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jueves, 18 abril, 2024
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Parir en el suelo

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Por: ÁLVARO GARCÍA HERNÁNDEZ •

México es tan endeble en algunas de sus instituciones, que parir en el suelo es una posibilidad que enfrentan miles de mujeres en este país; las oportunidades de que así sea se amplían si dicha mujer es indígena además de pobre. No son pocos los casos que se conocen, en donde las mujeres que acuden a los servicios de salud para dar a luz, se enfrentan con personas ineficientes, con carencias de médicos y medicamentos o que simplemente, el burocratismo despótico, les cierra el acceso a ser bien atendidas. Estoy seguro de que a nivel internacional, somos una vergüenza en cuanto a los servicios médicos, ya que por ejemplo, los objetivos de desarrollo del milenio, tienen como una de sus metas mundiales, mejorar la salud, materno-infantil. En este contexto, en el Informe 2013 sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio emitido por la ONU, se establece que la tasa de mortalidad materna ha disminuido en todo el mundo un 47 por ciento durante los últimos 20 años, y se ha pasado de 400 muertes maternas por cada 100 mil niños nacidos vivos en 1990, a 210 en 2010. En todas las regiones se han logrado avances, pero los mayores descensos se han registrado en Asia oriental (69 por ciento), Africa septentrional (66 por ciento) y Asia meridional (64 por ciento). De acuerdo con la ONU, si se quiere cumplir con la meta del Objetivo de Desarrollo, de reducir ese porcentaje un 75 por ciento, deberá intervenirse aceleradamente en mejorar el acceso a la atención obstétrica de emergencia, la asistencia de personal de salud capacitado y la administración del tratamiento antirretroviral a todas las mujeres y niñas embarazadas que la necesiten. En el citado informe, se describe que dar a luz con la asistencia de personal capacitado (médico, enfermera o partera) reduce el riesgo de tener problemas derivados de un mal parto, e incluso de muerte, totalmente prevenibles. En este contexto, la ONU señala que tener un asistente durante el parto, con la capacitación y los medicamentos necesarios, ayuda a prevenir (o al menos a manejar mejor) complicaciones que pueden devenir fatales, como las hemorragias intensas. Según la ONU, en las regiones en desarrollo el porcentaje de partos asistidos por personal de salud capacitado aumentó del 55 por ciento en 1990 al 66 por ciento en 2011, sin embargo, en aproximadamente 46 millones de los 135 millones de partos de niños nacidos vivos en 2011, las madres dieron a luz, solas o sin cuidados adecuados, lo cual significa una violación flagrante al derecho humano a la salud, mismo que en nuestra constitución política federal se consagra en el artículo 4º. La ONU establece además que una buena atención durante el embarazo es fundamental para la salud, el bienestar y la supervivencia de las madres y de sus bebés, según este organismo internacional, en las regiones en desarrollo, entre 1990 y 2011 la cobertura de los cuidados prenatales (al menos una visita al médico, a la enfermera o a la partera durante el embarazo) aumentó de 63 por ciento a 81 por ciento. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado que para asegurar el bienestar de las madres y de los recién nacidos, es necesario que se realicen, como mínimo, cuatro visitas de atención prenatal, en las que debe incluirse la vacunación antitetánica, el diagnóstico y tratamiento de infecciones y la búsqueda de señales de advertencia de posibles problemas durante el embarazo. Ante este rosario de magníficas condicionantes que deben ser y, pese a los avances que se tienen, nos indigna sobre manera, saber que Irma López Aurelio, indígena mazateca, haya tenido que dar a luz en el piso, a un mexicano como cualquiera de nosotros; nos ofende que le hayan cerrado el acceso a esa atención médica que constituye una prerrogativa fundamental y que muchas veces se tienen que limosnear ante el despotismo y negligencia de algunos médicos, enfermeras y trabajadoras de escritorio. Ver la imagen de Irma con su niño tirado sobre el pasto y ver su rictus de dolor, no puede más que motivarnos a elevar la voz en busca de justicia y castigo para quienes osaron pisotear sus derechos humanos; lamentamos que en este tiempo multireformista, existan tantas mentes retorcidas que conciben a los mexicanos como de primera, segunda y hasta tercera clase. Daremos especial atención a lo que sucede con las autoridades y personal de la clínica de salud del municipio de Jalapa de Díaz, Oaxaca, ante el crimen cometido contra Irma López Aurelio y su bebé, quien ha sido recibido a este mundo por el suelo. ■

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*Coordinador de la Comisión de Legislación Ambiental del
Consejo Consultivo Nacional para el Desarrollo Sustentable

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