El escritor Sergio Ramírez ofreció una videoconferencia que difundió en su página de Facebook luego de conocerse la noticia de que fue galardonado con el Premio Cervantes, considerado el Nobel de las letras hispánicas.
“Es un honor muy grande que mi país, Nicaragua, recibe a través mío, porque es la primera vez que este reconocimiento se le da a un nicaragüense y a un centroamericano. Me siento muy gratificado de que mi obra literaria, a la que he dedicado 50 años de mi vida, haya sido reconocida por un jurado en España”, dijo el también articulista y colaborador de La Jornada.
El autor de Margarita, está linda la mar (1998) añadió que espera que esta plataforma a la que ahora asciende “sirva para proyectar en el mundo la literatura de Nicaragua, de Centroamérica y, sobre todo, la que escriben los jóvenes, la gran promesa del futuro”.
Ante decenas de periodistas que acudieron a su casa a conocer su reacción al conocer que obtuvo tan prestigioso reconocimiento, se describió como un artesano de la escritura: “si no estuvieran ustedes aquí por este feliz motivo estaría encerrado escribiendo, con el teléfono desconectado y con el Internet solo para consultar diccionarios en línea y la información que necesito para escribir. La rutina del trabajo es lo que hace la escritura, una obra literaria se consigue con horas de trabajo.
“He aprendido que escribir no es hablar de la escritura, sino ponerse sobre la escritura. Son muchos años ya de esta práctica”.
A los escritores jóvenes les recomendó empeño: “la escritura se hace escribiendo. Me llegan muchos manuscritos que leo con mucho cuidado. Anoche mismo me quedé hasta muy tarde revisando los trabajos de un taller literario que voy a dar el sábado en Masatepe (su tierra natal), corrijo los trabajos con mi propia mano para ayudar a los muchachos a escribir o por lo menos a enseñarles lo que sé. No lo vamos a interrumpir, el sábado estaré ahí”.
Ramírez dijo que su discurso de aceptación del premio, que se realizará en una ceremonia el próximo año, estará dedicado, por supuesto, a Cervantes, y a Rubén Darío, el gran autor nicaragüense de finales del siglo XIX.
“Antes de comenzar a escribir leo poesía para poder abrirme a esa cadencia. Mi nueva novela, Ya nadie llora por mí, la presentaré en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en México.
“Me siento en estado de gracia. Recibí la llamada muy temprano del ministro de educación y cultura de España. Sabía que estaba entre los candidatos al Premio Cervantes, pues anoche en los diarios aparecía mi nombre. Esta mañana me acababa de duchar para venir a desayunar cuando se encendió la pantalla del celular y vi que era una llamada de España y pensé: ‘quiere decir que gané, porque si hubiera perdido no me estarían llamando’.”
