La democracia no es únicamente un conjunto de garantías institucionales, una libertad negativa. Es la lucha de unos sujetos, en su cultura y su libertad, contra la lógica dominadora de los sistemas.
Alain Touraine
Morena concluye los registros de aspirantes a la presidencia del partido, el número supera por mucho al de afiliados totales al PRD. Bueno, quizás no sean tantos aspirantes ni sean tan pocos los afiliados a las otras fuerzas políticas, lo que sí es verdad es que la totalidad de los partidos perdió (al último cómputo) cerca del 70% de sus afiliados, despejando un panorama interesante a la vez que complicado.
Es interesante la cifra, pasar de 5 millones a un millón no sucede todos los días, y el escenario plantea una necesaria reconfiguración de sus ejes programáticos, o de plano, una necesaria reestructuración del sistema de partidos en nuestra nación, aquí la exigencia ciudadana es clara, todavía, Morena es el único (recordemos que los aliados tampoco apoyaron la iniciativa) que propone reducciones serias al financiamiento que reciben todos los partidos.
Con 52 aspirantes a la presidencia, el río está muy revuelto. Después de la resolución del tribunal todos acá estamos deseando que la cosa no hubiera llegado tan lejos, como también vamos deseando, algo tarde, que la unidad y el trabajo en torno a nuestro programa político hubiera pulido las desavenencias que ya venían inflándose entre personajes de izquierda que, a título personal, tienen todo mi respeto.
Hoy no falta ningún sabor para la elección de nuestro presidente, vamos desde la más experimentada izquierda hasta los defensores del estado fuerte moderno. Desde los teóricos hasta los comunicadores. A todos los aspirantes deseo suerte, pues el proyecto que nos unió en principio sí requiere una acción decidida que nos devuelva al trabajo de base y nos saque de los atolladeros internos, tengo bastante seguridad de que más temprano que tarde, si hacemos las cosas bien, estaremos transitando esos carriles.
Por lo pronto, el aglutinamiento de perfiles tan fuertes en un mismo sitio, y el enorme crecimiento del padrón de afiliados en tiempo récord ha traído condiciones que son siempre deseables, pero a la vez muy difíciles. Hablo de una hipertrofia bárbara del músculo político, que está ahí, que sabemos que existe, pero mientras las fibras no asuman con seriedad nuestros principios fundacionales de izquierda progresista, difícil será consolidar los enormes esfuerzos sociales y gubernamentales que se han llevado a cabo en este último año.
Los derechos civiles están en la mesa, los impuestos progresivos, el robustecimiento, hoy innegable, de los programas sociales, todos estos logros y su posterior avance estarán en riesgo si pensamos que la pura efervescencia política los va a mantener vigentes. La enorme inversión que el ejecutivo ha estado en condiciones de hacer para poder librar como país la pandemia mundial sólo ha sido posible mediante un ejercicio fiscal disciplinado y mediante las políticas económicas que buscan proteger a los que antes vivían al día. Durante el primer año, el ingreso laboral de los mexicanos aumentó un 5,9 por ciento, más que el 0,5 por ciento logrado durante el primer año de Felipe Calderón y, por supuesto, arriba del sexenio de Peña Nieto, cuando el ingreso cayó.
Ya no estamos, como partido, para entrarle al jueguito de la propaganda y el spot, porque hoy ya tenemos avances muy serios que no se deben comprometer, ante todo, ese avance de la 4T es lo que debe mover la elección de nuestro presidente de partido. Los compromisos inmediatos con las promesas que ha hecho Obrador y cuyo cumplimiento están en marcha no se pueden subordinar a capitales políticos. Que los militantes de Morena se estén volcando al estudio de la economía, la filosofía, la literatura y la política dentro de nuestros círculos de formación, habla de forma prístina de cuáles son los deseos y aspiraciones de los militantes de base: necesitamos debate, diálogo y política, porque cuando hemos intentado competir con la derecha en su casa y con sus armas, (el spot y la imagen) hemos sido avasallados.
Esa 4T que estamos impulsando es quizás la primera vez (desde el Tata Cárdenas) que tenemos un programa verdaderamente de izquierda social, en ese sentido, la responsabilidad es inmensa, pues fijará la continuidad o abandono de un gran salto que nuestro país está dando, un salto donde pasamos del spot y la víscera a una ciudadanía que hoy discute las últimas resoluciones y movimientos de la cámara de diputados, de los proyectos estructurales, de las acciones de los grupos contestatarios, en fin, hoy tenemos una sociedad que poco a poco va consagrando el diálogo y el debate como la herramienta real de la democracia.
