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viernes, 26 abril, 2024
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Lo importante no es el cargo, sino el encargo

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Por: Jorge Adán Hernández •

Quienes queden en los cargos de elección popular en este proceso electoral van a jugar un papel determinante. Según el actuar de nuestros próximos representantes, sobre todo de las Diputadas y Diputados Federales, se acelerarán o frenarán los planes de la 4T. Por eso es importante que quienes vayan a ser candidatos sepan bien a lo que van y lo que deben representar; y no anden ahí aspirando por simple ambición al poder.

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Muchos de nosotros, por no decir que todos, hemos escuchado la icónica frase “ya me toca”, cuando oímos a algún actor político expresar sus argumentos del por qué se cree merecedor de un puesto o una candidatura. Esa frase tan utilizada por los políticos tradicionales, resume las aspiraciones políticas de quienes la emplean, a una simple y vil aspiración al puesto, al cargo, al empleo, haciendo a un lado la verdadera finalidad que tienen los cargos públicos, que es representar los intereses del pueblo.

Muchas veces quienes participan en la política y que por ende aspiran a cargos públicos, son motivados únicamente por una ambición personal o de grupo; se perfilan como “lideres” para ir cobrando cuotas de poder en el camino de su carrera política; algunos juniors de la política, se creen merecedores de cargos o candidaturas, sin tener nada más que un apellido y un “legado” familiar en la política. La política se ha convertido en una especie de “bolsa de trabajo”, a donde se acude no a ayudar sino a conseguir trabajo; donde muchos de los que se dicen ser líderes políticos, son solo busca chambas. Los partidos se han ido convirtiendo en agencias de colocación donde hay que trabajar para ganarte un puesto y un “sueldito” y hasta ahí. La sociedad se ha llenado de “activistas” que aspiran a un cargo público, sin tener la menor idea del para que son los cargos.

Esta semana, en Zacatecas, el PRI comenzó con el registro de sus aspirantes a los diferentes cargos de elección popular: de igual forma, morena, el día de ayer registró a las ciudadanas y ciudadanos que aspiran a contender bajo las siglas de Regeneración Nacional por un curul en la Cámara de Diputados. En ambos partidos estoy seguro que hubo de todo tipo de aspirantes y suspirantes. Hubo militantes de hueso colorado; hubo auténticos líderes; luchadores sociales; hombres y mujeres de partido con legítimo derecho de competir; como también, hay que saber que, en ambos partidos, hubo registros de oportunistas; de militantes o simpatizantes de momento; de quienes por medio de candidaturas pretenden cobrar alguna cuota de poder o chantaje; de personajes que consideran que “ya les toca”. La diferencia radica en que un partido asume como suya y cobija a la vieja política tradicional y abraza a quienes la practican, sus viejas prácticas les funcionaron para gobernar varias décadas a México; por el contrario, el otro partido, se fundó con la determinación de practicar una nueva forma de hacer política y dejar a un lado las viejas prácticas.

Como bien sabemos y ya es muy notable, México está pasando por un profundo e importante proceso de transformación; estamos viviendo un proceso donde se cambia lo viejo por lo nuevo; un proceso en el que se pisan muchos intereses de personas y grupos muy poderosos. En este proceso de cambio de la 4T, los encargos de quienes son servidores y funcionarios públicos han tomado una gran relevancia.

Quizá después de los constituyentes de 1917, los Diputados Federales en nuestro país nunca habían tenido una gran responsabilidad sobre sus hombros como los de la actual legislatura y la que sigue en este año. Parte fundamental de que se logren los objetivos de La Cuarta Transformación, es que se aprueben las reformas estratégicas, como lo han sido reformas constitucionales como la que incluyó los programas sociales a la Carta Magna o como la reforma laboral. Si bien supimos desde un principio del nuevo gobierno, es que AMLO ha estado los cambios más profundos y en los que se pisan más intereses de las élites, para los últimos 3 años de su gobierno; es decir, a los próximos diputados y diputadas federales les tocara discutir y aprobar las próximas reformas estratégicas como la energética y la fiscal.

Las diputadas y diputados que estén en las filas de la 4T en la próxima legislatura, no pueden andar con titubeos, no pueden ser tibios. Deben estar comprometidos totalmente con el proyecto de nación, en la siguiente legislatura no se puede poner en riesgo un solo voto, no puede haber cambios en la bancada de morena como los hubo en esta primera legislatura de nuevo gobierno.

Para que sea un éxito la continuidad de la 4T, en la siguiente legislatura no puede haber personajes que pongan por encima del histórico momento de transformación, su servilismo a personajes con intereses personales y cupulares. Para que eso no pase se debe cuidar desde ahorita quienes son candidatos y candidatas.

En las próximas elecciones lo importante no será el cargo, sino el encargo. ■

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