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jueves, 28 marzo, 2024
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Proyectan en Martes de Documental la cinta Enamorada, de El Indio Fernández

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Por: ALEJANDRO ORTEGA NERI •

■ A 30 años de su muerte, sigue siendo importante en el cine

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El cine de Emilio El Indio Fernández engendró la imagen estereotípica del México que aún hoy muchos extranjeros imaginan. El mexicano nació de la Revolución, diría Heriberto Yepez, y Emilio Fernández fue el artífice de traerlo al mundo mediante el celuloide, todo esto en un país emergido de una lucha civil que posterior a ésta buscaba su identidad.

Influenciado por las imágenes que Sergei Ensestein lograra para su película inacabada Viva México de 1931, Emilio Fernández decidió regresar a México después de un breve exilio en la Unión Americana donde aprendió a filmar en fines de semana, para mostrar al mundo la belleza del país que el mismo acababa de descubrir.

Incursionó en la industria mexicana como actor y argumentista en 1939 con la película Janitzio, de Carlos Navarro. Dos años después comenzaría su carrera como director con La isla de la pasión, sin embargo sería hasta 1943 que con su película María Candelaria, protagonizada por Dolores del Río y Pedro Armendáriz, su trabajo cobraría fuerza y lanzaría la imagen del México folclórico y autóctono a nivel mundial.

La grandeza de los filmes de El Indio Fernández no se debió solamente a su visión sino también a que logró conjuntar un sólido equipo lleno de talento para llenar las películas de fuerza plástica pero también dramática: Gabriel Figueroa en la fotografía, de quien Carlos Monsiváis decía que podía considerársele como co-autor del filme y de quien Elena Poniatowska señalaba que gracias a su mirada que limpia pudimos observar el cielo mexicano que no habíamos visto; en los guiones el talento del zacatecano Mauricio Magdaleno fue clave, que aunque muchas veces no iba de acuerdo con las contradicciones de Fernández, siempre logró historias dramáticas dignas del mejor cine; en las actuaciones Pedro Armendáriz, Dolores del Río, María Félix, Columba Domínguez y Guillermo Cañedo lograron que los rostros hieráticos y dramáticos del mexicano dieran la vuelta al mundo, promocionando las costumbres y los valores nacionales asociados a la Revolución.

Es precisamente en Enamorada (1946) en la que Emilio Fernández volvió al tema de la Revolución que ya había abordado en Las abandonadas (1944) en la que Armendáriz hacía el papel de Juan Gómez, supuesto líder de la banda del automóvil gris. Sin embargo en Enamorada la Revolución pierde cierta solemnidad y pasa a ser el marco ambiental de una historia de amor entre el coronel José Juan Reyes (Armendáriz) y la indomable Beatriz (María Félix), dos pilares del cine de oro mexicano, que con un guiño de comedia logran un filme distinto de Emilio.

Enamorada se estrenó el 25 de diciembre de 1946 en el cine Alameda de la Ciudad de México. La crítica fue siempre benévola en su justa dimensión con el cine de El Indio Fernández. En el extranjero, como era usualmente, lograba un impacto fuerte, pues El Indio, a través del lente de Figueroa, sabía vender bien la imagen del mexicano y Enamorada cuenta con una de las mejores fotografías dentro del trabajo de Figueroa, pues ¿quién no recuerda ese primerísimo plano de los ojos de María Félix mientras de fondo suena La malagueña salerosa, o bien esa secuencia en la que se proyectan las sombras de los revolucionarios sobre la pared por la que camina cerca La Doña, o esa secuencia final en la que Beatriz abandona a su acaudalada familia para marchar estoica al lado del coronel que va hacia la lucha armada?

Tan sólo tres años después de haber filmado Enamorada, el equipo de producción  llegó a un acuerdo con una firma estadounidense y se hizo una nueva versión en inglés con actores hollywoodenses aunque dirigida igualmente por El Indio Fernández y fotografiada por Figueroa. En Estados Unidos se tituló The Torch o Beloved pero fue estrenada en España doblada y titulada como Una mujer rebelde (1963).

A 30 años de su muerte Emilio El Indio Fernández sigue siendo una figura importante en el imaginario mexicano y en la historia del cine nacional, pues sus películas lanzaron al mundo la imagen de un ser nacional que sigue permaneciendo en el ideal del extranjero quien viene México en busca de hombres a caballo con sombrero de ala ancha y mujeres enrebozadas. En los poblados pequeños quizá los encuentre, lo que sí estamos seguros es que ese cielo que descubrió Figueroa y nos lo mostró para aliviarnos de lo que nos lastra, como dijo Poniatowska, sigue ahí, con nubes más, nubes menos.

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