La Habana. Cuba intensificará este año las acciones contra las indisciplinas, ilegalidades y corrupción, anunció la contralora General, Gladys Bejerano, informó hoy sábado el diario Juventud Rebelde.
Esa será la principal tarea de la Contraloría General de la República en 2014, con un trabajo regido por el orden, la disciplina y la exigencia, de acuerdo con la funcionaria, citada por el periódico oficialista.
La corrupción y otros ilícitos han sido considerados entre los graves flagelos que afectan a la isla caribeña por el presidente Raúl Castro, quien ha insistido en enfrentarla como «uno de los principales enemigos de la Revolución”.
Bejerano y otros funcionarios hablaron el viernes en esta capital durante el Balance Anual del Sistema Nacional de Auditoría de 2013.
En ese período, la Contraloría realizó inspecciones, seguimientos a empresas con resultados deficientes, aplicó medidas disciplinarias a determinadas entidades y se abocó al perfeccionamiento del trabajo interno.
Durante el balance se conoció que en los meses de octubre y noviembre se realizó la VIII Comprobación Nacional del Control Interno.
Sólo dos de las 281 auditorías realizadas a entidades cubanas resultaron satisfactorias, mientras 139 de las inspeccciones fueron calificadas de aceptables, 79 deficientes y 61 malas.
Los objetivos priorizados en las calificaciones desfavorables fueron la entrega de tierras en usufructo, el cumplimiento de las medidas para fortalecer las ineficientes Unidades Básicas de Producción Cooperativa, y las ventas de materiales de la construcción.
Estas últimas, según se explicó en el balance, revelaron insuficiencias en las entidades productoras y en las comercializadoras mayoristas y minoristas con presencia de descontrol y presuntos hechos delictivos.
Bejerano dijo que dondequiera que existan servicios valiosos, recursos importantes y condiciones que exijan un control adecuado de estos, es necesaria la presencia del auditor.
La funcionaria atribuyó a «la contrarrevolución» los criterios de que las auditorías destruyen a la personas, y dijo que esos juicios intentan empañar la labor de quienes «trabajan porque no se desvíen los recursos del pueblo y se ofrezcan servicios dignos».
Pero también insistió en la necesidad de ética de los auditores, y advirtió que «no pueden ir a los lugares creyendo que todos son delincuentes. Cuando se señala alguna violación hay que ser justos y objetivos».