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jueves, 25 abril, 2024
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Desaseo financiero, uno de los mayores retos que debe enfrentar la BUAZ: Mariana Terán

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Por: ALEJANDRO ORTEGA NERI •

■ Lo que no va a cambiar con el proceso electoral 2020 es la corporación, el clientelismo

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■ Vamos a tener un proceso electoral donde se van a mover los viejos de siempre, advierte

 

Los molinos de viento contra los que tiene que luchar la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ) en 2020 es contra sí misma, considera la catedrática e integrante de la Academia Mexicana de la Historia, Mariana Terán Fuentes, quien agrega que la lucha no será por el aumento de subsidio, ni contra el gobierno federal o la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, sino que está adentro porque lo que se sigue observando, al igual que en otras universidades públicas, es un “desaseo financiero”.

“Quizá Guzmán intentó sanear poniéndose al día con Hacienda, con el Issste, pero lo que sigue prevaleciendo, y me parece que no va a cambiar con el proceso electoral 2020, es la corporación, el clientelismo. Vamos a tener un proceso electoral donde se van a mover los viejos de siempre, el grupo Universidad, el de Domínguez, el de Cuauhtémoc; yo creo que el movimiento de esas corporaciones, de esos grupos políticos, impide ser lo que se está viendo pero que no se quiere ver, que son a grupos de científicos que están haciendo un trabajo muy digno en la universidad, pero el corporativismo y la política electorera, que no electoral, tapa todo eso”.

“No importa si eres investigador, a mí me han usado políticamente, porque tengo un perfil académico determinado. Y yo he participado también y me he encontrado en todas las veces que participé con actividades fraudulentas, prácticas corruptas, en las que lo menos que se respeta es la ley electoral universitaria”, declara Terán Fuentes.

Y es que para la historiadora, los cuatro años de la gestión de Antonio Guzmán Huerta no hicieron la diferencia que se pretendía con respecto a las anteriores administraciones, y advierte que así como van las cosas, es complicado que el equipo que quede en 2020 marque una diferencia cualitativa con respecto a esta. “No lo creo porque son los mismos, que no ven el vértigo de las escuelas de conocimiento científico importante, eso no les importa, es lo menos. Lo más es la clientela, poner aquí al padrino político, a la novia, a la esposa, etcétera”.

Para Terán Fuentes, en 2020 se debería hacer una evaluación del modelo académico UAZ Siglo XXI y preguntarse si han funcionado las áreas, los consejos académicos, de área, de unidad o si ha funcionado realmente el consejo universitario. “Valdría la pena una revisión profunda, porque esta abortada reforma universitaria, porque no pasó a mayores, era de espectáculo pero no iba a ir al fondo. Si queremos un diagnóstico, hagamos una evaluación de lo transitado los últimos 19 años de vida de la universidad” a la que, de acuerdo con la investigadora, más allá del estancamiento administrativo y político, lo que le da vida son los colectivos, alumnos y docentes que hacen su trabajo con vocación y profesionalismo.

“El siguiente año nos va a venir un proceso electoral, estoy casi segura, con alianzas forzadas, como la alianza forzada que llevó a Antonio Guzmán a la rectoría. Yo ya no creo en ese tipo de movimientos. Incluso creo que el tipo de elección universitaria debe de modificarse, ya se agotó, está tan agotado que hace cuatro años una planilla de las dos declinamos por la injerencia de la secretaría de gobierno de Zacatecas. Porque aquí en una mesa los cabecillas se pudieron de acuerdo y se repartieron el pastel”.

“Lo que yo creo que debería ponerse todo el acento sería en una política académica que privilegie el desarrollo y consolidación de los posgrados. Hay muchos eventos, pero no hay una política transversal, que tan no la hay que la evaluación pasada del PNPC, de 12 posgrados solo uno se aceptó. No hay autocrítica. Y en cambio, lo que sí hubo fue la apertura de muchos programas que son absolutamente improvisados, como este de Cultura para la Paz. ¿Qué es eso? ¿Quién está formado en eso? Ninguno y ahí está. Es una visión muy pesimista pero esa es la lectura que tengo”.

2020, por una comunidad de
historiadores críticos que
hagan necesaria la historia
Sobre la mesa del café donde se llevó a cabo la entrevista descansa un estudio de la historiadora de la UNAM Evelia Trejo “La historiografía del siglo XX en México” se titula, y señalándolo, Mariana Terán Fuentes refiere que en lo que respecta a Zacatecas hace falta un trabajo de ese tipo, que hagan una reflexión general sobre la historia que se ha construido en el estado al menos durante las últimas tres décadas.

“Me parece que debemos hacer un esfuerzo y eso sería un compromiso de mi parte. Hacer un esfuerzo sobre esta historia que hemos construido desde la institución, desde la profesión, ya no del abogado que hacia historia o el cronista que hace la crónica de su lugar, sino ya propiamente desde la vida profesional del historiador derivada desde la institucionalización de la historia en la universidad pública como la nuestra, que tiene desde 1987”.

La historiografía que se está construyendo en Zacatecas desde ese año, considera la corresponsal de la Academia Mexicana de la Historia, es ya historiable y merece un trabajo de reflexión colectiva. “Lo que yo he siempre he defendido es que la historia no es la obra de un hombre iluminado que se convierte en cacique y tiene su feudo en los documentos, yo voy justo contra esa idea, voy hacia la formación de una comunidad de historiadores. Son las comunidades las que ya tienen la palabra, ya no es el historiador en solitario”.

Por lo que se refiere a la Academia Mexicana de la Historia, Terán Fuentes adelanta que hay compromisos múltiples, pues se avecina en 2020 la conmemoración de los 200 años del Trienio Liberal, es decir, de 1820 a 1823 cuando se volvió a poner en vigencia la Constitución de Cádiz, por lo que participará con algunos trabajos sobre el momento constituyente en Zacatecas y su traspaso de diputación provincial a estado federal, cuando se convierte así en una entidad constituida, libre y federada en el contexto de una república que aún estaba en ciernes.

“Creo que hace falta también que la comunidad de historiadores zacatecanos sea mucho más crítica. Se me hace que somos muy pasivos, muy conformistas. Que ahora para nuestra fortuna o desgracia, esté el Facebook y creemos que todo lo que hacemos es relevante y a mí me parece que luego caemos en la simulación, el espectáculo. Todo es espectáculo, un show: ahora di una ponencia acá, publiqué acá. Se vuelve todo tan insignificante. Entonces cuando uno lee a historiadores como Edmundo O´Gorman, lo que nos debe provocar es un sismo intelectual. Y no nos provoca eso, somos tan apáticos a la verdadera revolución de la historia, la que nos mueve, la que nos cimbra, la que nos dice cuál es el discurso tuyo en este tiempo respecto a los otros discursos de otros tiempos en torno a un tema en particular. Darse cuenta de la finitud y temporalidad de nuestro discurso creo que es una labor fundamental que no sé si estemos preparados para enfrentar como universitarios y como comunidad de historiadores, porque nos dejamos llevar por la civilización del espectáculo”

Con respecto al rescate de ideologías de figuras de la historia de México que está haciendo el gobierno federal, Mariana Terán Fuentes considera que es lo mismo que han hecho ya otros gobiernos: el uso político de la historia y con base en ella, la legitimidad del propio gobernante.

“La 4T es una derivación de las otras grandes transformaciones y en ese sentido se busca legitimar a sí mismo dentro de un contexto largo de la historia. Celebro eso, esté o no esté de acuerdo con esta visión muy maniquea de liberales versus conservadores, eso está ya muy rebasado. Celebro que se recurra a las grandes lecciones de los grandes gobernantes, eso sí lo celebro, porque luego hemos padecido amnesias históricas y no sabemos quién dijo qué, ni como se construye la idea del respeto al derecho ajeno, qué implicaciones cívicas, políticas y ciudadanas tiene una frase como esa”.

Para la investigadora, es importante que el historiador haga necesaria la historia para las instituciones, de ahí pues que trabajen en diplomados para diputados, profesores y dependencias, que muchas veces ponen trabas burocráticas o muestran indiferencia como la que se respira, a decir suyo, en la misma universidad, pero más allá de esto, dice, está dispuesta a seguir trabajando y hacer lazos con las instituciones que se dejen para realizar un trabajo, si no sistemático, sí recurrente de divulgación de la historia.

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