al migrante como un “enemigo ubicable”, a un discurso sobre la regularización de su estatus, que pudiera verse con “buenos ojos” pero sin dejar de vigilar los acuerdos y el respeto a los derechos humanos de los migrantes.

Así lo consideró en entrevista para La Jornada Zacatecas, Miguel Ángel Aguilar Dorado, coordinador del Centro de Estudios Migratorios de la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas de la Segob, quien señaló además, que si bien el tema migratorio tiene un papel fundamental en la agenda bilateral, no es el único tema, sino que Biden tiene que tratar también con el gobierno de la Cuarta Transformación, temas como la presencia de la DEA en México, la relación de interdependencia de los países, temas militares, tráfico de drogas y personas, y la relación de interdependencia entre los 10 estados que son vecinos en la frontera norte.

“No es una agenda sencilla, son un montón de cosas que se tienen que atender, pero se ve con buenos ojos que se haya cambiado a esta agenda que ha sido centrada en el tema migratorio. Tampoco es cosa menor, pasamos de un presidente, Donald Trump, que vio al migrante como un enemigo ubicable, que le borró todas las particularidades. Él decía que el migrante siempre es mexicano, no había nacionalidades, y siempre es violador o pendenciero, no había características individuales”.

“Se da un cambio interesante, un discurso de regularización. Estamos hablando de casi 11 millones de migrantes irregulares que están en Estados Unidos y se les está pidiendo que tengan al menos, ocho años de residencia. Pasamos del discurso de la construcción y fortificación de muros fronterizos, que por cierto tiene mil 136 kilómetros y compartimos mil 144 de territorio, a un discurso sobre la regularización y a poner temas sobre la mesa comunes. Para mí eso es bastante importante”, dijo el también sociólogo.

No obstante, y de acuerdo con una reflexión personal, Aguilar Dorado señaló que los procesos de regularización que se están dando en el mundo, como lo hizo Italia y Portugal, y la decisión de Estados Unidos de hacerlo también, pudieran tener que ver con la pandemia y con la pirámide poblacional, pues la población está envejeciendo y se han abierto también muchos nichos laborales, por lo que pudiera ser prudente hacer procesos de regularización que no necesariamente estarían empatados con la dignidad.

Y es que para el estudioso en temas migratorios, la regularización también puede estar encaminada a un proceso de precarización, porque mal entendida, podría convertirse en una propuesta de atracción y, por ende, habría más caravanas de migrantes con destino a Estados Unidos, lo que consideró como un tema de cuidado, ya que las centroamericanos que las integran están en altos contextos de vulnerabilidad y viajan en condiciones inhumanas, a lo que se le sumaría el contexto de la pandemia. En ese tenor, consideró, tendría que haber una responsabilidad compartida de los países.

“Yo creo que los primeros pasos que debería dar el gobierno de Estados Unidos en conjunto con México, son planes para el desarrollo en el sur de México y en Centroamérica. No es una mala idea, porque toda política migratoria tiene como antecedente una política de integración a los países de origen. Sin embargo, y sin adelantar ni vaticinar nada, la llegada de Biden sí abre posibilidades para la inmigración. Estados Unidos es el país que más inmigrantes recibe y por nuestra vecindad, somos el gran país de tránsito”.

“En términos de lo simbólico: que haya una vicepresidenta que sea mujer y que no sea blanca; que en la toma de posesión cantara Jennifer López y que además hablara en español, sí es un mensaje importante de apertura. Entiendo que mediáticamente es una auto presentación de Biden como presidente unificador, pero no hay que perder de vista que los demócratas han sido muy cautelosos con la migración, incluso Obama fue el gran deportador. Me parece que nuestro trabajo es ver con buenos ojos la anunciada apertura al diálogo, pero sin dejar de vigilar los acuerdos y el respeto a los derechos humanos”.

Para el coordinador del Centro de Estudios Migratorios de la Segob, pudiera haber primeramente acciones muy concretas, como terminar con el llamado “Quédate en México”, el programa de ver al país como un santuario en el paso de los migrantes y que fue una decisión unilateral del anterior gobierno estadounidense. Pero esto sólo puede terminar si se aumenta la atención en la frontera sur, precisó. Además, señaló que si se va a disuadir la migración irregular, no tiene que ser desde la crueldad, sino desde la cooperación.

“La agenda es muy ambiciosa, y más si tenemos en cuenta que Estados Unidos también está ardiendo por dentro y que tiene que remediarse el desastre que se hizo en la administración anterior. La situación con Biden no es sencilla, es una oportunidad de apertura para México, pero con responsabilidad compartida. Sin embargo, la apertura y la posibilidad de sentarse es un buen avance. No creo que se vaya a cambiar en tres días, pero sí el cambo en la narrativa es significativamente importante”, concluyó.

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