■ Abarca también la toma de decisiones, atención de los hijos y tareas domésticas, entre otras
■ Docente expone el tema durante el primer Congreso Internacional de Economía de la UAE
Una cuarta parte de los hogares zacatecanos son monoparentales, de ellos 75 por ciento son jefaturados por mujeres. Zacatecas ocupa el lugar 13 a nivel nacional respecto a este indicador, que refiere una cifra de 102 mil 745 hogares en esta condición.
Las situaciones que inciden para ello son los divorcios o separaciones de las parejas y una mayor longevidad de las mujeres, por lo que existen más viudas.
En el caso de este tipo de hogares ubicados en las zonas rurales de la entidad, que refieren 54 por ciento de los mismos, interviene como factor la alta migración varonil.
La jefatura femenina de familia, a diferencia de la que ejercen los varones, va más allá de la dimensión económica, pues abarca entre otros ámbitos, la producción y consumo de bienes, la toma de decisiones y el ejercicio de la autoridad, la atención y administración del tiempo de los hijos y construcción de redes vecinales y familiares para su cuidado, así como la atención de tareas domésticas.
El crecimiento estadístico de las jefaturas femeninas de hogar implica una mayor responsabilidad para las mujeres no sólo económica sino social, comentó con sustento en su trabajo de investigación La jefatura femenina, ocupación y estructuras familiares en el estado de Zacatecas, Martha Guerrero Ortiz, docente e investigadora de la Unidad Académica de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Zacatecas.
El documento fue expuesto en el contexto del primer Congreso Internacional de Economía realizado en la capital del estado, mismo con el que celebra su 50 aniversario, la Unidad Académica de Economía de la UAZ.
El trabajo busca entender cuáles han sido las estrategias de sobrevivencia que han implementado las mujeres jefas de familia en las últimas décadas en el contexto de continuas crisis económicas que ha vivido y vive el país.
Topes salariales, trabajo precario y el incremento del desempleo para los varones y la población joven del país, ha implicado la inserción cada vez mayor de las mujeres en el mercado de trabajo, fundamentalmente en los sectores de comercio y servicios, situación que es vista como una de las estrategias a las que se acude a fin de incrementar los recursos económicos en el hogar.
Los hogares jefaturados por mujeres además, son mayoritariamente estructurados como familias extensas, esto es, involucran miembros de diferentes generaciones, abuelos, padres y nietos. O bien se conforman por un elemento o varios que tienen algún parentesco con la cabeza del hogar.
Las mujeres que trabajan obtienen salarios inferiores a comparación de los varones por trabajos iguales. Y en el mundo conforman la mayoría de la población pobre. Aquellas que tienen un mayor número de hijos regularmente trabajan por cuenta propia o realizan trabajos en su domicilio. Esto, con el fin de conciliar la atención de los hijos y la manutención del hogar.
Al escenario se agrega en México, una desigualdad en términos del trabajo divido por sexos. De esta manera ellas tienen que funcionar en dobles o triples jornadas, pues no se ha logrado que los varones se integren plenamente al cuidado de los menores o realicen igualitariamente labores domésticas.
“Son las que primero se levantan y las últimas en acostarse”. De manera que esta situación impacta en horas de descanso y sueño.
En este momento comentó la académica, 25 por ciento de los hogares jefaturados por mujeres reciben algún tipo de ayuda institucional a través de programas gubernamentales.
“Aquí la idea fundamental es cómo visibilizar este tipo de estructuras familiares con la idea de estar incorporando políticas públicas que armonicen estos dos espacios (el doméstico y laboral)”.
