■ Historia y Poder
En estos días se habla con mucho afán y buena vibra acerca del reciente triunfo del maestro Sergio Espinosa Proa en un concurso internacional de Ensayo, lo que viene a corroborar la gran calidad de maestros y catedráticos con que cuenta la Universidad Autónoma de Zacatecas, nada al azar, pues tiene que ver con años de estudios, decisión de participar y mucha disciplina en eso de pensar y decir lo que madura.
Es creativo y tiene capacidad ejecutiva, es afortunado para hacer dinero, para ello necesitó ser autónomo desde muy joven y buscó actividades que lo llevaron de inmediato a la independencia económica, es proclive a la exhibición y a los gestos ampulosos, le gusta impresionar muy bien, desea ser benefactor y filantrópico, atraído hacia todo, con el don de curar y quizá lo haya adquirido sin darse cuenta.
Sergio radica en la Ciudad de Zacatecas desde 1981, originario de la Ciudad de México, esta ciudad y su gente y en especial la Universidad Zacatecana han sido imán que le da mucho que hacer y motivos para dilucidar en el mundo de las ideas, más de la filosofía, esa cosa que la mayoría no sabe para qué sirve o con qué se come y Proa ha sido precisamente puntal para popularizarla con métodos sencillos y con buenos motivos que le definen como un docente exitoso y felicitado.
El maestro Espinosa es dueño de una impresionante trayectoria que hace que la ciudad se enorgullezca de todos sus logros, que sus amigos los escritores lo sientan como parte integrante de la gran astucia que se requiere al triunfo decisivo, más allá de estar sentado durante mucho tiempo frente a una máquina y escribir y dilucidar y proponer y aglutinar.
Aparecerá ante los demás como distante, engreído, dominador y creativo.
Pero es un buen tipo al que le gustan las buenas amistades creativas, la excelencia en el estudio y la compatibilidad en los caracteres.
Su misión en la vida es ser líder, precursor, jefe. Pero el triunfo solo lo obtuvo mediante el esfuerzo y con la puesta en marcha de la iniciativa, la independencia y la originalidad. Tuvo que desarrollar el poder de la voluntad, aprendió a pensar, tener suma confianza en si mismo y decidió a triunfar reconociendo su propia capacidad. No debió temer desde temprana edad a diferenciarse de los demás, debió salir de todas insignificancias y de la tendencia negativa a sentirse solo y a guardar resentimientos.
Donde llegó debió ser creativo e innovador utilizando métodos originales, cuidando no ser tirano, ni dictatorial, dominante o demasiado agresivo.
Su sendero natal es el universalismo, debe ser humanitario, este grado de evolución conlleva la lección más difícil de lograr, pues aspirará al bien de todos sin importarle ni siquiera recibir agradecimiento. Ser desinteresado e impersonal, no pretender amores ni bienes personales, ser generoso, compasivo, tolerante y sensible. No caben aquí ni el egoísmo ni el resentimiento, tiene buena imaginación y debe evitar ser malhumorado, tímido y dudoso.
Es idealista, y suele contrariarse cuando los demás no viven según como espera que lo hagan.
En fin, un gran hermano de todos siente felicidad cuando ayuda a los demás a que la consigan.
Cuando de corazón aprenda lo que el número pide, será colmado de bendiciones, resultaría exitoso, como educador, en las artes, músico, orador, curador, maestro, escritor, misionero, doctor, asistente social.
Sergio Espinosa es parte púes de un gran proyecto en el que el punto de encaje para el gran bordado que nos cobijará todos es precisamente ese, el cariño que se le tiene a la profesión y a Lo que no puede evitar sentir también un gran gozo y disfrute de esta magnífica etapa para la ciudad y México entero: creatividad desbordante, transparencia en su energía limpia y audaz, rodeado de cosas buenas como lucía la alborada que imaginó desde muy joven. ■
¡¡Olé!!
