El gobierno venezolano y la coalición opositora iniciaron la reunión para abrir un posible camino al diálogo y solucionar la crisis generada por las protestas callejeras que han dejado decenas de muertos y cientos de heridos.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, dio la bienvenida y agradeció a los asistentes al encuentro, en el que participan una veintena de líderes de ambos sectores, asimismo, asisten como testigos los cancilleres de Ecuador, Colombia y Brasil, además del nuncio apostólico.
Este diálogo por la paz es posible «gracias al trabajo de acercamiento de la Unasur, del Vaticano y de la voluntad política manifiesta de los distintos sectores aquí representados», dijo Maduro, vestido con impecable traje oscuro, camisa blanca y corbata roja, al abrir la reunión pasadas las 20:10 locales (00:40 GMT del viernes).
El mandatario hizo un llamado a “reconocer y respetar la constitución, sabiendo que hay un gobierno impulsado por la vida democrática”.
Además, reiteró que está abierto a debatir e invitó a la oposición a incorporarse a la conferencia económica y buscar “el camino del reconocimiento y no el camino de los atajos”.
“Una cosa es la protesta. Si las organizaciones quieren protestar todos los días del año, lo pueden hacer, pero una cosa es la protesta y otra cosa es la violencia”, afirmó.
“Yo les pido que hagamos una condena a la violencia como método para cambiar gobiernos”, señaló al convocar a buscar una visión conjunta de gobierno.
En el palacio de Miraflores, Maduro reconoció que subestimó el movimiento opositor, pero aclaró que “aquí no hay negociaciones ni pactos, aquí hay un modelo de coexistencia pacífica, un modelo de tolerancia mutuo”.
Tras hacer un recuento de los hechos, lamentó que no se llevara a cabo la reunión a la que convocó en un primer momento pues la situación no hubiera llegado a los niveles que están.
