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sábado, 20 abril, 2024
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Cómo sacar a flote al ISSSTEZAC

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Por: Marco Vinicio Flores Guerrero •

Para México es un gran logro que, gracias a los avances sociales, los sistemas de salud, las nuevas tecnologías y el compromiso social de los gobiernos para disminuir la pobreza y diseminar los beneficios de la medicina social, la esperanza de vida haya aumentado hasta los 75.1 años en promedio para hombres, porque las mujeres viven casi seis años más.

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Según proyecciones del Consejo Nacional de Población (Conapo), para 2030 el promedio nacional será de 76.7 años en promedio. Para los hombres las expectativas son de 73.8 y para las mujeres 79.6 años. Esto, ya desde ahora, tiene fuerte impacto en los programas de jubilación y pensiones.

Cierto es que la vida se ha prolongado, pero la calidad todavía no es la ideal, porque tal como lo hemos visto este año, el sistema sanitario nacional colapsó por estar impreparado para dar asistencia médica masiva, como la que debía atender en circunstancias normales. Comúnmente, gran parte de la población procura no recurrir a los servicios públicos de salud, caracterizados en años recientes por su falta de recursos.

Hoy, cuando la pandemia del Covid-19 nos plantó ante la realidad, encontramos que el aparato sanitario era y es deficiente en extremo: faltan médicos, equipamiento clínico y hospitalario, hay insuficiencia en el abasto y suministro de medicamentos, y como en todo el aparato gubernamental, existe o existió un tolerado régimen de corrupción, demagogia e ineptitud.

Como sea, aumentó la esperanza de vida, que trajo el consecuente envejecimiento de la población, lo que aceleró el deterioro de los sistemas pensionarios de México, que habían excluido la variable de la longevidad.

Es así como la nueva esperanza de vida, aunada a otros factores incidentales como el cierre de contrataciones de trabajadores en el gobierno del estado y la reducción de la base de cotizantes, causaron a la larga la insolvencia actual del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTEZAC), tema de este análisis.

El problema no es exclusivo de Zacatecas, ni de México. En todo el mundo fracasaron los planes de retiro ideados a mediados del siglo pasado y de unos 20 años a la fecha comenzaron a resquebrajarse. Si en el ISSSTEZAC hacen crisis hoy, es porque las acciones financieras y modificaciones legales, fueron insuficientes, porque se trató de paliativos, no reestructuraciones a fondo, como la que ahora debe realizarse.

Un problema cuya solución fue pospuesta fue la deuda del Instituto, que a la fecha se cifra en un acumulado de 314 millones de pesos, de los cuales 213 millones son por adelanto de participaciones del Gobierno de Zacatecas. Se deben

20 millones de pesos al SAT. Por impuesto sobre la nómina, 18 millones; 50 millones a proveedores; 11.5 millones, del adeudo histórico de devolución de cuotas y 15 millones a trabajadores que ganaron juicios laborales contra el Instituto, entre otros números rojos.

La realidad exigía acciones drásticas que pudieron aplicarse gradualmente pero fueron evitadas y ahora son no solo impostergables, sino que deben ser enérgicas. Por ejemplo, deberá asumirse que trabajar en el ISSSTEZAC no es pertenecer a una élite burocrática, por lo que algunas prestaciones como los aguinaldos a trabajadores y pensionados, bonos por el Día del Maestro, vales de despensa y otras bonificaciones deberán homologarse con las del resto de las dependencias gubernamentales, tal como lo recomienda el estudio efectuado por la Auditoría Superior del Estado (ASE).

Como parte de la solución a la problemática, firmamos un convenio para que el Banco Azteca otorgará préstamos a los trabajadores del gobierno estatal, prácticamente suspendidos por el ISSSTEZAC hace cinco años, por no tener capital crediticio. Se logró una tasa preferencial de 14.6 por ciento anual para montos hasta por 262 mil pesos. Sin embargo, las representaciones sindicales de la Junta Directiva rechazaron la propuesta, por lo que ahora revisan a fondo el convenio para, en un ambiente de transparencia y diálogo, decidir si es o no conveniente mantenerlo.

Sacar a flote al ISSSTEZAC y su sistema pensionario será posible solo en la medida en que todas las partes involucradas asuman –sin ambiciones personales, grupales o partidistas– la responsabilidad de servir exclusivamente al interés superior de alcanzar un mejor Zacatecas.

Urge un replanteamiento integral de la situación financiera y solo con una visión de Estado, amplia y generosa de todas las fuerzas políticas y sindicales, lograremos el pacto que dará cohesión, pulcritud y permanencia al ISSSTEZAC. ■

*Director general del ISSSTEZAC

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