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sábado, 20 abril, 2024
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De peones a ejidatarios

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Por: LEONEL CONTRERAS BETANCOURT •

A mata caballo, entre las celebraciones del centenario de la Revolución Rusa que enterró al imperio de los zares y terminó siendo un ensayo frustrado de la utopía socialista y un aniversario más de la Revolución mexicana, se presenta el próximo miércoles 15 de noviembre a las 19 hrs. en la Casa de la cultura Municipal frente al Jardín Independencia, el libro De la Hacienda al Ejido. Crónica de la fundación del ejido de “El Nigromante, Pinos, Zacatecas”, del autor Héctor Contreras Betancourt.

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La comunidad de “El Nigromante”, lugar en donde la providencia hizo que el autor de estas notas viera las primeras luces, está marcada por su origen y transición de ser una importante hacienda agrícola y ganadera a convertirse en ejido como resultado de las pocas conquistas objetivadas de la Revolución Mexicana. Actualmente al lado de Victoria y Pedregoso es uno de los más grandes centros de población del municipio del antiguo Real de San Matías de la Sierra de Pinos. Conocido en la actualidad simplemente como Pinos. Corazón del gran tunal.

El actual ejido de “El Nigromante” tiene como antecedente ya un tanto remoto a la Hacienda de San Nicolás de Quixas, fundada al promediar el poco estudiado siglo 17 novohispano. La Casa grande o casco de la Hacienda, sede de las residencias temporales de sus dueños, incluía caballerizas, establo, norias, trojes y molino que en ella se edificaron incluido el templo agustino anexo, se localiza a cuatro leguas y media según mencionaban los antiguos pobladores, equivalente a 26 Km. al poniente del Real de minas.

Los estudiosos que se han ocupado de este lugar coinciden en señalar que fueron don Pedro y sus hijos Joseph y Nicolás Quixas Escalante Y Saldaña los primeros en establecerse al promediar el siglo 17 e iniciar con la fábrica material del inmueble cerca de un manantial de aguas zarcas cristalinas que con el reflejo de la luz del sol se ven azules, cuya fuente esta kilómetro y medio aproximadamente al lado poniente en las faldas de un cerrito conocido como “El gorrito”.

En su rico periodo como Hacienda, San Nicolás de Quixas registra datos notables como el haber tenido entre sus notables dueños a quien fuera padre del primer gobernador constitucional del recién fundado Estado Libre y Soberano de Zacatecas, el liberal federalista José María García Rojas, si bien a éste le tocó nacer en la Hacienda de Ciénaga de Mata; también el que en sus territorios se crearan manadas de caballos pura sangre en los potreros de San Juan de los Herrera y se lograra con éxito la cría de borregos merinos cuya lana resultó ser de una excelente calidad, misma que se beneficiaba en los telares de los obrajes del Agostadero, la actual Villa García.

Corresponde precisamente al periodo de la transición del siglo 18 al 19 y a lo largo de esta última centuria la época de expansión y de mayor auge de San Nicolás de Quijas. Durante este tiempo, el latifundio propiedad de la dinastía fundada por el coronel de caballería don Manuel Ignacio García Rojas y López de Nava y su sucesor, su hijo José Guadalupe García Rojas se agrando alcanzando una extensión de 68 mil hectáreas. Al tamaño que antes tenía se agregaron terrenos de estancias, haciendas y parajes de La Sauceda, San José de Bernalejo, La Victoria, El Taray y la Ballena.

En el transcurso del siglo XIX que comprende el México independiente, Republica restaurada, porfiriato y continuando con el movimiento armado del 10-17 y hasta el gobierno callista cuando llega a su fin la Hacienda y da paso al Ejido, la relación entre los representantes del capital y el trabajo: el patrón por un lado dueño del medio de producción, la tierra y los campesinos en su categoría de peones, estos hicieron las veces de lo que Escalante Gonzalbo llama “ciudadanos imaginarios”. Es decir, aunque en el papel y la ley eran sujetos libres y con derechos sus demandas, aspiraciones y prebendas y todo tipo de gestiones; así como su derecho a sufragar para elegir a funcionarios y gobernantes la ejercieron los hacendados y sus empleados cercanos actuando en calidad de caudillos y patrones en representación de sus trabajadores. De esta forma muy al estilo medieval de intercambiar protección por fuerza de trabajo, el pueblo bajo lo mismo servía como gleba en los ejércitos cual clientes cautivos de un sistema corporativo que aún pervive.

Durante el callismo la Hacienda cede su lugar al Ejido. SI bien no faltaron campesinos que siguieron siendo pobres. Pues de nada sirve el darles la tierra si no tienen el agua y las herramientas de trabajo para explotarla.

La mayor parte de los temas del libro, a partir del cuatro, el texto se ocupa del Ejido: su origen, fundadores, trayectoria, problemas, necesidades y algunos rasgos de su transformación y progreso.

Héctor Conteras Betancourt (“El Nigromante, Pinos, Zacatecas, 1956), de formación normalista, es un profesor recién jubilado egresado de San Marcos con doctorado en Ciencia Política por la UAZ, es el autor de la obra De la Hacienda al Ejido. Crónica de la fundación del ejido de “El Nigromante, Pinos, Zacatecas”.

La obra en cuestión se ocupa sobre el ejido de El Nigromante y su antecedente la Hacienda de San Nicolás de Quixas. Es un texto ágil y ameno de 145 páginas en tamaño carta, cuya lectura resulta muy amena relajante y la integran un amplio y diverso conjunto de tópicos que comprenden lugares, personas, fechas, tablas y cuadros; pero sobre todo una rica iconografía de fotos y documentos tomados de fuentes primarias. Su estructura está integrada seguida de la exposición de motivos o razones que llevaron a escribir el libro y la introducción, por 28 temas en los que se abordan los hacendados y el concepto de hacienda como unidad de producción, los tipos de peones, la fundación del ejido y sus ampliaciones de tierras con sus respectivas luchas, sobre todo durante el echeverriato, el concepto de agrarista (s), aspectos regionales de la guerra cristera y otras cuestiones que tienen que ver con la cultura y tradiciones del lugar objeto de estudio.

No nos queda sino asistir a su presentación para escuchar los amenos comentarios de José Enciso, tío del autor y del especialista en Haciendas Margil de Jesús Canizalez Romo; teniendo como moderador a Vicente Rodríguez Cervantes. Ahí nos vemos.

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