De Escila a Caribdis

Para beneplácito de pocos e indignación de muchos, el día de ayer, lunes 20 de Agosto, “la maestra” dio una conferencia de prensa en la que expuso la injusticia y falsedad con que le fueron fincados delitos por delincuencia organizada y lavado de dinero, principalmente, en aquel febrero de 2013. La conferencia se centró inicialmente en la denuncia de una cacería mediática que se perpetró en su contra, cuestión irrefutable que los mal pensados aceptaron como verdadero móvil del ataque político a quien el recién instalado gobierno federal de Enrique Peña Nieto consideraba un obstáculo para imponer libremente su “reforma educativa”. Otros, de peor pensamiento, interpretaron la detención y encarcelamiento como una estrategia gubernamental para desviar la atención e imponer su engendro laboral para la educación sin contrariedades y sin chantajes.
Uno de los alardes de “la maestra”, en sus mensajes, se relaciona con la libertad y la caída de la “reforma educativa”, entendido como un intento purificador de una imagen muy deteriorada, al parecer de muchos; evidentemente la mal llamada reforma educativa fungirá como un medio para generar simpatías entrelos despistados y los escépticos… todo parece indicar que Elba Esther Gordillo Morales retomará el control total de la organización pseudosindical denominada SNTE, al corto plazo, o al menos es lo que se avizora, después de la participación política de Fernando González y Rafael Ochoa, yerno y compañero de lucha respectivamente, y a través de las “redes sociales progresistas”, en los eventos políticos recientemente desarrollados.
Ante la aseveración “no sufrí sola, también sufrieron las maestras y los maestros de México”, no queda otra interpretación más que tomar en serio el regreso al poder de uno de los personajes más representativos deldesamparo magisterial, con respecto a la pérdida de los derechos laborales que en teoría el Estado está obligado a aportar a sus trabajadores. Para el magisterio nacional solo quedan dos opciones, plasmadas en uno de los pasajes de la Odisea, de Homero: el transitar entre Escila y Caribdis; un ser monstruoso con torso de mujer y cola de pez, así como con seis perros partiendo de su cintura con dos patas cada uno, devoradora de los marineros que osaban pasar cerca, la primera, y un remolino gigantesco que hacía zozobrar a los bajeles que pasaban por sus dominios, la segunda. Entre Escila y Caribdis, el magisterio nacional ha de mostrar sucapacidad de resiliencia, y adaptarse nuevamente a la dirección tradicional de un gremio inconforme con las prácticas en la aplicación del poder que históricamente han generado la inmovilidad gremial, así como los fenómenos antidemocráticos que se han manifestado en la creación de al menos un partido político, patrimonio familiar de “la maestra” y sus allegados.
Evidentemente el magisterio nacional fue expuesto a una persecución con la intensión de destrozar los pocos derechos laborales que aún se mantienen. La aplicación indiscriminada de una reforma presentada como educativa sólo consiguió generar incertidumbre en la estabilidad profesional de la mayoría de los integrantes del gremio, consolidando la corrupción y la falta de transparencia en la promoción de los personajes privilegiados, pertenecientes o enrolados en el partido político que está por dejar el poder. Lo que la más alta representación federal intentó ofrecer como un tránsito de la desatención rumbo a la “calidad” educativa, sólo resultó ser un atentado brutal contra un sector productivo que en teoría debe de fungir como el motor de la transformación social de un país en desarrollo. Quienes jugaron con sus propias reglas, y vencieron su engendro legaloide (por no considerar la aceptación de los involucrados en general), con los más altos resultados posibles, encontraron que los espacios laborales más aceptables habían sido reservados para “la gran familia” de los aduladores de los gobiernos estatales, principalmente; pero llega “la maestra”, regresa del ostracismo forzado con la intención de revertir los daños ocasionados por los protagonistas ineptos, en su gran mayoría, quienes indiscriminadamente han causado tanto daño a la sociedad, utilizando, también, a la educación como una forma de legitimar un futuro ficticio y promisorio, sólo en el discurso.
Bien por la caída de la “reforma educativa”, pero hubiera resultado mejor si ésta se resquebrajara desde las bases, con la participación activa de los principales actores del quehacer formador de ciudadanos; se requiere de una generación excepcional de conciencia para desestabilizar los designios del poder que pretenden la destrucción y corrosión social; con sus ideas desestabilizadoras de una labor que históricamente ha sido discriminada por diversos tipos de intereses contrarios al desarrollo efectivo. Llega “la maestra” con nuevos bríos y nuevas intenciones, con la intención de retomar el poder magisterial, para beneplácito de propios y algunos extraños. Se puede decir que los días de Juan Díaz de la Torre y su camarilla de coequiperos en las secciones del país están contados, pero ¿cuál va a ser el costo real de la nueva transición? Los indefensos, quienes han experimentado los abusos del poder perpetrados por un grupo o por otro, sólo desean que terminen las luchas por intereses espurios y se generen mejores condiciones laborales que impacten directamente en el producto social de la educación. No creo que sea mucho pedir…