Elementos de la nueva estrategia de seguridad

El sábado pasado visitó la entidad el senador Alfonso Durazo, próximo secretario de seguridad ciudadana del gobierno del presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador. Ambos han señalado varias veces que será a finales de este mes cuando se den a conocer los componentes principales de la nueva estrategia para lograr la paz entre los mexicanos, y que en el mismo acto se darán a conocer los nombres de quienes estarán al frente de las fuerzas armadas, y que será durante noviembre cuando termine el proceso legislativo para crear las fiscalías general, electoral y anticorrupción, y posteriormente una coordinación para la defensa de los derechos humanos, dentro de la fiscalía general, que actuará con autonomía y de manera complementaria con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Con lo dicho por ambos, ya se puede deducir que el peso mayor (70 por ciento) de la nueva estrategia para garantizar la paz descansará en una fuerte política de prevención, basada en atender las causas que originan la inseguridad y la violencia: crecimiento económico mediocre, empleo insuficiente, exclusión delos jóvenes de la educación y el bienestar. El otro 30 por ciento tendrá que ver con lo coercitivo, para lo cual, se crearán 265 regiones en el país, en cada una de las cuales habrá una coordinación que incluirá a las fuerzas armadas y la Policía Federal. La distribución de la fuerza será proporcional al nivel de incidencia delictiva de manera que habrá más elementos donde sea mayor la inseguridad, en función de un diagnóstico profesional realizado sobre la base de información oficial. Las regiones más seguras contarán con alrededor de 300 agentes, en tanto que en estados con mayor problema, pero no graves, en ese caso serán 450 elementos, y las más inseguras contarán con 600 elementos, por ejemplo nuestros municipios más poblados. En cada región las fuerzas operarán bajo un mando único.
La nueva estrategia no tendrá espacio para la corrupción en las corporaciones, pues se delimitará muy bien la línea divisoria entre autoridades y delincuencia. Se busca profesionalizar a los policías, que tengan más atención, seguridad social, mejor salario y protección para sus familias.
En un discurso reciente, López Obrador destacó que las fuerzas armadas mexicanas han sido muy leales al pueblo y a la autoridad civil, que son muy respetuosos de las decisiones que toma el presidente y las instituciones que surgen de procesos democráticos. No obstante, señaló que “hay desde luego manchas, el 68 es una, pero es una institución que merece ser respetada, fortalecida. Ante una crisis de inseguridad y violencia, con policías que no han terminado de agruparse, que no tienen la disciplina suficiente, que no tiene espíritu de cuerpo, se requiere la participación del Ejército y de la Secretaría de Marina”.
También indicó que la acción de estas corporaciones se dará bajo dos componentes: reglamentar el uso de la fuerza mediante un código que busque evitar que ocurran muertes, y dos, pleno respeto a los derechos humanos. Subrayó que la participación de las policías locales y municipales se dará a través del diálogo con las autoridades locales, respetando la autonomía de cada entidad y actuando siempre bajo los marcos legales.