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martes, 16 abril, 2024
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Debate sobre la despenalización del aborto se está realizando de manera tardía: historiador

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Por: ALEJANDRO ORTEGA NERI •

■ El debate ya está ganado a nivel civilizatorio en el Estado mexicano, cuya Suprema Corte ha resuelto en favor de la libre decisión de las mujeres en torno a la maternidad: Enciso

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■ “Cuando se defiende la vida ‘a secas’ y no se hace una precisión concreta sobre la vida de qué o quién es cuando el problema comienza a ideologizarse”

■ En cuanto al esquema de la separación Iglesia-Estado, se entiende que los asuntos religiosos deberán debatirse en ese contexto

 

Con respecto al debate que se mantiene en Zacatecas y gran parte de la República entre la marea verde feminista que exige la despenalización del aborto y los grupos a favor de la vida, el historiador zacatecano, José Enciso Contreras, especialista en temas del derecho, considera que el asunto se está debatiendo de manera muy tardía porque el debate ya está ganado a nivel civilizatorio en el Estado mexicano, cuya Suprema Corte de Justicia ha resuelto en favor de la libre decisión de las mujeres en torno a la maternidad.

Esta decisión, dice, no es el resultado de un capricho ni de llevarle la contra a nadie, pero con frecuencia se utiliza un lenguaje equivocado en cuanto al aborto. “No es una ley que favorece el aborto ni que lo procura, ni que lo establece obligatorio, sino que facilita que las mujeres, todas aquellas embarazadas que estén gestando involuntariamente o voluntariamente, solteras, casadas e independientemente de su condición social, se les reconozca el derecho a decidir sobre su persona”.

Por otro lado, el investigador asevera que cuando se defiende la vida “a secas” y no se hace una precisión concreta sobre “la vida de qué o quién” es cuando el problema comienza a ideologizarse. Pero recordó que hace 20 años la Academia Mexicana de la Medicina hizo una declaración pública que decía que el ser humano no existe a partir de la concepción, por lo que es un gran error quien quiera verlo así, aunque si parte de la perspectiva del punto de vista moral y religioso no tiene por qué compartirse con el resto de la población.

En ese sentido, de acuerdo con el catedrático universitario, habría que definir o partir de una precisión científica para hablar de cuándo comienza la vida humana, porque hablar de la defensa de esta en general pues todos la defienden, nadie está en contra de ella.

“Todas las legislaciones que favorecen la maternidad voluntaria establecen un plazo jurídica y medicamente establecido como límite para poder efectuar la interrupción legal del embarazo, esto quiere decir no que la ciencia esté reconociendo en ese plazo la identidad humana, sino simplemente se preserva la vida de la madre”.

En cuanto al esquema de la separación Iglesia-Estado, a decir de Enciso Contreras, se entiende que los asuntos religiosos deberán debatirse en ese contexto y quien crea firmemente por sus convicciones religiosas y morales que no debe interrumpir el embarazo, pues que no lo haga. “Lo que no puede decidir esa comunidad religiosa es el derecho de las otras mujeres que no tienen las mismas convicciones. No es un asunto de mayorías en este caso, es un asunto civilizatorio y que pretende el bienestar de las mujeres en concreto”. Los asuntos de la fe y lo religioso, a decir del historiador, no deben imponerse a la totalidad de la población.

En cuanto a los derechos “tampoco son cosas que se votan porque por naturaleza no deben estar sujetas a la decisión de los números de los votos. Esas cosas no pueden votarse sencillamente porque hay un marco legal, un marco de derechos humanos y un marco constitucional que rinde esos derechos a la ciudadanía sujetas de derechos y obligaciones, de tal manera que esto no debe estar sujeto a una especie de plebiscito sino a la convicción laica de mejorar las condiciones de las mujeres y de las familias en el contexto mexicano actual”.

Por otro lado, el historiador recuerda que no sería la primera vez que la Iglesia “se mete en los asuntos del César”, pues al menos un gran sector de ella está empeñada en imponer su ley y sus creencias a todo el mundo, incluso a quienes no pertenecen a sus comunidades religiosas, lo que es para el académico un acto de imposición autoritaria y a todas luces del marco legal y hasta moral, “porque los diputados los eligió no un católico, no un protestante o un ateo, sino un ciudadano buscando que se tomen las mejores decisiones en pro, no de las creencias de alguien sino en pro de los intereses sociales y en abono de las libertades públicas” refiere con respecto a los legisladores que están promoviendo la llamada “Ley Pro vida”.

“Esta batalla que se está librando por las feministas y las fuerzas democráticas en el congreso no puede ser derrotada ni moral ni jurídicamente. Probablemente se gana una votación con el activismo de las fuerzas tradicionalistas pero es muy complicado que a la rueda de la historia se le dé marcha atrás tan solo por complacer a los miembros de una religión”.

Y en cuento al sentido “humanista” de la iniciativa de ley del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional (PAN) y los comentarios de los grupos pro vida, Enciso Contreras considera que tampoco ve que sea una propuesta humanista castigar el aborto cuando es una de las causas de mortandad femenina más injustas de la historia de México.

“La posición de los pro vida es irresponsable porque en lugar de proveer programas de orientación sexual, invertir sus esfuerzos y recursos en la prevención de embarazos no deseados, en la promoción de métodos anticonceptivos, están puniendo los abortos, incluso aquellos que son productos de las violaciones. La palabra humanismo tiene muchos asegunes que habrá que ir precisando y creo yo que un programa de desarrollo democrático verdaderamente humanista y solidario de la sociedad mexicana debe reflexionar en torno a ofrecer libertades a las mujeres para que decidan sobre su propio cuerpo. Que no les metan los rosarios a sus ovarios”.

Finalmente en cuanto a la denuncia de la diputada Alma Dávila quien asegura que su madre está siendo amedrentada por miembros de la Iglesia, el historiador señala que este tipo de situaciones deben alertar a las fuerzas democráticas laicas y a la sociedad en general para hacer un llamado a las iglesias a que se apeguen estrictamente al marco jurídico que garantiza el Estado laico. Pueden expresar opiniones y éstas tienen peso, reconoce, pero así como la sociedad respeta la posición de las iglesias, éstas deben respetar también la de los ciudadanos independientes que no están equivocados por no estar plegados a sus convicciones.

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