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miércoles, 24 abril, 2024
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El oscuro caminito de la escuela

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Por: SAÚL MONREAL ÁVILA •

Apartir de este lunes acuden a la escuela más de 26 millones de alumnos de la educación básica, y se sumarán a los casi 7.5 millones del bachillerato, licenciatura y posgrado que iniciaron cursos hace dos semanas, una enorme cantidad de estudiantes que en una inmensa mayoría lo realizan en precarias condiciones de alimentación, de financiación y de posibilidades de terminar su curso, de graduarse en los diferentes niveles escolares a causa de diversas dificultades que enfrentan durante el transcurso del ciclo escolar.

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Por lo pronto las cifras del relator especial sobre el Derecho a la Educación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) no mienten y dan cuenta de la marginación y la penuria educativa que se vive en nuestro país, como avance, hay 34 millones de mexicanos en rezago educativo, 7 millones más de mexicanos analfabetas, 1.4 millones de niños mexicanos que no asisten a la escuela básica, además de los que encajan dentro del concepto popular del nini, un millón 324 mil mexicanos con menos de cuatro años de estudio, un número inestimable de analfabetas funcionales, 40 por ciento de población estudiantil mexicana en el nivel uno de lectura, ocho de cada 10 indígenas no cuentan con educación básica, 25 por ciento de las familias más pobres tienen niños con puntuaciones calificativas de entre 25 y 30 por ciento menores que las del resto de la sociedad, y en el caso de las mujeres indígenas, éstas tienen un 15 por ciento más de probabilidades de ser analfabetas que los hombres en sus comunidades de origen.

De acuerdo con el informe a nivel mundial, México tiene el lugar 55 en el índice Educación para Todos, que mide el acceso a los servicios educativos. Tiene el lugar 65 en la cantidad de alumnos que alcanza el quinto grado, y el 66 en alfabetización para adultos, mientras que en el acceso de las mujeres a la educación está en la posición 58. En nuestro país, la población indígena cursa tan sólo 1.5 años en la escuela, mientras que a nivel nacional el promedio alcanza los ocho años.

En este mismo orden de ideas, el informe señala que ocho de cada 10 indígenas no cuentan con educación básica. La tasa de analfabetismo alcanza hasta 50 por ciento de la población en las zonas rurales; sin embargo, de los 1.5 millones de indígenas en rezago educativo, sólo se atienden a 66 mil, a diferencia de 17 por ciento de la población nacional que ingresa a la universidad, únicamente el 1 por ciento de los indígenas que cursan la primaria acceden a estudios a nivel superior, esta es una radiografía, por demás dramática que la Organización de las Naciones Unidas a traces de la Unesco ha elaborado de las condiciones que actualmente guarda la educación en nuestro país.

Este es el escenario que los jóvenes que a partir de este lunes los jóvenes y en general todos los alumnos que ingresan al inicio de este año escolar 2013 – 2014 enfrentan, escenario que la reforma educativa recientemente aprobada no ha tocado ni en sus aspectos más mínimos, ya que esta sólo modifica los aspectos de la relación entre el magisterio y el gobierno, además del sistema de evaluación, una reforma elaborada a espaldas de los maestros e impuesta a la fuerza, lo que ha provocado la movilización de los maestros en varias partes del país, en tanto, los padres de familia enfrentan su propio calvario de escases, desempleo, elevados costos en los artículos escolares, colegiaturas, e incluso, las ilegales pero toleradas cuotas de inscripción por autoridades, cuyos impactos económicos en una sociedad donde la mitad de la población está en situación de empobrecimiento continuo, todo esto tiene a la educación en una precaria situación de cuasi estallido social.

Es claro que la intención de este régimen priísta encabezado por Enrique Peña Nieto es la misma del resto de los rubros de la economía, la privatización, que bajo la conocida estrategia de no otorgar los recursos para sostener el sistema educativo, éste colapse, y así ofrecer alguna modalidad de privatización como la mejor estrategia de mejorar las cosas, a lo que no estamos de acuerdo la inmensa mayoría de los mexicanos.

Esta no es la salida, por eso hemos venido apoyando estrategias necesarias y básicas como las de fomentar la lectura para prevenir el analfabetismo funcional, reducción del tamaño en los grupos de las escuelas, impulsar las escuelas de tiempo completo, reforzar los liderazgos escolares, la capacitación y actualización del magisterio, garantizar la educación gratuita, revisar los planes de estudio, condición toral para realmente avanzar en materia educativa, acceso gratuito a Internet, indispensable al punto de que hay una discusión sobre otorgar al acceso a Internet un derecho humano, becas para preparatoria o bachillerato públicos y la garantía de un 100 por ciento de inscripción para todos los jóvenes que busquen lugar en las universidades públicas, todo esto aparentemente simple pero que soslayan continuamente los regímenes neoliberales que hemos padecido los mexicanos.

La educación es uno de los renglones más importantes para el desarrollo de los pueblos, y evidentemente es necesaria una reforma para mejorar las condiciones de nuestro sistema educativo, pero no como lo plantean estos regímenes priístas y panistas, este es uno de los frentes de guerra en que los mexicanos nos debemos de sumar en busca de un futuro mejor y lo que verdaderamente puede darnos condiciones para un desarrollo real y duradero en bien de todos los mexicanos.

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