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jueves, 28 marzo, 2024
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Reconstruir o innovar la práctica docente (primera parte)

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Por: RAMIRO ESPINO DE LARA •

Nada enriquece tanto los sentidos, la sensibilidad,
los deseos humanos, como la lectura.
Estoy completamente convencido de que una persona que lee,
y que lee bien, disfruta muchísimo mejor de la vida,
aunque también es una persona que tiene más problemas
frente al mundo.
Mario Vargas Llosa

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Desde el plano en que se haga el análisis acerca de lo que implica la práctica del docente, podemos concluir que, ésta, se encuentra en estado crítico, ante tal situación, urge que en un primer momento, cada uno de los docenes replantee su propia práctica; considerando, por supuesto, de que cada docente tiene su estilo propio de ejercer su labor profesional, ello dependerá del contexto y la formación. Replantear la práctica docente propia, implica reconfigurar la misma, en esta reconfiguración debe quedar fuera la tendencia a convertirse en docente eficientista, esto solo servirá para generar mano de obra al servicio del proyecto neoliberal –se requiere que el educando se eduque y no que se aplique y aliene-; aquí no tiene nada que ver el pensamiento científico.

Lo que se requiere es desaparecer del sistema educativo las acciones enajenantes, mismas que son un obstáculo para que el docente innove su propia práctica, se requiere dejar el esquema eficientista en el proceso educativo dado que solo somete al educando y formatea al docente. El ejemplo es claro; la voracidad empresarial hasta la fecha ha impuesto las reglas del juego, para ello se apoyan de organismos como la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) con su manipuladora Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA), quienes con la aplicación de exámenes estandarizados que son aplicados lo mismo a alumnos de la metrópoli así como a los de zonas marginadas.

¿Por qué los empresarios y funcionarios públicos de “alto nivel” no mandan a sus hijos a instituciones educativas públicas?, creo que ya no somos ciudadanos de la comunidad así como antaño, sino que somos ciudadanos globales –globalizados y enajenados-, cierto es que en ocasiones la familia influye y contribuye en la enajenación de los hijos-educandos, esto quiere decir que lo que la familia no puede educar, se lo deja a la escuela, no se conjuga ese binomio que podría ser de alto impacto en la educación. La contraparte, si evocamos el pasado, los padres de familia estaban del lado de los maestros, hoy los padres de familia son enfáticos en que los maestros deben respetar los derechos de los niños –eso es válido-, sin embargo, el problema central es que los padres de familia e incluso la sociedad en general, descalifican la profesión del docente haciéndoles sentir que ellos son los culpables de los problema que hoy día aquejan al sistema educativo.

Hasta aquí, espero y se haga un alto para reflexionar en torno a lo que, para el docente, implica reconstruir e innovar su propia práctica… continuando, hoy, conocimiento escolar y saberes se distancian, al alumno le interesa más el internet que los textos escolares. Ni el saber propio de docentes y alumnos, ni el internet, pueden considerarse como medios educativos, más bien son medios que pueden enajenar en tanto no sean analizados por sujetos que sean críticos; creo, ante esta situación, lo más adecuado sería que el docente reconfigure su pensamiento y llegue a considerar las implicaciones de una educación fundamentada en la sociología, la psicología, la filosofía, la cultura, la tecnología así como en otras disciplinas que coadyuvarían en los procesos innovadores en la práctica del docente. El internet, es voraz para los niños y un número considerable de docentes puesto que, solo se entregan a él y no lo utilizan como medio para promover aprendizajes.

Los docentes siguen hablando de Piaget, Ausubel, Vigotsky, etc., como sus principales auxiliares en el ejercicio de la docencia, los postulados teóricos nos informan acerca de lo que implica el sentar las bases epistemológicas para diseñar rutas que ayuden a los alumnos en sus aprendizajes, sin embargo, no se va más allá de esto, como ejemplo, pongo a un maestro que en plena sesión dijo a un alumno que él estaba mal puesto que no se comportaba como Piaget decía que debería hacerlo –esta declaración fue del propio maestro-. Es por ello que existen acciones que ya no consideran los educandos como formativas, de esta manera es como algunos docentes continúan con un romanticismo teórico de forma tal que, solo se convencen a sí mismos acerca de lo que hacen, sin importar si realmente impacta en el proceso formativo y educativo de los alumnos.

El docente, ante esta problemática educativa, requiere que ataque los problemas que viven los alumnos y no que ataque a los alumnos por los problemas que estos padecen, ¿Qué se requiere ante esto?, simple, que los docentes tengan conocimiento sobre lo que teórica y contextualmente implican las diferentes etapas de desarrollo del pensamiento de los individuos; situación que les ayudará a tomar acciones que al alumno le sean significativas.

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