■ Constitución prohíbe violar comunicaciones privadas en ramos electoral, administrativo y laboral
■ Hay que enseñar a las personas a usar medidas de seguridad; se pone en peligro la integridad
La tecnología ha rebasado a la protección jurídica en materia de derechos a la privacidad y la intimidad. “Hoy en día se están cometiendo ilícitos que no están siendo denunciados ni investigados y no se está reparando el daño”, dijo Nadia Sierra Campos, asesora en la Dirección General de Estudios, Promoción y Desarrollo de los Derechos Humanos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
La reciente exhibición pública de comunicaciones entre un abogado de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, y la actriz Kate del Castillo, es a todas luces violatoria de la ley y mostró “la costumbre” existente en fiscalías y agencias del Ministerio Publico de violar el derecho a la privacidad y la intimidad, expuso.
Estas prácticas se realizan en las investigaciones de ilícitos, pero son las propias autoridades con ello, violan también la ley. Es por esto que Del Castillo logró obtener un amparo de la justicia federal, explicó.
La autoridad, en este caso la PGR, no demostró que haya fundado y motivado esta intervención y transcripción de comunicaciones telefónicas y siendo parte de una investigación no debió haberla filtrado a los medios de comunicación, dijo.
Nadia Sierra Campos estuvo ayer en Zacatecas en la Casa de la Cultura Jurídica como parte del trabajo de difusión y acercamiento a los temas de derechos humanos promovidos desde la Dirección General de Estudios, Promoción y Desarrollo de los Derechos Humanos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para impartir una conferencia con el tema La inviolabilidad de las comunicaciones privadas.
Precisó al respecto, que la Constitución de 1917 ya establecía en su artículo 16 el derecho a la privacidad y la intimidad de las personas en sus papeles, posesiones, familia y domicilio, pero con el nuevo sistema penal acusatorio “abrió la puerta” en 2008 a la violación de las comunicaciones privadas mediante una salvedad, la que permite a las autoridades judiciales hacerlo luego de emitir una orden por escrito para una investigación delictiva.
Este tipo de intervenciones, precisó enfáticamente, debe fundarse y motivarse, señalar de manera clara a las personas que serán sujeto de este seguimiento y el tipo de tecnología que se utilizará para ello, así como la duración, una que en principio puede ser hasta por seis meses, y que consideró, “muy amplia”.
En el preámbulo del inicio de campañas electorales en distintas entidades federativas del país, incluida Zacatecas, y respecto al tema de la filtración de conversaciones que se han usado como parte de la “guerra sucia” entre partidos y contendientes, precisó que la Constitución prohíbe también la violación de las comunicaciones privadas en materia electoral, administrativa y laboral.
Por ello además de la vigilancia respecto de los topes de gastos de campaña, “el acarreo” y la compra del voto las autoridades, entre otros ilícitos, la Fiscalía Especial para Atención de Delitos Electorales debe poner atención a este tipo de violaciones a la ley.
El acceso a las redes de información y comunicación a través de tecnologías cada vez más sofisticadas y cambiantes, que se considera un derecho humano de cuarta generación, abre posibilidades “antes inimaginables”, y en la actualidad contrapone los derechos a la privacidad y la intimidad a los derechos digitales.
“El problema radica en para qué quieres la información o para qué se utiliza”, pues ejemplificó, las personas se dan cuenta que su correo fue “hackeado” o su información privada obtenida cuando ya fue utilizada indebidamente.
“Creo que la Constitución en 2008 se quedó corta y entonces nos ha rebasado la tecnología en cuanto a la protección jurídica”, expuso.
Por lo tanto para el caso de la violación de comunicaciones en materia electoral, se tendrá que hacer un gran esfuerzo para que los delitos se investiguen y que el Instituto Nacional Electoral tenga la capacidad financiera y humana para vigilar estas situaciones.
Nadia Sierra Campos observó que ante los desarrollos tecnológicos que facilitan cada vez más la violación de la privacidad y la intimidad, debe tenerse mayor información de cómo protegerse en estos contextos y conocer los derechos en esta materia.
“Hay que enseñar a las personas a utilizar medidas de seguridad porque se pone en peligro la integridad, la propia vida o la libertad”, dijo, pues el uso de estas tecnologías está facilitando entre otros delitos, el secuestro.
La disposiciones legales en la materia son un tema inacabado, comentó al referirse ahora a la reciente reforma en Telecomunicaciones.
En este momento comentó, está pendiente la resolución de la Segunda Sala de la SCJN respecto a una acción de inconstitucionalidad interpuesta por una Organización No Gubernamental en noviembre de 2015, respecto de los artículos 89 y 90 de la Ley Federal de Telecomunicaciones, que permite que autoridades guarden información hasta por dos años, las interacciones comunicacionales de las personas.
Las autoridades judiciales han justificado la intervención de comunicaciones para la persecución de delitos, pero se requiere que las leyes reglamentarias establezcan en qué casos puede permitirse.
Por ejemplo en materia familiar “se dejó abierto el tema”, comentó, y el espionaje entre cónyuges para probar, cito el caso de la infidelidad, está siendo validado en los juzgados familiares, por lo que “habría que ser muy claros y cerrar este panorama”.
Antes los huecos legales existentes es necesario el fortalecimiento de la cultura de la denuncia, que logre, a partir de casos “bien claros y específicos”, sancionar estas violaciones a la privacidad y la intimidad y por tanto generar un cuerpo de jurisprudencia.
Sierra Campos enfatizó por último la importancia de que las personas protejan su intimidad y privacidad para que se sientan seguros en las redes sociales, por ello reiteró la necesidad de utilizar filtros para proteger la información personal.
Ante la cambiante y cada vez más avanzada tecnología cerró la entrevista con una invitación: “si no quieres que se sepa, pues no lo cuentes, pues si lo cuentas la red lo va a saber”.
