Ciudad de México. La Procuraduría General de la República (PGR) confirmó que las pruebas de ADN aplicadas a los dos cuerpos localizados en un automóvil en Nayarit demostraron que se trata de Octavio Martínez Quiroz y Alfonso Hernández Villavicencio, los dos agentes de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) que fueron presuntamente secuestrados por integrantes del cártel Jalisco Nueva Generación.
Los cadáveres fueron localizados el pasado jueves dentro de bolsas negras en la cajuela de un automóvil en el municipio de Xalisco, Nayarit.
Tras confirmarse el hallazgo de los dos funcionarios de la PGR, el presidente Enrique Peña Nieto condenó su ejecución a través de la cuenta de Twitter: “El Gobierno de la República condena el asesinato de los agentes de la @PGR_AIC que desaparecieron el 5 de febrero. Mi solidaridad con sus familiares y compañeros. La @PGR_mx trabaja para llevar ante la justicia a los responsables”.
La Procuraduría General de a República confirmó que “derivado de los estudios de genética forense realizados por la AIC, a través de expertos en la materia de la Coordinación General de Servicios Periciales, se logró determinar que los cuerpos pertenecen a los agentes de la institución que desaparecieron el pasado 5 de febrero”.
Además, señaló que los cuerpos ya fueron entregados a las familias de las víctimas, y ofreció atención psicológica. También recalcó que, en coordinación con otras instituciones de seguridad del federales continúa en la búsqueda de los posibles responsables.
“La Procuraduría General de la República lamenta y condena este terrible hecho, y expresa su solidaridad con el sentir de las familias”.
La PGR catalogó a ambos elementos como desaparecidos desde el 5 de febrero pasado, y detalló que iban a un evento familiar durante su día de descanso en Nayarit. Sin embargo, hace una semana aparecieron en un video difundido en redes sociales, en el que se ve a los dos elementos presuntamente secuestrados por integrantes de dicho grupo delictivo.
En las imágenes se observa a cuatro hombres con el rostro cubierto y apuntando con armas largas a los agentes, mientras uno de ellos, emite un mensaje en el que dijo que elementos federales han incurrido en tortura de los objetivos criminales a los que persiguen.
