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jueves, 28 marzo, 2024
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Las herramientas legislativas

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Por: SOCORRO MARTÍNEZ ORTIZ •

Ahora que en la Legislatura local una buena parte de los diputados suplentes han entrado en funciones, ya que los titulares solicitaron licencia de ausentarse por unos meses, pues estarán en una nueva competencia electoral sea para repetir en el mismo puesto por otro periodo, o en el saludable ejercicio de los chapulines, aspirando adesempeñarse dentro del vasto aparato gubernamental, está teniendo lugar una controversia sobre lo que es el tema de primer orden en las actividades en dicha cámara: el manejo de los dineros.
Pero esta vez, se trata también de fuertes sumas que van a para a los bolsillos de esos suplentes vía del concepto peregrino llamado “herramientas legislativas”. Como se ha publicitado desde el inicio de esta Legislatura, y que en las anteriores permanecía mañosamente oculto por los mismos diputados, este sobresueldo es en razón de un trabajo absolutamente indefinido e irregular que en el mejor de los casos ocurre cuando los diputados tienen a bien otorgar una especie de “ayudas, asesorías o limosnas” a quien se los llegara a solicitar. Y esas tales herramientas reportan un monto considerable: algo así como 200 mil pesos mensuales, que se añaden a su salario, digamos “formal”, de 100 mil; reportando entonces un total de 300 mil pesos para cada uno de los individuos encargados de “hacer” (es un decir), las leyes de nuestro estado.
Al no tener un motivo o actividad específica que justifique la erogación de ese jugoso y suculento sobresueldo, la casi totalidad de los susodichos opta por tomarlos impunemente sin poner en esa acción la “herramienta o instrumento” legislativo. Fue enternecedor ver cómo uno de ellos, Arturo López de Lara, tomó a la brocha y a una cierta cantidad de botes de pintura, como esa “herramienta” y pintó líneas preventivas de color amarillo en los cruceros de calles de algunas, pocas colonias populares; aclarando que con ello se cubría la urgente necesidad de señalización para disminuir la enorme cantidad de fatales accidentes que ocurren en esos peligrosísimos lugares. Entonces debemos acotar, no todos nuestros diputados se echan impunemente el enorme monto del sobresueldo a sus repletos bolsillos; con toda justicia reconocemos que al menos uno, estuvo a la altura del conflicto.
No obstante, se da el caso que a los suplentes que “trabajarán” los meses de abril, mayo, junio, julio y agosto, se llevarán casi un millón de pesos como sobre salario. Ante tamaño disfiguro al conjunto de ocupantes de las curules en el recinto de la esquina de Fernando Villalpando con el antiguo callejón de los Gallos, se le hace que han caído en la exageración y en un arranque de sensatez se está considerando la viabilidad que al menos para los legisladores temporales se reduzca o se suprima esa grosera prebenda.
Obviamente, los posibles “afectados”con esa austera medida han puesto el grito en el cielo (en la tierra y en cuanto lugar les ha parecido a bien). Y al parecer, están en su sagrado derecho. Pues formalmente no habría manera de considerar que estos legisladores de efímero paso harán un trabajo de menor “calidad” o sin el supremo profesionalismo, admiración de propios y extraños, que los titulares. Nada de ello, son tan buenosunos como otros. Eso sin duda alguna.
Sin embargo, y pese a todo, es mucho dinero… lo que no gana un profesionista de buen nivel y empleo en varios años…
Así las cosas, se espera que la discusión no llevará a las satisfacción de las partes que sostienen posiciones encontradas.
Con todo esto, se pone de en claro lo aberrante de la forma en que se determinan los salarios (gigantescamente indebidos) en ciertas dependencias oficiales:los involucrados se los establecen a su real, caprichos y muy soberano criterio. Es el meollo del asunto. La abominable auto designación. Diputados, senadores, los altos personajes del poder judicial, ni se diga los funcionarios del más alto nivel; buenos hasta los rectores de esos centros escolares marca patito conocidas como algunas universidades “publicas”. Ganan simplemente las cantidades que se les antoja. No puede ser.
Y en especial tratándose de esos diputados que no pasan de ser eternos y malos aprendices en la elaboración y/o modificación de códigos y normas jurídicas. Pues como todo mundo sabe, a diputados (y senadores), sean titulares o suplentes,les sacan el trabajo los famosos e indispensables “asesores” que cada partido tiene incluso ya contratados comotrabajadores de base. Y no podía ser de otra manera; si no hay un solo requisito o impedimento para tener preparación profesional en el sistema jurídico, cualquier persona llega a las cámaras, locales o federales. Y, lo más lamentable sin acreditar siquiera su grado de escolaridad. (En el colmo del absurdo, algunos han querido otorgar a quienes llegan a diputado, una patente de corso que prohíba que les reconozca como altas personalidades). Es claro y urgente, entonces, establecer un límite salarial a quienes tienen por actividad profesional sólo hacer grupos y levantar el dedo según las órdenes de los jefes de sus respectivos partidos.
El pueblo recibe ofensas de los representantes populares propietarios y suplentes.

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