Eriko Trevensoli, el ilusionista brasileño, se presentó con dos impresionantes escapes
También encerró a una mujer en una caja, para luego atravesarla con lanzas planeadas}
Para llegar a la pequeña carpa que alberga “Las Vegas Magic Show” ubicada en la Megavelaria, hay que recorrer un ruidoso camino, barullo propio de una feria. Caminar entre las artesanías que exhibe la gente de Nayarit y hasta degustar un mezcal servido en la cascara de limón.
Gente de todas las edades llenó el foro, olor a palomitas, risas de niños y niñas, familias completas esperando a que comenzara el espectáculo. Ese fue el preámbulo.
Todas las personas, no importaba la edad, estaban expectantes durante el anuncio de la primera llamada, cuando sonó el segundo aviso, las madres pedían a los hijos quedarse quietos y no gritar.
Así, en el momento en que se voceó la tercera llamada, automáticamente, el público guardó silencio y prestó atención.
Cuatro mujeres jóvenes aparecieron en el escenario y ejecutaron una alegre coreografía. Las miradas apuntaban al evento dancístico, de pronto, por el costado izquierdo, hizo su primera aparición montado en una motocicleta Eriko Trevensoli, el ilusionista brasileño atrapó a los presentes.
Eriko, presuroso hizo gala de su talento, cuando un hombrecillo envuelto en una capa azul arribó al centro del escenario, y el ilusionista logró que su cuerpo se dislocara, y que simuló un rompecabezas humano.
Esa fue la presentación del encantador oriundo de Brasil, quien ejecutó un escape impresionante. Cuando atado a una estructura de metal, logró escapar y capturar a su asistente.
Enseguida, sin más, empezó a sonar, a ritmo de la banda de rock británica Queen:“We will, we will rock you”. Los asistentes comenzaron a corear el estribillo mientras un payaso rockero los animaba.
Prontamente llegó el momento de un segundo acto de ilusionismo. Los espectadores fueron testigos de cómo Eriko encerró a una mujer en una caja de cartón, para luego atravesarla con largas lanzas planeadas. La tensión subía conforme iba colocando cada uno de estos instrumentos. La gente murmuraba: ¿estará bien la joven?
Intempestivamente, una mano se asomó por la parte superior de la caja, todo indicaba que la mujer estaba bien. Eriko, el ilusionista, quitó una a una las lanzas. Ella resultó ilesa, el publicó sorprendido aplaudió.
Después de algunas bromas que el mago le jugó al público y de otro acto de escapismo, una caja blanca llena de luz apareció en escena, recipiente de donde salió una mujer ataviada de blanco. Uno de los momentos más bellos del show.
Repentinamente, imponente, apareció un hombre vestido de negro, el sujeto llevaba consigo unas boleadoras, es decir, un instrumento que se usaba para cazar animales en la Pampa, sobre todo en Argentina. Este objeto consta de dos bolas pulidas de unos 10 cm de diámetro unidas por tiras de cuero.
Este tipo de baile, actualmente, forman parte del patrimonio dancístico gaucho, pues las bolas azotadas en el suelo y el zapateado, funcionan como percusión. Uno de los actos que más gustó a las zacatecanas y zacatecanos presentes.
“Las Vegas Magic Show” dejo a la audiencia complacida. El espectáculo, que duró poco más de 50 minutos, sorprendió y divirtió con cada uno de los artistas que estuvieron en escena. Incluso, al final, Eriko Trevensoli hizo que cayera nieve.
Los niños y niñas se levantaron de sus asientos e intentaron atrapar los rastros de nieve. No había nadie dentro de la carpa que no sostuviera una sonrisa.
