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viernes, 26 abril, 2024
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A nadie interesa la creación de una coalición ganadora de las izquierdas zacatecanas para 2021

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS HERNÁNDEZ •

Durante las décadas de los años ochentas y noventas, las corrientes principales de la izquierda mexicana desarrollaron una estrategia de fusiones sucesivas y de acumulación de fuerzas en su participación en los procesos electorales, a la vez que impulsaban, con cierto éxito, reformas que mejoraron gradualmente las condiciones de la competencia. La estrategia produjo el crecimiento de su corriente electoral y su presencia en espacios del poder público. Mientras tanto, las crisis económicas y otros factores políticos posibilitaron la llegada de los priístas neoliberales a la Presidencia de la República y la ruptura consecuente de la Corriente Democrática. En 1988, el candidato del Frente Democrático Nacional, el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas S. (CCS) fue despojado de la Presidencia de la República, para imponer a Carlos Salinas de Gortari.

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De esa coyuntura, en 1989, nació el PRD, hasta entonces la más grande organización política de las izquierdas en la historia del país, que decidió mantener en lo fundamental la estrategia de mejorar la organización y de acumulación de fuerzas, creyendo que en un sexenio se podrían remontar las causas y las consecuencias del fraude y llevar a Cuauhtémoc Cárdenas a la Presidencia de la República; lamentablemente ello no ocurrió ni en 1994 con un escenario dominado por el miedo al cambio, ni en 2000 por las rupturas en el PRD que provocó la decisión apresurada de CCS de aceptar la candidatura presidencial del PT, antes de que el PRD resolviera la suya (Porfirio Muñoz Ledo, Gilberto Rincón Gallardo y Manuel Camacho Solis recorrieron su propio camino como candidatos a la Presidencia). El resultado fue el triunfo de Vicente Fox, candidato de los panistas neoliberales.

Las izquierdas políticas y sociales fueron capaces de unirse nuevamente en 2006, 2012 y 2018 llevando como candidato al actual presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien pudo recuperarse del fraude en su contra perpetrado por Vicente Fox para imponer a Felipe Calderón, logrando una gran competitividad que lo llevó a la Presidencia en 2018 con los mejores resultados en décadas. Lo que ahora está por verse es si Morena logra, en el proceso electoral del año próximo, una alta competitividad sin llevar a AMLO como su candidato principal. Las dificultades que ha tenido ultimamente para renovar sus dirigencias y los comportamientos que han tenido los equipos políticos internos, permiten afirmar que lo más probable es que Morena no será capaz de mantener su unidad con nueva dirigencias dirigencias, nacional y estatales, y con candidatos a diputados federales, gobernadores, diputados locales y Ayuntamientos apoyados por todos los afiliados. Parece evidente que la fuerza cohesiva de AMLO no será sustituida con éxito.

El panorama en Zacatecas no parece mejor. Si recordamos que las izquierdas lograron crear una coalición ganadora en 1998 con la primera alternancia en la gubernatura del estado, coalición que se mantuvo en 2004 con una alta competitividad que le permitió mantener la gubernatura. Sin embargo, a partir de la elección intermedia de 2007 la coalición se rompió y la competitividad ya no fue suficiente para ganar la gubernatura en 2010 ni en 2016. La división entre las distintas expresiones de las izquierdas ha sido tan deñina que ni siquiera el arrastre de AMLO en 2018 fue suficiente para que Morena se colocara como la fuerza dominante en la Legislatura o en los municipios. El anuncio hecho recientemente por el dirigente nacional del partido verde de que David Monreal será su candidato a gobernador en las elecciones del 2021, y la reacción del presidente estatal de Morena indicando que aun no se ha definido la política de alianzas de ese partido ni se conocen los terminos de la convocatoria para definir sus candidaturas, hacen suponer que las izquierdas zacatecanas que apoyaron a AMLO para la presidencia de la república, no han creado las condiciones que les permitan ir unidas el año próximo. No existe la instancia que les permita acordar una dirigencia estatal unitaria ni un procedimiento para procesar las candidaturas más representativas y, por ello, competitivas.

Da la impresión de que las distintas expresiones que compiten por las candidaturas de Morena en Zacatecas no tienen claridad sobre el efecto de la pandemia de Covid-19 en los tiempos para la renovación de las dirigencias, ni de los tiempos electorales tanto federales como locales. Da la impresión de que todos prefieren dejar que los plazos legales se agoten y que sea materialmente imposible cualquier proceso minimamente democrático y que, al final, presionados por las fechas establecidas en el proceso electoral, se opte por repetir los procedimientos cupulares y autoritarios utilizados anteriormente. Lo que conduciría a que el resultado de las elecciones de 2021sea el mismo de las elecciones de gobernador en 2010 y 2016 y de diputados y ayuntamientos en 2018: otra derrota de las izquierdas zacatecanas. ■

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